15. Adiós canal

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¡Muy buenas, criaturitas del señor! Creo que a partir de ahora, subiré capítulo cuando tenga tiempo. Porque es que tengo que estudiar bastante para los exámenes del curso. Y si escribo y no estudio, pues las cosas van a ir mal, muy mal.

Cambiando de tema... ¡hemos llegado a las 200 leídas! ¡Yujuuu! Que guay, en serio. No sé cómo agradecéroslo. Me hacéis tan feliz.

En fin, no me enrollo más y os dejo que disfrutéis del capi que he hecho con tanto love para vosotras. <3

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NARRA RUBIUS

Los tipos grandullones nos llevaron a la planta más alta del hotel. En aquella zona había un espacio amplio y al fondo una puerta doble, o sea, dos puertas, como las del RDC. El ambiente era tranquilo y relajante, ya que las luces estaban atenuadas y los colores de las paredes eran marrón y beige. Los hombres abrieron las puertas y nos empujaron para que entrásemos. Allí nos esperaba el Sr. Álvarez sentado en una silla de cuero y súper grande, girada hacia la pared, de tal forma que nos daba la espalda.

Sr. Álvarez: Han venido -y giró su silla hacia nosotros como un fucker-. Siéntense, por favor.

Wismichu y yo tomamos asiento en las dos sillas, también de cuero, que estaban frente al escritorio.

Sr. Álvarez: Me han informado de que han formado barullo en el restaurante de la zona gamer del hotel, ¿no es así?

Ninguno de los dos habló.

Sr. Álvarez: Como ya dije en la conferencia, los causantes de las peleas serán castigados con la clausura del canal de estos. ¿Me escucharon?

Los dos: Sí.

Rubius: Pero no me puede hacer esto, señor.

Sr. Álvarez: Deme razones.

Rubius: Tengo a más de catorce millones de criaturitas viendo mis vídeos. ¿Quiere que me vaya así, tan repentinamente?

Sr. Álvarez: Si ese es el problema, le dejo varios días para grabar un vídeo en el que se despida, lo edita y lo sube a su canal. Y asunto zanjado.

Rubius: No, no es eso. Usted no lo entiende.

Sr. Álvarez: Claro que le entiendo, Sr. Doblas.

Rubius: Llámeme Rubius -dije en tono borde-.

Sr. Álvarez: No, ya no. ¿Recuerda? Sin canal no hay pseudónimo.

Un escalofrío de ira me revolvió todos los intestinos. Cerraba el puño con toda la fuerza. Os juro que si me enfadaba un poco más, le pegaba un puñetazo en la cara al Sr. Álvarez, en serio.

Sr. Álvarez: Si no le importa, Sr. Doblas, voy a hablar con su compañero. Puede retirarse.

Me levanté con un salto y salí, furioso, del despacho del Sr. Álvarez. Allí fuera, vi a todos los chicos sentados en los anchos sofás de la sala de espera.

Mangel: ¡Rubiuh!

Alexby: ¿Qué te ha dicho el Sr. Álvarez?

Rubius: Me quitan el canal.

Todos: ¡¿Qué?!

Me senté en uno de los sofás como si tuviera un peso encima que tirase de mí. Estaba destrozado. ¿Qué haría ahora sin mis criaturitas del señor?

© Gamers VS Vloggers ↪elrubiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora