India.

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El 19 de febrero llegamos a Delhi, India, junto a Ringo y Maureen. Los Lennon, los Harrison y Jenny Boyd, hermana de Pattie, habían llegado cuatro días antes. Viajamos a la India para asistir a un curso avanzado de Meditación Trascendental en el ashram del Maharishi, a quien los chicos conocieron un año atrás.

Dejamos a Michelle a cuidado de mis padres, Paul me prometió que no sería más de un mes, realmente me costó realizar ese viaje.

En Delhi tuvimos que realizar un viaje en taxi de 6 horas por 240 km para llegar a Rishikesh, donde se ubicaba la "academia internacional de la meditación" o "ashram Chaurasi Kutia" en el Valle de los Santos.
Había un gran número de periodistas fuera del recinto.
Nos recibieron los chicos que ya vestían ropas más acordes a la ocasión.

Pude divisar también a Mia Farrow, su hermana Prudence y su hermano John, Donovan, Paul Horn y a Paul Saltzman, entre un montón de gente europes y estadounidense.

Nos dirigieron a nuestros respectivos bungalows, donde pudimos asearnos y cambiarnos ropa.

-Enviaré un telegrama a mi madre...-dije tras terminar de vestirme.

Paul se acercó y arregló un poco mi cabello despeinado por las prisas. Me besó.

-Te acompaño, madre sobre protectora.

Besó mi nariz, tomó mi mano y fuimos. Nos cruzamos con John y Cynthia. Nos miramos sin decir nada, llevaba más de un mes sin hablar con ellos. Paul saludó para terminar el incómodo silencio y continuamos el camino cada uno por su lado.

El Maharishi nos reunió a todos, realizando así la primera reunión, él se encontraba en una plataforma adornada con flores alrededor.

Tras la reunión, me senté junto a Paul que estaba con una guitarra. Le observé y él sonrió. Tocó unos acordes, luego probó otros y otros más sin convencerse. John se acercó a su lado observándole. Rápidamente se sentó junto a él y comenzó a ayudarle, y en un abrir y cerrar de ojos, Harrison y Starr se encontraban ahí también sentados. Me levanté y les dejé con su música.

-Caroline -escuché.

Me volteé, era Cynthia.

-¿Podemos hablar?

-Claro.

Caminamos hasta un lugar más apartado. Ella recogió su cabello en una coleta e hizo a un lado su flequillo.

-Cynthia yo lo...

-John me contó todo -dijo ella. -Me explicó bien la situación, y...creo que te juzgué sin escuchar tu parte.

-Bueno...estabas en tu derecho... Lo siento mucho, de verdad. Creo que debí habertelo dicho antes, pero tenía miedo. Cuando te conocí noté que eras una hermosa persona y...no podía contarte y verte destrozada.

Cynthia sonrió con calma.

-Siempre te has comportado excelente conmigo y con Julian...Siempre buscas nuestro acomodo y te preocupas por nosotros, y lo aprecio bastante. Nunca has querido lastimarme, no puedo dejar de hablarte o guardarte rencor por algo que en parte no fue del todo tu culpa...

Cynthia me sonrió.

-Además, hemos venido a meditar, no a rabiar -añadió.

La abracé amistosamente.

-Con John esperamos que esta estadía nos una. Sospecho que está con Yoko, él no me lo ha dicho pero es obvio...-suspiró. -Él quiere luchar por lo nuestro, quizás si me aferro más a él... Está es la ocasión para salir adelante.

Le sonreí cordialmente. Cynthia realmente amaba a John con todo su corazón, a pesar de todo.

-Eso sí, una más y esto se acaba -indicó.

Cynthia siempre fue una mujer noble y de agradable carácter. Admiraba su fuerza, era una mujer valiente que todo lo haría por su pequeño Jules. Siempre buscaba lo mejor para él, tanto así que había soportado demasiadas cosas a John para que su pequeño creciera con su padre.

Hacía un calor detestable por la noche que no nos dejaba dormir. Paul se daba muchas vueltas. Me abaniqué con mis manos.

-Quédate quieto -dije a regañadientes.

-Es que...-se levantó -me estoy asando.

Me senté. Era notorio el brusco cambio de Londres y Rishikesh en cuanto al clima. Recogí mi cabello en un moño alto. Paul se quitó la ropa y se acostó en ropa interior. Lo miré fingiendo desprecio.

-Vistete -dije en tono desagradable.

-Oh, Caroline, si tú siempre me estás pidiendo que me desvista -alzó sus cejas repetidas veces.

-Mentira, tonto -dije ruborizándome.

-Sé que te gusta mi cuerpo -dijo engreído.

-Tu cuerpo tonificado -me burlé.

Él me lanzó esa mirada de "eso dolió" que hacía siempre para que seguidamente yo le besara. No me podía resistir, y siempre lo hacía.

Él se acomodó en la cama y por fin se quedó quieto.

-¿Cómo estará Michelle? -pregunté.

-Mañana recibiremos un telegrama, cariño. Ella debe estar muy bien.

-¿Crees que nos extrañe?

Paul se volteó hacia mí.

-No, ella nos detesta y es feliz cuando estamos lejos...-musitó Paul.

Alcé una ceja, él rió y me besó.

-Claro que debe extrañar a los locos sobreprotectores de sus padres -dijo él. -Así como nosotros la extrañamos.

Sonreí de sólo imaginar a mi pequeña dormida plácidamente.

-Paul...-susurré.

-¿Qué? -dijo él con un bostezo.

-No tengo sueño.

-¿Te canto una canción de cuna? -preguntó cerrando los ojos.

-De acuerdo -reí.

-Déjame pensar...-murmuró con voz cansada.

Esperé un rato, Paul tenía los ojos cerrados. Escuché un leve ronquido escaparse de su boca.

-No te duermas-dije dándole un golpe en su frente despacio.

Él dio un salto.

-No me duermo, estoy pensando...

-¿Buscas una canción en tus sueños?

Él asintió. Tarareó un trozo de una canción que solía cantarle siempre a Michelle, hasta que poco a poco se fue apagando hasta quedarse dormido. Besé su mejilla y le dejé dormir. Me di unas cuantas vueltas y estuve pensando un buen rato hasta lograr quedarme dormida.

♪♪♪ (3/3) Fueron algo cortos pero necesitaba subirlos para continuar con la historia. No es seguro que actualice mañana (mejor dicho hoy, más tarde) pero de todas formas voy a intentar. Espero les haya gustado. Voten y comenten di quieren ♪♪♪.

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