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Los dedos de Romeo caminaron debajo de la mesa hasta enredarse en los de Julian

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Los dedos de Romeo caminaron debajo de la mesa hasta enredarse en los de Julian. Sorprendido por el osado movimiento, este dio un tirón para soltarse, pero el agarre era firme. Mientras forcejeaba, Julian miró a Romeo a modo de advertencia, sin embargo, este giró el rostro hacia otro lado, conteniendo la risa.

Una vez más, trató de soltarse, pero le fue imposible. Después de otro par de intentos, tuvo que resignarse a permanecer de ese modo. Por su parte, Romeo le acarició la mano con suavidad, avergonzándolo aún más. La situación era embarazosa y aunque sus protestas pudieron ser más fuertes, prefirió permanecer en silencio, dejando que le sostuviera, aun cuando fingía que no le gustaba.

Mientras permanecían en la mesa, Tom les contó a detalle su versión del incidente donde ocurrió el supuesto tiroteo (una palabra demasiado exagerada, incluso para sus abuelos).

Según lo dicho, estaban peleando durante la fiesta de cumpleaños. Julio llevaba un arma, pero eso no era extraño porque venía llegando de sus salidas al bosque con los mayores y se detuvo a medio camino cuando vio a Tom haciéndole la parada. Julio venia solo porque se había adelantado luego de enterarse de que Julian se presentó en la fiesta de un Cortez buscando pelea, involucrando a su melliza en ello.

Así que pensó que podría ayudar, pero el mensaje venia tarde y el problema se arregló un par de horas antes.

Cuando se encontraron, Tom estaba tan borracho que no tenía ni idea de donde estaba, aunque en ese momento sabía que el lugar del incidente era a medio camino entre la fiesta y el pueblo, en la carretera principal.

Ahí fue donde se encontraron.

Ninguno de los dos se reconoció hasta que la camioneta estuvo detenida y arrastrados por su costumbre, terminaron peleando. En algún momento Julio se bajó del vehículo e intentó empujar a Tom dándose cuenta de lo borracho que estaba, por lo que se lo pensó mejor, decidiendo continuar la riña en otra ocasión. Tom no estaba dispuesto a dejarlo ir, de modo que forcejearon un rato mientras se gritaban cosas incongruentes.

La narración se detuvo en ese momento.

Tom soltó una risita nerviosa y continuó hablando.

El forcejeo los había llevado a mitad de la pequeña carretera solitaria que normalmente estaba desierta a esa hora. Sin embargo, debido a la fiesta, algunos autos estaban pasando de manera regular y uno de ellos los encontró desprevenidos.

Nunca supieron quién fue el conductor ni que clase vehículo era. Julio creía recordar una camioneta cuya descripción arrojó como única coincidencia a la suya y esta estaba estacionada a un lado del camino cuando los encontraron.

Luego de eso despertaron en el hospital, porque los dos estuvieron en el mismo sitio de cuidados intensivos. La madre de Tom y los padres de Julio se hicieron amigos ahí, mientras esperaban a que sus hijos mejoraran. Tanto el abuelo Cortez, como el abuelo De La Vega no vieron la cercanía con buenos ojos, así que les pusieron un ultimátum.

Romeo y Julian (LCDVR #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora