Dear Prudence.

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Estar aquí está siendo una experiencia agradable. Hemos aprendido nuevas cosas y cada día realizamos diferentes actividades junto a los demás, con quienes hemos logrado llevarnos muy bien.
Ringo y Mo se marcharon hace dos semanas, sólo permanecieron aquí 10 días. Se excusaron con que extrañaban demasiado a sus hijos, yo también extraño mucho a Michelle pero le prometí a Paul estar aquí al menos un mes.
Las sesiones de meditación comenzaron a volverse agotadoras, debido a que el Maharishi nos pidió meditar todo el tiempo que pudiéramos, fue así como Prudence Farrow, hermana de Mia, se encerró en su habitación a meditar y no ha salido de esta.

Los chicos se reunen cada tarde después de cenar, y conversan o tocan durante largos tiempos, ofreciéndonos momentos de paz agradable y divertidos. Nosotras preferimos juntarnos en otra habitación a conversar. Cuando estaba Mo, no paraba de repetir lo mucho que extrañaba a sus pequeños, y todas, excepto Pattie, terminábamos enviando telegramas para saber como estaban ellos.
Cynthia pinta hermosos cuadros y escribe poemas realmente adorables.

—¡Es precioso! —comentó Pattie al ver todas sus obras.

Cynthia sonrió modestamente.

—¿En qué momento haces todo esto? —pregunté tocando delicadamente su pintura.

Ella tibuteó.

— John medita bastante y está apartado por las noches, por lo cual, cuando no consigo dormir o me siento sola comienzo a hacer esto —señaló.

Y entonces caí en la cuenta de lo que ocurría. John estaba tan inmerso en la meditación que nuevamente se alejó de Cyn, y , una vez más, sus promesas e indicios de cambio, eran una farsa.

Le dedicamos una mirada de lamento, sin embargo, Cynthia nos sonrió con todas sus fuerzas dando a entender que no tenía importancia.
Realmente admiraba a esta mujer.

El comedor es una especie de sitio comunal que compartimos con monos, cuervos y otro tipo de animales. La comida es vegetariana y, bueno, todos opinamos distinto al respecto. A Pattie le encanta, Ringo no la soportaba y Lennon dice que es pésima. La verdad, no está tan mal, y es bueno probar cosas distintas.

—Bueno, es mejor que lo que cocinas tú —bromeó Paul mientras revolvía sus garbanzos con semillas de comino.

Tomé uno y se lo lancé en la cara mientras él reía como maníaco. Me lanzó un beso y yo le enseñé la lengua. Harrison aprovechó el momento para robarle comida del plato a Paul. Si no habían animales tratando de quitarnos la comida,  George nos la robaba en nuestras narices.

—¡Eh! —dijo Paul golpeándole la mano.

—Has ganado unos kilitos de más, Macca —dijo George tocándole la barriga. —No deberías comer tanto. —Robó más garbanzos.

Paul frunció el ceño y Pattie regañó a George por su comentario. Yo solté una carcajada y Paul me miró mal, esta vez yo le lancé un beso.

—No le creas, Paul, dice eso siempre para comerse la comida de los otros —aclaró la bella rubia de ojos azules.

Me acerqué a él y lo besé.

—Estás hermoso, mi amor.

Reí nuevamente al recordar la cara de Paul frente al comentario. Lo llené de besos ya que me miraba mal.

Mia Farrow tomó asiento junto a nosotros. Sonrió cansada.

—¿Aún no sale? —le preguntó Cyntia haciendo referencia a Prudence.

Ella negó con la cabeza. Jenny se sentó junto a su hermana.

—No hay forma de que salga —bufó Boyd.

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