Capitulo 1: Decisión

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Mis manos sudaban, mi cuerpo temblaba, mi corazón se aceleraba a cada segundo. Miedo... si. Eso es lo que sentía en este momento. No sabia quienes era ellos, ni que querían. Pero no solo tenia miedo por mi, si no por mi abuela, no quería que le pase nada a ella, y si eso significaba sacrificarme, lo haría.

*toc* *toc*

La puerta de mi habitación sonó, haciendo que pegara un pequeño brinco.

-Se que estas ahí. Vamos, sal. No te haremos nada... por ahora.- una voz juguetona y al mismo tiempo macabra habló.

-Va- váyanse, llamare a la policía.- grité asustada, casi al borde de las lágrimas.

-Mmm... si sales no le haremos nada a tu abuela, a Yui.- Si salía, puede que me pase algo a mi. Pero si no lo hacía, le pasaría algo a mi abuela. Eso nunca me lo perdonaría.

Me dirigí a la puerta decidida, pero no podía evitar que mis piernas tiemblen del miedo. No conocía a estos chicos pero estaba segura, que no eran buenas personas.

Abrí la puerta lentamente, encontrándome con uno de los dos pelirrojos, pero este llevaba un sombrero. Solo tengo 8. No quiero, no tendría oportunidad con ninguno de ellos.

-Ven niña- me agarró fuerte del brazo, a lo que no pude evitar soltar un par de lágrimas de dolor. Y tratar de zafarme de su agarre.

-¡Suéltame!.- grite con lagrimas en mi ojos. Me guió hacia la cocina, donde todos estaban.

Apenas puse un pie en la habitación, todos me miraron, haciendo que me encoja de hombros y me esconda atrás del chico de sombrero. Él se sorprendió y me miró confundido. No es que le tenga confianza, pero fue lo primero que atiné a hacer para que ellos no me miren.

-¿Cuantos años tienes?- de repente uno de ellos habló, el chico con anteojos.

-O-ocho- Me sonrojé levemente y bajé la mirada.

-Es muy pequeña, no la podemos llevar con nosotros- ahora un chico con el pelo totalmente blanco y ojos rojos habló.

-Tendremos a alguien con quien jugar ¿no Teddy?- dijo un chico con el pelo lila, y los ojos del mismo color, solo que un tono mas oscuro.

-¿Lle-llevarme a do-donde? ¿Por qué? No los conozco.- no me había dado cuenta que el chico del sombrero, tenia agarrada mi mano, y por el susto la apreté. Y luego traté de quitarla, pero él no me dejó.

Uno de ellos iba a hablar pero la puerta de abrió, dejando ver a mi abuela. Tenia una mirada de preocupación y miedo.

-¡ABUELA!- grité, tratando de zafarme del agarre.

-¡AKIRA!- mi abuela dirigió su mirada al pelirrojo que me sostenía. Y una mirada que nunca vi en ella, apareció.

-¡SUÉLTALA RAITO! Ella no les hizo nada. Lleven me a mí, háganme lo que quieran. Pero por favor, no le hagan daño.-no entendía nada de lo que estaba pasando: ni por que mi abuela los conocía, ni por la querían.

-Mmm... Bitch-Chan, ya estas vieja. Así que después de todo, ¿Dejaste de alimentarte como debías no?- No me gusto nada como este tipo llamaba a mi abuela, así que no pude evitar insultarlo. Grave error.

-Oye tu, ¿como llamas a si a mi abuela? IDIOTA, no la llames así.- Le pegaba con todas mi fuerzas, pero el ni se inmutaba, mi fuerza era nula a comparación con la de él.

-Eres brava. Mmm, me gusta, serás una gran novia cuando seas mayor- se agachó frente a mi y me acaricio la mejilla, a lo que pegué un brinco asustada y trate de apartar su mano.

-¡DÉJALA RAITO!  Es una niña, ¿que quieren? Les daré cualquier cosa, pero déjenla.- mi abuela se acercó hasta el y uno de ellos habló.

-¿Que queremos?Pues hacerte pagar. Nos abandonaste. Después de todo, después de que te salvamos, eras importante para nosotros. ¡¡NADIE ABANDONA A ORE-SAMA!!- Hablo el pelirrojo que no usaba sombrero.

Se acercó hasta mi abuela peligrosamente y la tomo del cuello. Yo pegué un brinco asustada y comencé a llorar.

-Deja a mi abuela, por favor, déjenla.-rogaba. Él me miro, y la soltó, haciendo que ella caiga al suelo. Como pude, me zafé del agarre y corriendo me dirigí hacia ella. Me arrodillé a su lado.

-Abuela- susurre. Ella me miro con sus grandes y hermosos rosas. Se acerco a mi oído, y susurro.

-Corre. Corre.- yo la mire sorprendida. No, no iba a correr. No la iba a dejar así, no podía.

-No, lo siento- miré hacia mis costados y todos ellos estaba ahí, mirando la escena.

-¿Que quieren? Por favor, dejen a mi abuela en paz. Por favor- las lagrimas no paraban de salir de mis ojos. Tenia miedo por mi, por mi abuela. Por todo.

-Con una condición.- propuso el de pelo oscuro y lentes.

-¿Qué?- pregunte ilusionada.

-Tú, vendrás con nosotros. Para siempre.- abrí los ojos sorprendida, y mi abuela también. Ella se quiso parar, pero no pudo. Era mi vida o la de mi abuela.

 La miré.

-No, no Akira. No... no. No vallas, ¡No!- rogó mientras me abrazaba. Las lágrimas no tardaron en salir de nuevo.

-Lo siento- susurré. Dirigí mi mirada hacia ellos y asentí con la cabeza. -Esta bien. Todos al auto, nos vamos- El que pude reconocer como Raito me iba a agarrar, pero antes de eso hable:

-Esperen, déjenme recoger algo.- pedí -Sólo tomará un minuto-

El asintió y me soltó. 

Corriendo, me dirigí hacia mi habitación. En una mochila, guardé mis cosas más preciadas. La pulsera que mi abuela me había regalado hacía un año. Una foto mía con mi hermano y mis padres. Una foto de mi hermano. Ropa interior y a mi peluche Fufy, que era un unicornio blanco. Cuando llegue a la otra habitación, mi abuela estaba en el piso, y parecía dormida. Me fijé si tenia pulso. Si, lo tenia. La abracé con todas mis fuerzas, sabiendo que quizás, no la volvería a ver.

Así es como llegué a vivir con los Sakamaki, cómo mi historia con ellos...

Comenzó...

✅ Editado


Después de Yui [D.L] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora