Día 5.
ANNIE'S POV.
Me desperté al sentir algo blando impactar contra mi cara, y me senté sobre la cama.
— ¡Para ya, aborto de hipopótamo! — le grité a la persona que me estaba golpeando con eso.
— ¡Arriba, pedazo de vaga! ¡Que tenemos que ir a desayunar! — gritó de vuelta Skylar, dejando de golpearme con la almohada.
Ella ya estaba vestida, pero esperó a que yo terminara de vestirme y nos dirigimos al comedor.
Nos sentamos al lado de el resto de nuestros amigos y noté la mirada de Chris sobre mí, haciendo que mis mejillas se encendieran.
No habíamos vuelto a hablar después de lo de el día anterior, pero no sabía por qué demonios no le empujé y mucho menos por qué le correspondí el beso.
Que yo recordara, no había bebido nada de alcohol, y mucho menos me había drogado.
Santa mierda, me había besado.
¿Y ahora qué le diría a Diana? No quería morir tan joven. El mundo necesita a personas como yo.
Y lo peor, era que no me arrepentía. No sabía qué significó ese beso para mí, pero sí sabía que fue increíble.
Removí la cuchara inconscientemente en mi taza de leche mientras intentaba despejar mi mente, y Skylar me puso una mano sobre el hombro.
— Oye, ¿estás bien? Creo que te han drogado esa dona. — preguntó, señalando la dona a medio comer sobre mi plato.
Chris levantó la cabeza, me miró y me regaló una pequeña sonrisa, pero no dijo nada y, al segundo, la volvió a agachar.
Negando con la cabeza, acabé mi desayuno y decidí que lo mejor sería ir a esperar en la cabaña a que viniera el autobús a recogernos.
Diana no había vuelto a hablarme, excepto para pasarme los deberes. Lo mejor sería decirle lo que pasó ayer a ella y a Skylar a la vez.
Cuando oí que todos salían de sus respectivas cabañas con sus mochilas, agarré también la mía y me bajé de la cama para alcanzar a Sky.
Subimos al autobús, ella se sentó en el asiento de la ventana de nuevo y yo me senté a su lado.
Cuando estuvimos todos los de nuestro equipo, el conductor arrancó, y estuve todo el trayecto pensando en otras cosas.
Quizás Diana tenía razón, ¿y si sentía algo por Chris pero no quería admitirlo?
Sonreí a medias. Creo que es hora de aceptarlo.
Alguien me lanzó una bola de papel, que me dio en la cabeza para luego caer al suelo, y la recogí.
— ¿Qué? ¿Hoy es el día nacional de lanzarle cosas a Annie o...? — pregunté, y dejé la frase a medias cuando vi que había algo escrito.
Desdoblé la bola de papel y leí lo que había escrito.
"Chris: ¿Estás enfadada conmigo por lo de ayer?"
Noté un cosquilleo en el estómago, y suspiré. Abrí mi estuche y cogí un bolígrafo, dispuesta a responder.
"Annie: No estoy enfadada, idiota. Sólo estoy... confundida, ya sabes."
Escribí mi respuesta debajo de su nota y volví a hacer una bola con el papel. Me giré hacia mi izquierda, donde estaba sentado Chris, en la otra fila de asientos.
Cuando vi que le golpeaba en la cabeza, volví a colocarme en mi sitio y me apoyé en el respaldo.
Unos segundos después volvió a lanzar la bola, y esa vez la cogí al vuelo. La desdoblé y alisé un poco la hoja para poder leerla.
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No soy tu princesa.©
Novela Juvenil"― Yo de ti no jugaría a fútbol. ― dijo, acercándose más a mí, de modo que tuve que levantar un poco la cabeza ya que era unos siete centímetros más alto que yo. ― Se te podría romper una uña. Fruncí el ceño y me mantuve firme, mirándole a los ojos...