Día 2.
Me desperté gracias al sonido de algo impactando contra el suelo. Me incorporé y vi a mi hermano tumbado en el suelo.
Bajé de mi litera y yo, junto con otras personas, nos pusimos alrededor de él, el cual seguía durmiendo plácidamente.
— ¿Y ahora qué? — preguntó alguien a mi izquierda.
— No sé, ya se despertará. — me encogí de hombros y todos volvimos a nuestros sitios.
Miré la hora y fui al baño a cambiarme, me peiné y recogí mi pelo en una coleta. Al salir, ya se habían despertado todos y algunas personas ya estaban vestidas.
Fui hasta mi litera de nuevo, donde Skylar ya estaba preparada y bajando de su cama.
— Buenos días Sky, tenemos cinco minutos para llegar al comedor. — informé, y ésta asintió.
Bajamos las escaleras y salimos de la cabaña para dirigirnos directamente a la sala.
Al llegar ya estaba casi todo lleno, pero Chris nos había guardado un sitio. Resulta que ser su amiga tenía sus ventajas y todo.
Nos sentamos a su lado y miré lo que había para desayunar.
Llené mi taza de leche hasta la mitad y cogí un par de galletas de la bandeja.
En realidad, fueron un par multiplicado por mil.
— ¡Annie, te estás acabando todas las galletas! — se quejó Chris.
— ¿Y qué? — murmuré, a la vez que mordía otra galleta.
— Que yo también quiero. — hizo un puchero.
Dejé la galleta sobre la mesa, me giré a mirarle y le golpeé en la cara.
— Ahí tienes tu galleta. — sonreí y seguí comiendo.
— Auch. — se quejó éste, acariciando la zona donde le acababa de golpear. — Si lo sé, ni te guardo un sitio.
— De acuerdo. Lo siento, pequeño renacuajo. — reí mientras despeinaba su pelo y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
***
Eran las once y media, y lo único que podía hacer gracias a la falta de cobertura era golpear la pelota contra el techo.
— ¿Entonces dices que Madison y Rebecca piensan iniciar una guerra contra nosotras? — preguntó Skylar, que se encontraba sentada sobre su cama.
Asentí y Sky volvió su mirada a James, al cual acababa de pillar mirándola.
Había estado tan ocupada con el plan de acabar con Madison que me había olvidado de ese otro plan.
Nota mental: conseguir que mi hermano deje de hacerse el chico malo y hacer que se enamore de Skylar.
Nos llamaron por el megáfono a todos los equipos y tuvimos que salir al campo.
Me quedé levantada al lado de Skylar, a la espera de que nos dieran alguna buena noticia —como que las animadoras tenían que irse, por ejemplo—, y de repente, salieron un montón de personas armadas con pistolas de agua.
Empezaron a mojarnos, y yo salí corriendo seguida de Sky hacia el comedor; esta era nuestra oportunidad.
— Vale, aquí estamos. Ahora, ¿dónde guardan las pistolas? — preguntó Sky, y me encogí de hombros.
Me giré y vi una montaña de pistolas sobre una de las mesas, a lo que agarré una y le pasé otra a Skylar.
Al salir del comedor, gritamos como si esto fuera la guerra y salimos corriendo en la dirección del resto de gente.
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No soy tu princesa.©
Teen Fiction"― Yo de ti no jugaría a fútbol. ― dijo, acercándose más a mí, de modo que tuve que levantar un poco la cabeza ya que era unos siete centímetros más alto que yo. ― Se te podría romper una uña. Fruncí el ceño y me mantuve firme, mirándole a los ojos...