7. Como en una peli de acción

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¡Jelouuu! ¿Cómo estáis? Espero que bien. Bueno pues hoy es el día de la Hispanidad y muchos países no tienen cole/insti/trabajo. Y eso es bien. En fin, aquí os dejo otro capitulillo. No os olvidéis de comentar y todo lo que se hace con una historia. ¡Se os quiere! <3 Bye!

P.D.

Decidme si se ve bien, es que en la tablet se veían muy mal las palabras, algunas frases se repetían... Es como si le hubiera dejado escribir a un mono. Sin embargo, en el móvil se ve justamente como lo he escrito.

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—Te quiero.

—Yo a ti también.

Nos dimos otro corto, pero tierno beso, y decidimos volver al hotel. Íbamos agarrados de la mano, entrelazando unos dedos con otros, y también hablábamos.

—¿Qué prefieres: una mierda que sepa a chocolate o chocolate que sepa a mierda? —pregunté.

—¡Puf! Pues... No sé. Es que es difícil, porque la textura de la mierda sabor a chocolate es... asquerosa, y obviamente no voy a escoger chocolate con sabor a mierda —reí.

—¿Entonces qué eliges?

—Eh... Me quedo con la mierda sabor a chocolate. Ay madre, qué asco...

—¡Ja ja ja! Te toca.

—Vale a ver... Eh... ¿Qué prefieres: bañarte en babas o beber un vaso de babas?

—¿De quiénes son las babas?

—De... Salvador Raya.

—¡Urg!

—Venga, elige.

—Eh... Supongo que... bañarme en babas. ¡Dios que asco! —Rubius rió perversamente.

—Eso es mi venganza.

—Eso es mi venganza, bla bla bla... -le imité con voz de burla.

—Si te estás burlando de mí, te aviso de que vas por mal camino.

—¡Ah! ¿Sí? ¿Y qué me vas a hacer?

—Te la estás ganando...

—¡Uy! ¡Qué miedo! ¡Mira cómo tiemblo!

—Te vas a enterar.

Vino corriendo hacia mí y me tiró al césped. ¡Oh! Que no haga lo que creo que va a hacer. ¡Oh, Dios! ¡No!

—¡Nooo! ¡Rubius cosquillas no! ¡Por favor! ¡Todo lo que quieras menos cosquillas! —reía a carcajadas.

—¡Esto es mi venganza!

—¡No, Rubius! —reí—. ¡Te lo ruego!

Y por fin paró. ¡Sí! Una de las cosas que más odio en este mundo es que me hagan cosquillas, no las aguanto, en serio.

Rubius quedó encima mía, en una postura un tanto incómoda. Nos mirábamos a los ojos y serios. Entonces, se acercó rápidamente a mis labios y los besó. Yo agarraba su cabeza para atraerlo más a mí.

—No sabes cuántas ganas tenía todo este tiempo de besarte -dicho esto, le sonreí sin mostrar mis dientes-. Anda, vámonos -se levantó de encima mía y me dio su mano para agarrarme a él y poder levantarme también.

© Gamers VS Vloggers ↪elrubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora