Bueno...llegamos al final. Me duele tanto decirle adiós a Natalia, pero quedaré feliz por como su vida cambió. Espero que disfruten este capítulo al igual que yo disfruté crearlo en mi mente y luego escribirlo para ustedes. Mañana comenzaré Amor Inusual, mi próxima historia. No puedo explicarla bien aun, pero mañana se los prometo que lo haré. Disfruten de este capítulo. Besos a todos!
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La recuperación de Kassandra fue lenta, y algo desesperante. Las semanas pasaban y aun estaba en aquel hospital. Arnaldo y yo la visitábamos a menudo, y aun cuidábamos al pequeño Joaquín. Por lo menos Kassandra ya se podía mover en silla de ruedas y podía ver a su bebé en la sala de espera.
Una tarde, me encontraba con Arnaldo viendo la televisión. Sobre mi enorme barriga, descansaba cómodamente Joaquín. Esta era su posición favorita para dormir sobre mí, pobre de él cuando ya no estuviese tan grande.
Jean había salido, algo extraño y misterioso; pero Arnaldo y yo estábamos tan envueltos en darle el baño a Joaquín cuando esto ocurrió, que no le dimos importancia. Ya habían pasado varias horas desde su desaparición.
"Treinta y ocho semanas ya, Natalia. Próximamente veremos a nuestro bebé" comentaba Arnaldo, mirándonos en el sofá.
"De veras nunca te ha dado curiosidad por saber lo que esperamos?" muchas veces estuve al borde de ser débil, de preguntarle al doctor el sexo de mi bebé.
"Ya nos quedan solo dos semanas, si he esperado todo este tiempo..." Arnaldo besaba mi mejilla, mientras abrían la puerta de la sala.
Jean entró, acompañado de Orlando. Este detalle me hizo fruncir mis cejas, sintiéndome algo confusa. Inmediatamente me recuperé, pues detrás de ellos, y con la ayuda de Sebastián, venía Kassandra, caminando con unas muletas. Me llené de emoción al verla, aun cuando no moví ni un músculo, no quería que Joaquín se despertara.
"Kassandra!" dije con la sonrisa más grande que podía regalarle; la alegría era mucha.
"Natalia...te ves hermosa con mi hijo dormido sobre ti...sobre tu barriga, está tan grande!" esta llegó hasta mí, sentándose cuidadosamente a mi lado.
"Por eso Jean salió tan misteriosamente de aquí?" pregunté mirando a mi amigo.
"Kassandra me pidió que fuese una sorpresa...Creo que lo logramos" comentó Jean riendo.
Orlando y Sebastián se acercaron a saludarme, luego de estrechar manos con Arnaldo. Yo miré a Kassandra y me dispuse a entregarle a su hijo.
"No, Natalia...se ve tan hermoso dormido. No quiero que se despierte. Lo puedo contemplar desde aquí..." dijo ella, mientras observaba a su hijo, tocando poco a poco sus manitas, sus bracitos, su cabecita... Era algo que no puedo describirles; por fin Kassandra tendría a su hijo por completo.
Unas horas luego, la casa volvió a quedarse vacía. Mientras tuvimos la visita, Jean y Arnaldo decidieron deleitarnos con un gran almuerzo, mientras Kassandra y yo hablábamos sobre su bebé; mirando desde la orilla de mi ojo como Sebastián y Orlando platicaban, creo que habían hecho las paces.
Arnaldo y yo nos dimos un baño luego de que Jean se despidiera pues saldría con nuestro grupo de amigos. En realidad, ya no me sentía para estar saliendo de noche; ya dormía temprano y me sentía sumamente pesada.
"Decidiste que harás con tu trabajo una vez nazca el bebé?" preguntó Arnaldo mientras ambos nos acostábamos.
"No sé aun... Me gusta lo que hago, pero también quiero dedicarle tiempo a nuestro hijo... Creo que podré contestar esto una vez tenga al bebé en brazos" respondí mientras acomodaba mi cabeza en su pecho.
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Duele ser infiel
RomanceNatalia, una hermosa chica, sin familia, pero exitosa. Sus padres fallecieron en un aparatoso accidente y no tenía más familia. Vive un romance con Orlando, un hombre que podría ser su padre. Pero quien despierta en ella sensaciones que jamás imag...