cap. 3 ♡

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Seth POV.

La noche se me hizo eterna sobretodo con los putos pensamientos que me atormentaban. No hacía falta decir que eran con relación a Zoe, pensar que estaba a escasos centímetros de mí y con ese bastardo... haciendo Dios sabe que cosas ¡Maldición! ¿Acaso es ésto lo que sintió ella al verme con Nicol? Porque no había palabras para describir el dolor que sentía en estos momentos al pensar en la remota posibilidad... ¡Qué posibilidad! Era obvio,  vivían juntos prácticamente eran parejas y eso me estaba matando.

Tiré al suelo del patio mi tercera botella de cerveza desde mi balcón, éste emitió un ruido que despertaría a los vecinos ¡Que se jodan! Así como yo estoy jodido, bien jodido. Me odiaba por haber dejado que éste sentimiento saliera a flote y peor aún, haber dejado que creciera todos los días estando en la puta cárcel. La había dejado tan pura para el indicado pero ¡Mierda! No quería creerlo.

Mi mirada se encontraba centrada en su casa, tenía la leve esperanza que saliera unos momentos afuera, no sé para tomar aire, así poder verla nuevamente. Joder, si Zoe antes era alucinantemente hermosa ahora lo era más, muchísimo más. Su cuerpo adquirió unas curvas más marcadas, su cuerpo estaba perfectamente tonificado, su rostro más maduro pero sin perder la inocencia que, solo yo podía ver. Era abrumadora la forma en que mi mente pensaba en ella. Solo era ella.

Cuando dieron las tres de la mañana me dispuse, más bien, me obligue a intentar dormir pero en cuanto puse un pie en el suelo una luz en la casa contigua me hizo detenerme, para suerte mía Zoe no tenía cortinas en su cocina por lo que pude verla claramente. Se me cayó el mundo al suelo al ver que tenía los bóxers del Harriota y su camisa. ¡No! Zoe tenía que vestir mi ropa no las de él. Vi que se estaba sirviendo un vaso de agua a la vez que estaba sumida en sus pensamientos. ¿Pensaría en mi? En ese momento como si leyera mi mente levantó la mirada hacia mi casa, sus ojos se encontraron con los míos, la luz de mi lámpara me iluminaba por lo que verme no era difícil. Mi corazón palpitó con más intensidad al ver que no apartaba la mirada, tampoco parecía intimidada entonces la pregunta del millón me vino a la mente ¿Dejó de amarme? Esa era la explicación lógica del porque mi presencia ya no le afectaba como antes lo hacía. Dejó el vaso de agua en la mesada sin dejar de mirarme. Podía pasar toda la vida así pero a quién mentía, la quería junto a mi. La quería sólo conmigo.

Observé nuevamente con desprecio su vestimenta antes de negar con la cabeza y adentrarme en mi habitación.

No sabía aún cómo iba a sobrevivir a ésto, ver a Zoe todos los días con otro hombre no fue lo que quise al salir, no me preparé en ningún momento por si ésto sucediera. Jamás en mi jodida vida imaginé a Zoe con otro hombre, solo conmigo.

Con ese pensamiento me quedé dormido aunque sé que despertaré gracias a otra pesadilla más.

*

La mañana siguiente un insoportable dolor de cabeza me despertó de mi quinto intento de volver a dormir. Había tenido nuevamente otra pesadilla horrible de la que Meredith me despertó, como seguía siendo temprano intenté volver a conciliar el sueño hasta que logré, pero la historia se volvía a repetir.

Odiaba ésto. Desearía poder dormir una noche entera sin interrupciones.

Me quedé boca abajo por un buen rato hasta que el olor del café me abrió el apetito. Me levanté con pesadumbre, como un zombie me encamine hasta la cocina; por unos momentos pensé que ésto podría ser un dejavu por que ciertamente la persona allí dentro no era Meredith ya que en un momento estando somnoliento la escuché mencionar que iba al instituto o algo así. Por lo que la esperanza de que Zoe me estuviera preparando el desayuno creció en mi interior, apresure mis pasos entrando de golpe en la cocina pero la sonrisa tonta que llevaba en los labios se desvaneció al ver a Alice tarareando una canción mientras llenaba un vaso con café. Su vista se elevó hasta mi y su sonrisa se ensanchó.

Eres Mia(OP#2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora