Era la tercera riña esta semana y la tercera vez que veía en el instituto a la tía de Jimin, según lo que me había dado a entender, la primera vez que nos vimos, la señora Park sufría constantes ataques de ansiedad al respecto.
Jimin siempre había sido un chico bueno,mas bien siempre había estado dentro de los limites, pero aun, un chico bueno que no se molestaba con sucias peleas y podía bajar de su gran Ford para ayudar o apresurar la marcha de la anciana del final de la manzana.
Ahora su auto era un lió, entrando y saliendo del estacionamiento derrapando el cemento a su alrededor.
Después del instituto se perdía por horas antes de volver a casa, casi cuando el reloj marcaba las doce, se encerraba en su cuarto y el peso de su presencia se multiplicaba en mi dirección.
En clase de ingles aun mantenía sus asquerosas notas, pero no habían cambiado mucho desde la última vez que fue paciente.
-Señor Park- Mr. Yang golpeo con la vara metálica el pupitre del chico, más de cinco veces, todas las miradas de la clase se fijaron en Jimin, quien dormía plácidamente,de pronto, con aires despreocupados él extendió lentamente sus brazos sobre su cabeza cual gato adormilado.
-Mi nombre es Jimin- modulo lentamente con sus ojos llenos de desden mientras los cabellos del peinado de Miss Yang se encrespaban debido a su furia.
Antes de que contestara salto de su pupitre tirando ágilmente la silla tras de sí, que golpeo con fuerza el suelo, tomo su morral del extremos de la mesa y por un milisegundo sus ojos muertos y sin vida se encontraron conmigo.
Hace más de un mes Jimin no había notado mi existencia, hace más de un mes sus ojos caoba oscuro no habían ejercido aquel efecto de hormigueo en mi.
¿Que podía ocurrir tanto en su cabeza para cambiar de un día a otro?
A paso fuerte y seguro avanzo en dirección a la puerta y luego por el pasillo.
-¡¡Mr. Park!!- gritaba una enfurecida Miss Yang, totalmente fuera de sus cabales, y todo frente a la expectante mirada de treinta y cinco pares de ojos curiosos.
Una vez en casa el silencio sepulcral invadió mis oídos, solo una nota en la alacena anunciaba rastros de vida inteligente.
Estoy en Seúl por problemas con el seguro del auto, me quedare en casa de la abuela Cha, por unos días. Hay comida en la alacena y ropa limpia en los cajones, te estaré llamando, y recuerda cariño que te amo.
PD: Cualquier problema comunícate con los Park.
Estaba segura que si alguien necesitaba ayuda, esos eran los Park.
Tire de la nota y la deposite sobre la isla, junto a un gran vaso de leche fría servida. El silencio y la tranquilidad me hacían desear perderme en el bosque, pero no era tiempo para aquello.
De pronto, el timbre sonó de manera nerviosa, camine con prisa y abrí rápido la puerta.
Era Hyo Shi, la tía de Jimin lo supuse por sus ropas elegantes y profesionales, que eran mi única forma de diferenciar a las hermanas gemelas.
Sus ojos eran un lió, rojos e irritados mientras su nariz hinchada anunciaba que había estado llorando.
-¡Yoon Hee!- sabia mi nombre . -¿Sabes... sabes algo de Jimin? no contesta el celular y a apagado el GPS- ¿GPS? estaban controlando los pasos de Jimin ¿con su consentimiento? -Ustedes dos son amigos ¿verdad?- quería que aquello fuera cierto, en estos momentos quería que nada hubiera ocurrido entre los dos y solo continuara siendo su amiga.
-No, Jimin y yo ya no hablamos mucho-.
Nada, cero era el dígito de palabras que habíamos cruzado después del confuso incidente.
-¡¡Oh por Dios!!- la desesperación se apodero de sus ojos marrones y yo me sentí en la urgencia de calmar sus nervios a flor de piel.
-¿Quieres entrar?- abrí de par en par la puerta de mi hogar, ella dudo. -Te daré algo para calmarte- su cuerpo cansado se adentro en la oscuridad de mi morada, encendí las cálidas luces del pasillo y busque en los cajones de la isla los suministros de emergencia para mis ataques de asma, no se trataba del mismo mal, pero de seguro aplacaría el ataque de pánico que Hyo Shi estaba teniendo en estos momentos.
-Toma- deposite sobre su palma el medicamento recubierto y un vaso de agua fría en el otro.
-Gracias- dijo después de tomar un largo trago.
-¿Me explicara qué está pasando?- sabía que no era una persona importante para recibir explicaciones aun así, debía intentarlo.
-Es Jimin, ha estado dejando su medicación últimamente-.
¿Qué? Jimin y pastillas, nunca habría imaginado que aquello fuera la razón de su enojo.
-¿Jimin está enfermo? ¿Que ocurre, que tiene?- era un chico saludable, el poseía aquella vigorosidad de su padre ¿Qué enfermedad podía Jimin tener?
-Él... él tiene... él tiene trastorno límite de la personalidad- retumbo en mis oídos.
¿Estaba jugando conmigo?
Jimin no era esa clase de chicos, siempre fue correcto y calculador, no un alma impulsiva y auto destructiva, algo estaba mal en ese pronóstico.
-No... no puede ser- era estúpido querer negar lo que se decía.
-Si lo es, desde que desapareció su hermano gemelo, Jimin no volvió a ser el mismo, hasta que sus conductas violentas se nos escaparon de las manos-.
¿Que había dicho?
-¿Gemelos?- ella busco mis ojos por un momento y luego fijo su vista sobre el vaso vacío.
-¿No sabias?- era casi un reproche, y lo merecía. Todo el tiempo hubo señales de ello, las hermanas gemelas, las fotos de pequeños bebes en su recibidor, sus profundos traumas. -Por eso todo fue mas difícil para Jimin- apretó el vaso entre sus manos hasta que sus nudillos blancos temblaron. -El dolor de perder a un hermano es lastimero Yoon Hee, pero el dolor de perder a un hermano gemelo es arrancar una parte de ti en vida y arrojarla lejos para morir- las lagrimas sobre sus ojos comenzaron a caer nuevamente, sabiendo a ciencia cierta que tan doloroso podía ser perder a su hermana.
-¿Como pudo continuar?-.
¿Como pudo seguir siendo un chico normal?
¿Como pudo mostrar esa imagen de niño bueno por tantos años?
-Jimin a mantenido sus sesiones de psicoterapia al día, y más de cinco medicamentos diferentes en su dieta diaria- no podía estar hablando del mismo Jimin quien hace más de un mes sonreía despreocupado y jovial.
Lleve las manos a mi boca, no me había percatado de mis mejillas húmedas y mis ojos vidriosos.
-La cama...-dije en un susurro, tratando de digerir cada palabra anterior. -Porque aun con terapias Jimin no puede dormir sobre una cama- ella suspiro lento y pausado.
-La mañana en que Ji Soo se extravió, Jimin se había quedado dormido, abrazado a las almohadas del lado frió de su hermano. Cuando Hyo Ri entro en el cuarto Ji Soo ya no estaba y Jimin lloraba desconsolado sin despegar las manos del calcetín de su pequeño hermano-.
Si mi puta vida había sido un caos desde que papá murió, la vida de Jimin se había transformado en un desastre.
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Dark Forest (BTS: Jimin)
ФанфикEl gran camión de mudanzas había llegado y mamá corría con la vajilla fina entre los brazos. El llevaba zapatillas de deporte y una gorra de beisball sobre la cabeza, caminaba con seguridad a pesar de solo tener ocho años, sus ojos curiosos buscaban...