Capitulo 45: Simples Marionetas

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-Kanato, ven.- Lo llamé y el me siguió por los pasillos de la mansión.

El lugar estaba apenas iluminado, el estaba a unos pasos detrás de mi, pare en seco y me gire.

No se movió, y camine con lentitud hasta el.

Cuando estuve frente a el coloque ambas manos sobre su hombros y lo acerque a mi con brusquedad.

De su boca se escapo un leve gemido cuando mi lengua acaricio su cuello. Clave mis colmillos con lentitud.

Me despegue de el soltando un suspiro y sin mirarlo me voltee y me fui caminando por el pasillo.

Últimamente, solo la sangre de kanato era la única que tomaba.

Era mucho mas fácil hacerlo, y también placentero.

Los demás, siempre terminaban clavándome sus colmillos si yo lo hacia.

Hoy empezaba la primavera. Y hacia bastante calor.

Me aparecí en el patio y me senté en la fuente con la mirada clavada en cierto alvino.

El no había notado mi presencia.

Cerré los ojos y solté un suspiro.

Cuando abrí los ojos Subaru estaba frente a mi observándome fijamente.

Por su expresión pude descifrar lo que quería.

-¿Por que no te alimentas de una rata?.- Suspire rodando los ojos.

Ni si quiera se tomo la molestia de responder mi pregunta.

En un movimiento rápido me encontraba acorralada completamente.

Sus manos apretaban mis hombros con fuerza para que no me moviera, sus pelo cubría un poco sus ojos.

El estaba sentado sobre mi, no podía moverme en lo absoluto.

Se inclino hasta que sus labios rozaron mi cuello causándome un escalofrió por todo el cuerpo.

Clavo sus colmillos lentamente haciendo que yo soltara un gemido de dolor.

Se despego de mi y su mirada se conecto con la mía.

Si no hubiese sido por que hace poco me había alimentado. Posiblemente estaría inconsciente ahora.

Aparte la mirada de el y la clave en el cielo.

-Ya has tomado lo que querías, ya puedes alejarte de mi.-

Su mano derecha me tomo del rostro y me obligo a mirarlo.

Su rostro se encontraba demasiado cerca del mio.

No se cuanto tiempo estuvimos así. Mis ojos simplemente no podían despegar la mirada de los suyos.

Entonces acorto la distancia.

Pero yo no le seguí el beso.

Sus fríos labios se movían con lentitud esperando una respuesta con paciencia. Al cabo de unos segundos se rindió, se aparto de mi y sin dedicarme la mirada, de fue.

Me levante y comencé a caminar sin rumbo alguno.

Camine con la vista clavada en el suelo y las manos dentro de mi sudadera.

Choque contra algo haciendo que levantara la mirada inmediatamente.

-¿Que haces aquí?.- Pregunte sorprendida al percatarme de que no me había chocado con algo, mas bien, con alguien.

Sonrió de costado y su vista bajo a mis colmillos.

-Los Sakamaki no pierden el tiempo.- Dijo con burla.- Vine a verte, enana.- Sonrió.

Después de Yui [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora