Eres Mia(OP#2) ✔️

cap. 37

Mi corazón latía con mucha fuerza. Sé que ésto es una locura pero ¿Cuando no estuve loca?.

Mis tacones resonaban sobre el pavimento mientras trataba de correr, tenía que llegar antes de que se fuera aunque es posible de que lo haya hecho ya. ¡No! Tenía que ser positiva, tenía que tener fe de que aún tenía oportunidad.

En lo que restaba de la madrugada trataba de contactarme con él pero apenas me envió el mensaje desapareció su cuenta. Después de pensarlo miles y millones de veces, vivir sin Él duele mas que estar con él. Lo sé, es ridículo, soy ridícula pero aquí estoy corriendo del aeropuerto tratando de conseguir un taxi y poder llegar hasta él.

No fue su mensaje que me hizo cambiar de opinión, que hizo que desistiera y pensara que es mejor tenerlo que perderlo. Era solo la simple idea de no volverlo a ver lo que me consumía. Era el hecho de que estaríamos separados por toda la vida lo que me hacía correr como una loca desquiciada tras él.

Ridículo.

Después de mucho correr me canse de los tontos tacones por lo que me quedé en una esquina y me deshice de ellas, lo último que vi antes de correr era como una chica super contenta lo tomaba como si hubiera ganado la lotería. Bueno, al menos algo había hecho bien hoy.

Luke, estoy segura que en estos momentos me está mandando al gran estado de la mierda pero no tuve tiempo de avisarle, me escapé de mi pequeño encuentro con los fans. Claramente, no me olvidé de mandarles un presente y explicarles la razón por las que las dejé. Tal vez me odiaran pero prometí compensarlas volviendo a dar un show, totalmente gratis. Quizás eso les haga pasar el mal humor.

Nuevamente alcé las manos desesperada al ver un taxi disponible. Mi corazón latió de alegría al ver que éste se dirigía hacia mi.

--- Gracias al cielo. --- Dije con un suspiro de alivio en cuanto me deslice por el asiento.

El conductor me dedica una sonrisa cálida antes de emprender el rumbo.

--- Parece estar desesperada en llegar.--- Comenta desinteresado.

Y no se equivocaba.

--- Un poco. --- Digo con rapidez. --- ¿Puede usted ir un poco más rápido? --- Pregunto con una sonrisa inocente.

El señor sonríe.

--- Como la dama lo ordene. --- Dice antes de acelerar.

Mis dedos jugueteaban entre sí, no sabía que iba a hacer en cuanto esté frente a él. Quizás piense que soy ridícula, o tal vez diga que estoy loca. Dios, tal vez esto no era una buena idea después de todo porque ¿Cómo explicaría el hecho de haber dejado una importante reunión para una supuesta visita casual? Porque estaba claro que no iba a decir que estaba aquí para verlo. Aunque suene un poco más loco.

Cuando me di cuenta que estábamos en la calle que me lleva hasta su casa. Sé por fuentes privadas de que está ahí, y por fuentes privadas no hablo de Niall, aclaro. Mis nervios crecían, las mariposas comenzaron a revolucionar mi estómago puesto que después de un año volvería a verlo y era un emoción inexplicable.

Estando a una cuadra hice que el taxi se detuviera. Noté que habían dos personas frente a su casa hablando con risas, cuando me di cuenta de quienes eran el corazón se me estrujo. Seth parecía disfrutar de su presencia por lo que le pedí al taxista que retorne con la excusa de que me había equivocado de calle.

Para mi mala suerte, no podíamos dar vuelta sino hasta la otra manzana. Cuando pasamos frente a ellos no creí que se darían cuenta de la presencia del taxi pero como si fuera un mal trago del destino los ojos de Seth se encontraron con los míos. La sonrisa de su rostro desapareció. Ese momento parecía haberse congelado. Una sonrisa se dibuja en mis labios y mi mano se posa en la ventanilla anhelando tener sus manos con las mías. Seth comenzó a caminar hacia mi, sin despegar sus ojos del taxi. Cuando estuvimos girando comenzó a correr tras de mí dejando a Kate de lado. Algo dentro de mí me gritaba para que pudiese bajarme pero estaba dudando.