(32) Abrazame

13.2K 685 31
                                        

Tal vez suene estúpido, o tal vez imposible, que luego de una relación tan fuerte como la mía con Orlando, pudiese estar allí, abrazándolo, consolándolo en su dolor. Sintiendo un gran dolor por ese hombre, sin sentirme nerviosa, o preocupada sobre lo que Arnaldo pudiese pensar.

Allí me encontraba abrazando a un ser humano que una vez significó mucho para mí. Un hombre al que me entregué por completa, llevándose mi inocencia, y muchas cosas más. Quien me enseñó mucho en esta vida, y quien había ayudado a que fuera la mujer que era en estos momentos.

"Kassandra, su bebé..." comenzó a decir Orlando mientras se despegaba un poco de mí, mirándome al rostro.

"Cómo sucedió, Orlando? Qué ha pasado luego?" pregunté con mis manos sobre sus hombros, sintiendo a Jean y a Arnaldo cerca de nosotros. Inmediatamente, las manos de Orlando soltaron mi cintura.

"Un camión la impactó...ella iba de camino a recoger a su amiga para luego recogerte a ti. La trajeron inmediatamente, tuvieron que practicarle una cesárea ya que la placenta se desprendió y el doctor no aseguraba a ninguno" las palabras de Orlando me hicieron perder las fuerzas, agradeciendo el hecho de que Arnaldo se dio cuenta y me tomó en sus brazos, sentándome en una de las sillas que había cerca.

"Un camión?" no tenía duda de que había perdido el color en mi rostro. El sueño que tuve, se había vuelto realidad?

"Natalia, estás bien?" preguntó Orlando arrodillándose frente a mí, mientras Arnaldo apretaba mi mano.

"No...no puede ser..." entre llanto nuevamente, esto era lo único que podía decir.

"No puede ser, qué, Natalia?" esta vez preguntó Arnaldo.

"Cuando me despertaste...cuando comencé a gritar...estaba soñando que iba con Kassandra y que un camión nos había impactado. Fue horrible! Perdí a nuestro bebé en el sueño..." miraba al rostro de mi novio con mucho dolor, algo desesperada; pude haber estado allí con ella.

"Pero estás bien, Natalia...y Kassandra saldrá bien...al igual que Joaquín" Orlando tomó mi mano libre, mirándome al rostro.

"Lo sé..." no dije más, solo cerré mis ojos y recosté mi cabeza del hombro de Arnaldo. No podía levantarme, no tenía fuerzas para llegar hasta los demás; no serviría de apoyo para ninguno en estos momentos.

"Quieres algo de tomar?" preguntó Jean, hablando por primera vez.

"No, estaré bien...ya se me pasará..."

"Voy a ver a los demás, me avisan si me necesitan. Cuando regrese, te traigo algo para que te tranquilices..." me dijo Jean, casi sonando a una orden.

"Yo...regresaré donde Laura. Ella está destrozada, intentaré ver si hay alguna nueva noticia..." comentó Orlando, alejándose de nosotros a la misma vez que Jean.

Una vez nos quedamos solos Arnaldo y yo, este apretó un poco más mi mano, colocando la otra en el lugar donde crecía nuestro bebé.

"Perdóname, Natalia. Perdóname por haber sido un idiota y no darte la oportunidad para hablar, para explicar. Me di cuenta hoy, cuando sentí que te había perdido, que no vale la pena actuar como lo he hecho...Que te me puedes ir de las manos en un abrir y cerrar de ojos..." sus ojos se iban llenando poco a poco de lágrimas, mientras los míos los copiaban.

"No tienes porqué pedir perdón, Arnaldo. Yo debí ser sincera contigo desde el principio. Después de todo, Orlando es pasado..." suspiré profundamente, no sabía que decir pues no sabía cuánto Arnaldo quería saber de mi relación con ese hombre.

"Cuánto tiempo, Natalia? Quienes lo saben?" este aun no había movido sus manos, y su mirada estaba fija en ellas.

"Conocí a Orlando siendo mi profesor en la universidad. Mantuvimos nuestra relación durante cinco años...y solo lo sabíamos nosotros, Jean y ahora tú. Te suplico, por favor, que no le digas nada a Kassandra...eso la destrozaría..." observaba cada parte de su cuerpo que me era permitido, su cabello, su perfil, su espalda...

Duele ser infielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora