Capitulo 22: Perdóname.

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Abrí los ojos lentamente. Estaba envuelta en unos brazos fuertes y extremadamente cálidos. Observe fijamente el rostro de Subaru que estaba frente a mi. 

Tenia el pelo desordenado, y la boca levemente abierta. Parecía un Ángel, parecía tan tranquilo. Y si cualquier persona lo viera así, no dudaría en decir que es el es una pura creación de los ángeles. 

Pero era todo lo contrario, el no era un Ángel, el no estaba hecho por los Ángeles de los que me contó una vez mi abuela. El había sido creado por los demonio mismos, por vampiros. 

Pero nadie notaria la diferencia. No con su rostro y cuerpo. 

Por que los vampiros estaban diseñados para ser atrayentes. Eran hermosos y cautivadores, ellos mismos con una sola mirada te atraían. Y los humanos caminaban lentamente a la boca del lobo. O mas bien a los colmillos. Esperando encontrarse con los mismo Ángeles, pero al haber entrado. 

Era todo lo contrario. Entrar a su mundo, solo te llevaba al mismo infierno, lleno de pecado y sufrimiento. 

Mis pensamientos se alejaron cuando sentí que el me apretaba mas a mi. 

Y una inmensas ganas de acariciar su rostro me invadieron. 

Levante un poco mi mano derecha y la puse sobre su mejilla. Acariciando levemente su piel blanquecina y fría. 

Era irónico pensar que sentía que sus brazos al rededor de mi torso me parecían extremadamente cálidos, cuando su cuerpo era completamente fríos. 

El abrió lentamente sus ojos, aturdiendo mi mirada con sus ojos tan rojos como la sangre. Como la sangre que yo, ya me había acostumbrado que me quitaran sin permiso y a la fuerza. 

Quise sacar mi mano de su mejilla al sentir sus ojos abiertos. Pero el me lo impidió poniendo su mano sobre la mía en su mejilla. 

Apretó mi mano con la suya, pero no al punto de hacerme daño. 

-Hola.- Me saludo con la voz baja. 

-Hola.- Le respondí con una pequeña sonrisa. 

El se quedo en silencio. Mirándome fijamente, parecía estar perdido en sus pensamientos. Y no era mi plan sacarlo de ellos. Por que en realidad, no tenia nada para decirle. 

El se giro, y tiro un poco de mi. Entonces el quedo boca arriba abrazándome con su brazo izquierdo desde la cintura, y mi cabeza quedo apoyada sobre su pecho.  

-No se como me puedes sonreír, ni si quiera se como puedes sonreír.- Su voz pareció triste cuando termino la oración.- No con todo lo que estas viviendo.- 

Levante la mirada, encontrándome con sus ojos apocados con lagrimas. 

Tenia frente a mi llorando a Subaru Sakamaki. Nunca había pensado que tendría esta imagen frente a mi. 

Y nunca había pensando, que me seria tan doloroso verlo así. 

-No puedo dejarte ir, no quiero que me abandones.- Trago en seco.- Por eso no puedo liberarte-. Levanto sus dos manos, y puso cada una sobre mis mejillas. Y acerco un poco mi rostro al suyo.- Pero eso no quiere decir, que no me duela todo lo que estas viviendo.-Sin darme tiempo de reaccionar pego sus labios contra los míos. Y los dejo así por un momento. 

Pero luego comenzó a moverlos de una manera lenta. Y yo le respondí. Le seguí el beso sin chistar. 

Tal vez por que lo deseaba. O tal vez por que tenia miedo de no responderlo y que el se enojara con migo. 

Pero una pequeña parte de mi. Sabia que el no se enojaría si yo no le seguía el beso. 

Cuando la respiración se me estaba acabando. El se separo de mi lentamente. 

-Perdóname.- Pego su frente con la mía.- Perdóname por ser tan egoísta como para no liberarte de este infierno. Perdóname por todo el dolor que vives. Perdóname por separarte de tu familia, por obligarte a ser mía sin preguntarte.- Cerro los ojos apenas había terminado de hablar. 

Mi ojos se vieron inundados de lagrimas. 

-Gracias Subaru.- El abrió los ojos confundido.- Gracias por pedirme que te perdone.- Le sonreí débil y todavía con las lagrimas cayendo por mis ojos. 

Volví a apoyar mi cabeza sobre su pecho. Y volví a caer sobre los brazos de morfeo. 

(...)

Una chica. Rubia de cabello corto. Estaba parada frente a un gran ventanal en una habitación completamente rosa. 

Yo ya la conocía, la había visto en otro de mis sueños. Pero cuando mis ojos se fijaron en los de ella. Supe quien era. 

Era mi abuela, era Yui. Y solo parecía unos años mayor que yo. Llevaba un uniforme bastante elegante. Y sus pequeños brazos estaban cruzados en su pecho. Estaba mirando fijamente al atardecer que se veía a través de la gran ventana. 

Unos brazos la envolvieron de atrás, abrazándola desde la cintura. Y divise una cabellera roja que yo conocía muy bien. 

-Dentro de poco nos casaremos Yui.- Una sonrisa se asomo en su rostro que estaba apoyado sobre el hombro de Yui.- Y seras mía toda la eternidad.- 

Ella no dijo nada. Simplemente sonrió. 

Pero yo supe muy bien. Que su sonrisa no llegaba a sus ojos. 

(...) 

Desperté agitada y me senté  apoyando mi espalda contra el respaldo de la cama. Note que Subaru ya no estaba.

Suspire.

¿Ella... se iba a casar con Ayato?. ¿Entonces por que se fue?

Miles de preguntas se formularon en mi mente. Pero no tenia las respuestas.

Y una parte de mi necesitaba saber que había pasado.  

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Después de Yui [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora