I will.

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"Sing it loud so I can hear you, make it easy to be near you. For the things you do endear you to me,
oh, you know, I will. I will..." acabó cantando él y yo le miré con los ojos vidriosos de la emoción. Le di un fuerte abrazo y él besó mi frente a la vez que acarició mi cabello. Susurré que le amaba y acto seguido besé sus labios.

Pero comencemos por el principio. Paul llevaba días diciéndome que tenía una sorpresa para mí. Trataba de asimilarlo a una fecha importante que quizás estuviera olvidando pero por más que repasaba el calendario con el mes de noviembre no lograba recordar nada.

La espalda me mataba y a menudo me fatigaba bastante. Paul me ayudaba muchísimo con Michelle, si por él fuera yo debería estar en cama hasta que el bebé naciera.

—Voy a estar bien —repetí por quinta vez para que él se marchara con tranquilidad al estudio—, vete o John se enfadará.

Él me besó.

—Cualquier cosa me llamas ¿si? Estaré atento al teléfono.

Maureen no tardó en llegar junto a Cyn y los niños.

  —Pattie vendrá un poco más tarde —indicó Mo a la vez que tomaba a Michelle en sus brazos y le daba un sonoro beso en su mejilla.

—¿Cómo te has sentido? —preguntó Cynthia tocando mi vientre. 

—Dentro de todo, creo que bien. 

Ella esbozó una gran sonrisa enternecida y adentrada en sus pensamientos soltó un suspiro.

—Que lindo es el embarazo. 

Yo sonreí expresándole que estaba totalmente de acuerdo.

  —¿Y ustedes cuándo le darán un hermanito a Julian? —la pinché sonriente.

Ella sonrió picarona e indico que lo estaban intentando.

Me encantaba que las chicas fueran de visita. Los niños jugaban felizmente y nosotras charlábamos. 

Julian se acercó tímidamente y tiró de mi manga. Observé su rostro y me convencí de que cada día se parecía más a John. Acaricié su cabello y le sonreí para darle a entender que tenía mi atención. Él me dio un libro para que le leyera. Me levanté y caminé de su mano hasta el sofá para leerle.

  —Tía Caroline —me interrumpió a la mitad de la lectura. —¿Tú me quieres? —preguntó con su pronunciación dificultosa.

  —Claro que si, mi pequeño —tomé sus manos.

—¿Seguirás queriéndome cuando nazca tu niño?

—Por supuesto, ¿qué te hace pensar lo contrario? —le di un ligero golpe en la nariz con mi dedo y él esbozó una gran sonrisa a la vez que se encogía de hombros. —Los querré por igual, y tú serás siempre como un hermano para Michelle y para el pequeño —sentencié y besé su frente para proseguir con la lectura.

Pattie no llegó, pero nos avisó que algo había surgido y que no podría ir. Maureen y Cynthia se marcharon. 

Sonó el teléfono y al contestar me encontré con la voz de Anna al otro lado de la línea.

Hola, Carolina  —pronunció con un marcado intento fallido de acento español. —Deja de llorar por mí, he regresado —pude sentir su amplia sonrisa tras el teléfono.

Anna, Adrian y Chris se habían marchado unas semanas a México de vacaciones. 

—¡Gracias a Holly! Estaba con depresión, un día más sin ti y me mato —dije sin intención alguna de ocultar el sarcasmo.  

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