Encuentro

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El aire del bosque era una mezcla de tierra y corteza que se evaporaba por entre los helechos y se metía bajo mi piel, mientras mis respiraciones eran fuertes y descontroladas.

Definitivamente estaba perdida.

Después de tantas advertencias de papá, aquí me encontraba, entre grandes arboles que escondían la escasa luz del ocaso.

Ahora mis quejidos se transformaban en sollozos de angustia.

Lagrimas y secreciones nasales se mezclaban en una liquida y fina tela que bajaba por mi rostro.

Las tétricas historias de las chicas perdidas en este mismo frondoso bosque llegaron a mi mente, como aquella el verano pasado, una extranjera que llevaba por nombre Irene, la ultima vez que fue vista vagaba por los humedales a unos cuantos kilómetros desde donde me encontraba en estos minutos, fue prácticamente tragada por la tierra. La chica de cabellos dorados entro a formar parte de los mitos urbanos de este pequeño pueblo.

Mis botas de goma, resbalaron sobre la raíz de un gran olmo, mi cuerpo cedió ante la gravedad y rodé cuesta abajo por entre los húmedos arbustos. Cuando un árbol choco abruptamente sobre mi cabeza el mundo comenzó a girar.

La caída había terminado, pero mis intentos por permanecer en pie eran inútiles, mi ojos se nublaban y enfocaban con pequeños destellos de lucidez.

Recordé a mi padre y mis ojos se inundaron de recuerdos que caían en forma de lagrimas.

Es así como acabaría mi vida, aun no había terminado la secundaria y mis notas seguían siendo horribles, no había logrado nada por mi misma y seguía sin entender el doble sentido de un comentario obsceno.

Mis pulmones dolían y mi garganta seca generaba un horrible sonido.

El asma.

Por un momento me había olvidado del asma.

Parecía que comenzaba a ahogarme cuando una oscura figura se posiciono frente a mi, no me dio tiempo de asustarme y rogar por mi vida, él ya se encontraba hablando.

-¿Yoon Hee?- la voz me parecía familiar, pero no podía recordar de donde, se escuchaba mas sorprendido que preocupado. -¿Yoon Hee, eres tú?-.

-Ssi... sii soy yo- dije entre sollozos, mientras sus manos cubrían mis hombros húmedos y fríos.

-¿Que haces aquí?- El instituto, aquella voz la había escuchado en el instituto, la opaca luz del bosque se reflejaba en sus mejillas y cubría su rostro con una sombra oscura.

- Yo... yo.. me perdí- explote en llanto, frente al desconocido y no me importo que tan patética podía verme, debía saber el duro momento que estaba pasando, aunque quizás con solo ver mis ropas sucias y deshilachadas podía saber el tormento que debí vivir hace un momento.

-Tranquila- su voz fue solo un ronroneo, que se posiciono sobre mi nuca, había escondido mi cuerpo entre sus brazos, aplicando pequeñas palmaditas en mi espalda, busco mi mano entre la oscuridad y se la entregue sin reproches. - Debemos irnos- por primera vez en la noche su voz sonó intranquila.

Solo asentí y deje que el gentil extraño tirara de mi, fuera del bosque.

Poco a poco el crepúsculo rosaseo se hacia mas visible, una camioneta roja se encontraba estacionada cerca de la carretera.

Aquel chico debió haber visto mi gran caída desde la pista y parado para saber de que se trataba.

-¿Como estas?- su nuca giro para encontrarme de lleno con aquellos ojos caoba oscuro que en el instituto me atrapaban con tanta frecuencia pero que a la vez me ignoraban y alejaban.

Un grito agudo escapo de mi garganta ante el asombro de percatar su presencia, mi mano se soltó casi como un reflejo, pare de estrépito y mis rodillas flaquearon tratando de encontrar una salida a esta vergonzosa situación.

-¿Que haces?- dijo con cierta diversión en su tono de voz. No era del tipo de chico que cruzaría una frase conmigo.

Me gustaban sus profundos ojos pero mas me gustaba la comodidad del anonimato. La secundaria era una jungla y yo no era exactamente lo que llaman un animal de caza.

El pánico estaba apoderándose de mi semblante, fue ahí cuando en un movimiento rápido mi rostro cubierto de lodo y mocos fue atrapado entre sus suaves y delgadas manos.

-Yoon Hee...quiero que respires- obedecí de inmediato, en un momento estaba hiperventilada y al siguiente inhalaba y exhalaba de manera pausada.

Entonces una luz se encendió sobre mi cabeza.

Sabia mi nombre, no había dudado ni una vez al pronunciarlo.

Pensaba que mi método de invisibilidad en el instituto funcionaba mas que bien, pero aquel chico popular en este momento estaba olvidando años de evolución en la cadena alimenticia.

¿Que era todo esto?

Sus ojos clavados en los míos no se habían percatado de la cercanía de nuestros labios, no era solo yo la que jadeaba al ritmo de mis respiraciones, el estaba atado a ella, hipnotizado y embriagado por el momento.

Mi cuerpo recibió entonces un casto choque eléctrico, había sido castigada por mis pensamientos lujuriosos.

-¿Tu eres...- mis ojos aun seguían perdidos en sus rosados y carnosos labios- ...Jimin?- no era una pregunta, era ridículo ser estudiante del instituto de Ganwong y no saber quien era Jimin, pero yo poseía puntos extras para saber de primera mano de quien se trataba.

Tras el alto muro de enredaderas que daban con el gran ventanal de mi cuarto en casa, se encontraba el secreto mejor guardado a mis amigas.

Aquel chico era mi vecino desde hace mas de diez años, pero las cosas de la vida nos habían llevado a ignorar nuestras existencias.

Claramente no era reciproco, mientras él no podía pronunciar mi apellido seguro de no equivocarse, yo sabia muchos detalles de la vida diaria de uno de los chicos mas populares en Ganwong.



Creo tener una especie de obsesión por las sasaeng.








Dark Forest (BTS: Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora