21. Reencuentros y problemas.

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Día 2.

Me desperté gracias al sonido de algo impactando contra el suelo. Me incorporé y vi a mi hermano tumbado en el suelo.

Bajé de mi litera y yo, junto con otras personas, nos pusimos alrededor de él, el cual seguía durmiendo plácidamente.

—  ¿Y ahora qué? — preguntó alguien a mi izquierda.

—  No sé, ya se despertará. — me encogí de hombros y todos volvimos a nuestros sitios.

Miré la hora y fui al baño a cambiarme, me peiné y recogí mi pelo en una coleta. Al salir, ya se habían despertado todos y algunas personas ya estaban vestidas.

Fui hasta mi litera de nuevo, donde Skylar ya estaba preparada y bajando de su cama.

— Buenos días Sky, tenemos cinco minutos para llegar al comedor. — informé, y ésta asintió.

Bajamos las escaleras y salimos de la cabaña para dirigirnos directamente a la sala.

Al llegar ya estaba casi todo lleno, pero Chris nos había guardado un sitio. Resulta que ser su amiga tenía sus ventajas y todo.

Nos sentamos a su lado y miré lo que había para desayunar.

Llené mi taza de leche hasta la mitad y cogí un par de galletas de la bandeja.

En realidad, fueron un par multiplicado por mil.

— ¡Annie, te estás acabando todas las galletas! — se quejó Chris.

— ¿Y qué? — murmuré, a la vez que mordía otra galleta.

— Que yo también quiero. — hizo un puchero.

Dejé la galleta sobre la mesa, me giré a mirarle y le golpeé en la cara.

— Ahí tienes tu galleta. — sonreí y seguí comiendo.

— Auch. — se quejó éste, acariciando la zona donde le acababa de golpear. — Si lo sé, ni te guardo un sitio.

— De acuerdo. Lo siento, pequeño renacuajo. — reí mientras despeinaba su pelo y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

***

Eran las once y media, y lo único que podía hacer gracias a la falta de cobertura era golpear la pelota contra el techo.

— ¿Entonces dices que Madison y Rebecca piensan iniciar una guerra contra nosotras? — preguntó Skylar, que se encontraba sentada sobre su cama.

Asentí y Sky volvió su mirada a James, al cual acababa de pillar mirándola.

Había estado tan ocupada con el plan de acabar con Madison que me había olvidado de ese otro plan.

Nota mental: conseguir que mi hermano deje de hacerse el chico malo y hacer que se enamore de Skylar.

Nos llamaron por el megáfono a todos los equipos y tuvimos que salir al campo.

Me quedé levantada al lado de Skylar, a la espera de que nos dieran alguna buena noticia —como que las animadoras tenían que irse, por ejemplo—, y de repente, salieron un montón de personas armadas con pistolas de agua.

Empezaron a mojarnos, y yo salí corriendo seguida de Sky hacia el comedor; esta era nuestra oportunidad.

— Vale, aquí estamos. Ahora, ¿dónde guardan las pistolas? — preguntó Sky, y me encogí de hombros.

Me giré y vi una montaña de pistolas sobre una de las mesas, a lo que agarré una y le pasé otra a Skylar.

Al salir del comedor, gritamos como si esto fuera la guerra y salimos corriendo en la dirección del resto de gente.

No soy tu princesa.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora