12. Annielleta.

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ANNIE'S POV.

Me desperté —gracias a la alarma, obviamente—,  la apagué de un golpe, fui a mi armario caminando animadamente y cogí unos simples vaqueros azules rotos y una camisa blanca para luego entrar en el baño.

Después de ducharme y vestirme, agarré la plancha, la enchufé y me la pasé rápidamente por el pelo, luego me puse mis deportivas y salí del baño.

Arreglé mi cama y bajé a la cocina, donde mi hermano ya estaba terminando de desayunar. Me preparé un zumo de naranja y unas tostadas y me las comí tranquilamente. Cuando terminamos los dos, cogimos nuestras mochilas, nos despedimos de nuestra madre y salimos rumbo a esa cárcel llamada instituto.

Llegamos, mi hermano aparcó en el sitio de siempre y bajé, caminando por el pasillo hasta llegar a mi taquilla, donde estaba Diana apoyada.

— Buenos días, pelirroja. — le saludé, ella giró su cabeza hacia mí y sonrió.

— ¿Ganasteis el partido? — preguntó, a la vez que abría su taquilla.

— Sí, de hecho van a hacer una fiesta para celebrarlo mañana. — suspiré sin ganas y Diana pareció entenderlo al segundo.

Dirigí mi mirada hacia mi taquilla y visualicé un papel rosado pegado en ésta. Lo despegué, lo desdoblé y leí lo que decía en la nota. Acto seguido, golpeé mi cabeza contra la taquilla.

— ¿Qué pasa, Annie? — preguntó, quitándome el papel de las manos, lo leyó y luego me miró a mí — No hay nada de malo en eso, te lo pasarás bien.

— No lo entiendes, Diana. No le veo nada divertido a las fiestas. — me quejé, sin separar mi cara de la taquilla.

— Vamos, no seas tan negativa — me animó Diana. — Te ayudaré a encontrar algo para ponerte, y trataré de ir contigo.

Al ver que mi mejor amiga no tenía intención de ceder ante mis quejas, asentí, para después dejar mi mochila en mi taquilla y coger mi libro de inglés.

Entramos en nuestra clase y me senté en mi sitio de siempre, al lado de Diana. La profesora entró en la clase justo después, haciendo que todos se callaran, y empezó a explicar.

***

Acabaron las primeras dos clases y al fin pudimos tener quince minutos de libertad, por lo que dejé mis libros en mi taquilla, cogí mi almuerzo y salí al patio, para sentarme con Skylar y Diana.

Terminé mi manzana y intenté buscar a Chris con la mirada; todavía no sabía si se había enterado de la fiesta o no.

Entonces, vi a Luke, a él y a mi hermano caminar en nuestra dirección.

— Hola, chicas, ¿vendréis a la fiesta del equipo de fútbol? — preguntó Chris, mirando a Sky y luego a mí.

¿Y ahora qué le digo?

Si le decía que no, tendría que decirle por qué. Y no estaba de humor para que se rieran de mí.

Pero si le digo que sí, quién sabe. Podría ser peor.

Me limité a encogerme de hombros y Skylar asintió con la cabeza.

Los tres se quedaron con nosotras todo el patio, hablando de cualquier tontería y riendo, mientras yo andaba ahí por otro mundo, como de costumbre.

— ¿Tú qué piensas, Annie? — preguntó alguien y, al levantar la cabeza, sentí las miradas de todos sobre mí.

— Yo... lo siento, no estaba escuchando. ¿Qué pienso de qué? — pregunté también, y Diana sonrió.

No soy tu princesa.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora