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Romeo y Julian comenzaron a pelear desde que entraron a la habitación; habían rentado una individual por el puro capricho de Julian, quien se negaba a pagar una cifra de más de cuatro dígitos por dos habitaciones en un motel de mala muerte

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Romeo y Julian comenzaron a pelear desde que entraron a la habitación; habían rentado una individual por el puro capricho de Julian, quien se negaba a pagar una cifra de más de cuatro dígitos por dos habitaciones en un motel de mala muerte. Sin embargo, ahora se encontraban con aquella disyuntiva que Romeo logró evitar con éxito la noche anterior.

La problemática de la única cama.

—Bueno, obviamente Giordano tiene que dormir en la cama porque es menor de edad y su madre nos lo dejó encargado hasta que se termine el viaje —dijo Romeo hablando con la voz de la razón. Julian, parecía a punto de explotar, no sólo por el hecho de que estuviesen teniendo aquella discusión tan tonta, también porque sabía que no estarían teniendo todos esos problemas si no hubiese sido por su testarudez.

—Bueno —dijo Giordano con una sonrisa—. Preferiría dormir en el suelo si Romeo va estar ahí, será la noche más productiva de mi vida —comentó con una leve insinuación en su voz. Después de ver la situación entre Romeo y Julian había decidido, estratégicamente, moverse hasta la puerta, donde permanecía recargado de el marco de la misma, listo para huir en cualquier momento.

Aunque la verdad sea dicha, Giordano solo había resistido las ganas de salir a explorar por el asunto de la cama, ellos querían dejársela, pero él prefería evitarla porque era muy pequeña y los pies le colgaban del colchón. Él tenía que recordarle a su madre tantas veces que no tenía una altura normal para un chico de diecisiete años cumplidos, que a estas alturas ya evitaba el tema porque lo encontraba tedioso de explicar.

—Está bien, prefiero dormir en el suelo que en una cama horrenda en un motel de mierda —se quejó Julian, negándose a admitir que tenía ganas de resarcir su error. Romeo frunció el ceño y puso los ojos en blanco.

—¿Y por qué no mejor vas y rentas otra habitación para él? de todos modos, no creo que entre en esa cosa —respondió apuntando la cama. Giordano soltó un silbido y echó un vistazo hacia afuera, preguntándose si esa era su señal para salir pitando.

—¿Y por qué no mejor vas tú a hacerlo? Ya que tienes tantas energías para mandar, podrías gastarlas caminando hasta la recepción —espetó, furioso y avergonzado. Estaba comenzando a dolerle la cabeza y no sabía si era por la situación o por el cansancio, pero sentía que se asfixiaba en aquel pequeño cuarto de mala muerte.

—Esto no habría pasado si te hubieses molestado en tomarte el tiempo para encontra un lugar mejor, ahora soy yo quien tiene que arreglar tus tonterías ¡Pues está bien! ¡Iré, ya que parece que su real majestad no puede hacer dos veces el mismo trámite porque se cansa! —espetó molesto. No le gustaba pelear con Julian, pero tampoco le gustaba ser el saco de boxeo de nadie y sobre todo, detestaba esa costumbre del chico de no admitir sus equivocaciones.

—¿Saben qué? En realidad, no me importa nada de eso. Así que pueden elegir ustedes y luego me avisan —espetó Giordano, decidiéndose a salir del lugar, andando hacía quien sabe dónde. Los otros dos no se giraron a verle, porque estaban muy ocupados en medio de un duelo de miradas.

Romeo y Julian (LCDVR #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora