11. Primer partido.

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A la hora del recreo, me senté con Diana, como de costumbre. Skylar empezó a juntarse con nosotras también en los recreos, y aprendimos muchas cosas de ella.

Skylar llevaba jugando a fútbol desde los siete años, y iba al mismo curso que yo y Diana. Era una gran fan de los videojuegos, tenía una estantería llena de ellos, pero, al igual que Diana, le encantaba mantener su imagen limpia y sofisticada. Por lo que, era una de las mías, pero no tanto.

— ¿Así que conocéis a Chris desde que entrasteis en el instituto? — ambas asentimos. — Hm... yo le conocí cuando entré en el equipo de fútbol. Mi amiga solía estar enamorada de él. Pero cuando empezó a salir con Madison, supongo que se olvidó de él. — Sky frunció el ceño mientras le daba vueltas a la cuchara de postre que tenía en la mano.

— Me sobran razones para odiar a Madison. — suspiré.

— Y a mí. A veces desearía tener a la antigua Madison de vuelta. — murmuró Skylar, haciendo que ambas nos giráramos a mirarla.

— ¿Solías ser amiga de Madison? — preguntó Diana, y asintió. — ¿Y qué pasó?

— Madison solía decir que no tenía tiempo ni interés en las relaciones de verdad, y que sólo quería divertirse sin importar las consecuencias. Al principio, me reía, porque obviamente lo decía en broma. Pero entonces, las cosas cambiaron. Nos enamoramos del mismo chico.

— ¿Cómo? ¿A Madison solía gustarle alguien? — exclamé, incrédula.

— Sí. Y, en una fiesta, me confesé. No sabía que a Madison también estaba enamorada de ese chico, ya que ella nunca me lo dijo. Y, cuando tal chico respondió que yo a él también le gustaba, Madison no volvió a hablarme en días. Cuando traté de hablar con ella, sólo dijo que no pensaba volver a enamorarse y que el amor era para los débiles. Ella estaba dolida, y dijo que les devolvería a los chicos el mismo dolor que le hicieron sentir a ella. Y luego, se fue.

Diana y yo nos miramos, sin poder creernos nada de lo que habíamos oído, mientras encajábamos todas las piezas del puzzle en nuestra cabeza.

Así que ese era el problema con Madison.

— Supongo que fue después de eso que empezó a odiarme. Y difundió por todo el colegio el falso rumor de que yo era una prostituta. Los rumores se acallaron semanas más tarde, pero aún me mira con asco cuando nos cruzamos por los pasillos.

— Madison es totalmente increíble. Toda una falsa de primera. — Diana negó con la cabeza.

— Pero no importa, porque ahora nos tienes a nosotras. Y créeme; nosotras no vamos a arruinar tu reputación. Bueno... al menos no tanto. Pero no es con mala intención, y es nuestra manera de ser. Te acostumbrarás. — anuncié, y las tres reímos. 

Skylar se había hecho cercana a nosotras en muy poco tiempo, y era como si hubiéramos sido amigas desde hace años. Su manera de ser hacía que, de alguna manera, nos sintiéramos cómodas a su alrededor.

Empezaron a hablar sobre las mayores tonterías, pero yo sólo podía pensar en mi primer partido; el equipo de ese colegio era bastante bueno, según había oído, y estaba bastante nerviosa.

— ¿Annie? — preguntó Sky, moviendo su mano arriba y abajo.

— Siempre hace eso de perderse en sus pensamientos, también te acostumbrarás a eso. — rió Diana.

— Ya ha sonado el timbre, ¿vas a ir a clase o...? — volvió a hablar Skylar.

Asentí, me levanté y, después de despedirnos de Skylar, nos dirigimos a nuestras respectivas clases. Entramos en la clase de Química, y nos sentamos en nuestros sitios al final de la clase.

No soy tu princesa.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora