Oscuridad. Eso es lo unico que podia ver.
Y no, no tenia los ojos cerrados.
Mi habitacion estaba completamente negra. Las ventanas estaban cerradas y ni la luz de la luna alumbraba la habitacion.
Me senté en la cama y traté de ver algo, pero no. Todo seguia oscuro.
Bostecé cansada y estiré mis brazos.
Recordé lo que había pasado antes de perder la conciencia y suspiré.
Me froté los ojos mientras pensaba.
-Asi sera mi vida ¿No? Estoy destinada a esta vida de mierda.- Pense. Y solte una risa burlándome de mi misma.
Mi estómago gruñó.
Y una pelea interna se desató en mi cabeza. Corria el riesgo de volver a ser una presa fácil para ellos. Pero al final, me dí cuenta de que siempre lo soy, y de que entre estar aqui dentro o afuera, no hay ninguna diferencia.
Asi que solo salí sigilosamente de la habitacion y comence a caminar hacia la cocina, tratando de hacer el menor ruido posible.
Tal vez estaba equivocada. Caminando por los pasillos de la mansión habian mas posibilidades de toparme con uno de ellos. Y en mi habitación tambien habian posibilidades, pero menores que éstas.
Me golpeé mentalmente por tener la estúpida idea de salir de mi habitacion. Pero la verdad es que tenía mucha hambre.
Entré a la cocina y escaneé todo el lugar. Cuando estaba segura que ninguno de ellos estaba, caminé a pasos silenciosos a la heladera.
Me preparé un sandwich de queso y me senté a comerlo.
La puerta de la cocina se abrió, y Raito entro con los ojos cerrados mientras se rascaba la nuca.
Me sonrojé fuertemente al prestarle más atencion. Llevaba puesto nada mas que unos pantalones de dormir y su torso estaba desnudo. Era raro verlo sin su típico sombrero y tan despeinado.
-Ehh... Baby-chan. ¿Tienes hambre?- preguntó cuando notó mi presencia. Con su muy conocida sonrisa lasciva.
-Si- respondi cortante y corrí mi mirada. Él solto una risita y caminó hasta la heladera.
Luego se acercó hacia donde yo estaba, y se sento justo en frente de mi con un sandwich de queso igual al mio.
-Já. Ahora que lo pienso... ¿No era que solo vivien de sangre, los vampiros?.- pregunté sarcástica.
-Ehh..-me sonrió.- Asi que quieres que me alimente solo de ti...¿eh? ¿Baby-chan...?-Pregunto con un tono burlón y una sonrisa pervertida.
-No es lo que quise decir.-me sonrojé. -Prefiriria que solo se alimentaran a comida normal, y no de mi sangre.- Conteste fría corriendo mi mirada de él para que no notara que me sonroje.
-Eso le quitaría lo divertido.- dejó escapar una risita y se quedo un tiempo en silencio.-Te casarás conmigo... Baby-chan.- soltó de la nada, con un leve rubor en sus mejillas.
Me sorprendí ante sus palabras y me atreví a preguntarle:
-Te haré una pregunta Raito.- él me hizo un gesto con la mano aceptando mi pregunta.- Es exactámente la misma pregunta que le hice a Ayato...-aclaré.- ¿Y si no te elijo a ti?- espeté cortante y con la mirada desafiante.
-Sé que lo haras.- respondió seguro.-No te podrás resistir.- Y esta vez el tono lascivo volvio.
No pude evitar reírme de una manera sarcástica.
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Después de Yui [D.L] (EDITANDO)
FanficY ella se fue, dejando corazones y orgullos rotos en el camino. Y Akira llegó después de ella, pagando la deuda que aquella mujer había dejado. ADVERTENCIA: Esta historia contiene contenido viejo y explícito, faltas de ortografías y errores gramatic...