Epílogo♡

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--- ¿De verdad tengo que hacerlo? --- Gruñe Seth desde la comodidad de la cama.

Termino de alisarme el cabello y vuelvo a hacer una pasada solo para asegurarme de que no se estropee durante la noche.

Miro a Seth a través del reflejo del espejo.

--- Te recuerdo que es parte de tu trabajo y también la mía. --- Repetí estas mismas oraciones ya como mil veces durante el día.

Seth restregaba su rostro.

--- Pero no es mi trabajo ir contra tuya. ¿Acaso cuando nos casamos no proclamamos nuestros votos diciendo que estaríamos juntos en todo hasta que la muerte -que nunca llegará- nos separen?--- Cuestiona utilizando algo sagrado en mi contra.

Dejo el aparato a donde estaba y me encamino hasta la cama. Menos mal todavía no me había vestido porque no me gustaría estropear otra ropa, pero al fin y al cabo, no se porqué me preocupa ya que Seth lo hará de todos modos.

Trepo por la cama hasta subirme encima de Seth y sentarme a horcadas sobre él.

--- En el contrato matrimonial no viene incluidos los trabajos, por lo tanto hay una excepción Seth Ward. --- El refunfuña pero al final rueda los ojos. --- Así que, si eres buen marido. --- Jugueteo con su cabello inclinándome levemente hacia él. --- Levanta ese jodido trasero y prepárate porque la pelea comienza en más o menos una hora. Y, aunque me conviene que no vayas para que yo así gane, como una buena esposa tengo el deber de animarte/obligarte a ir. Así que. --- Le doy una palmadas en su rostro antes de intentar levantarme. Si, intentar porque unas manos fuertes me impidieron siquiera mover un pie.

La sonrisa inocente de Seth no me olía para nada bien.

--- Sólo hay una forma que puede hacer que levante este jodido trasero y necesito, requiero de su ayuda esposa mía. --- No puedo evitar rodar los ojos.

--- Debido a que no me conformaría con cinco minutos de levante, no podré complacerlo Sr Ward. --- Comento. --- Así que, no me hagas perder más tiempo que yo si quiero ganar esa pelea.

Y sin más me dejó ir, no sin antes soltar más de miles de maldiciones.

Llevé mi ropa nuevamente al vestidor al saber que si me desnudo frente a él no me dejaría siquiera vestirme por lo que haré honor el nombre del vestidor.

Cuando terminé Seth ya estaba listo, se veía jodidamente sexy con sus pantalones cortos y una remera sin mangas jodidamente ajustada a su escultural cuerpo. No pude evitar babear ante el impresionante hombre que tenía en frente.

Seth con una sonrisa ladeada se acerca a mí con lentitud. Su respiración golpeaba la piel de mi cuello antes de sentirlo en mi cabello.

--- La oferta de volver a la cama aun no termina. Puedes quitarme todo ésto cuando quieras nena. --- Susurra en mi oído.

Maldito tentador.

--- No me engañaras tan fácilmente Ward. --- Lo empujo de los hombros. --- Ahora vayamos antes de que me arrepienta de mi decisión.

Y sin dejarle cuestionar nada corro fuera de la habitación. Escucho su grito frustrado antes de escucharlo seguir mis pasos.

*

Ya en la sala de boxeo, mi relación con Seth ya había terminado puesto que él seguía siendo contrincante mío. Dylan me había esperado ya con haber calentado sin que yo se lo ordenara. Aun estaba molesto porque no había esperado su llegada para casarme y ¡Jesús! Había pasado ya un año de mi casamiento y aun el idiota no lo supera. Bueno, no es culpa mía es la de él por haber viajado a Nueva York justo un día antes de que Seth me pidiera matrimonio. Hacerlo volver al siguiente día no sería agradable para su familia ya que de por sí, no soy bienvenida en su casa, desde aquella vez hasta ahora solo manteníamos una relación laboral y, aunque no me guste, había aceptado sin réplicas.

Eres Mia(OP#2) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora