-¡¡Maldita máquina!!- gritaba Jimin en el pasillo anterior al gran comedor, tres patadas dedico al cacharro viejo, quien con rebeldía no pensaba devolver el dinero previamente depositado.
-Tómalo con calma- dijo uno de sus amigos mientras reía a sus espaldas, parecía tratarse de Yoon Gi, un chico de último año, algo tosco y escrupuloso, que contrastaba con su rostro de niño bueno.
-¡¡Nada funciona bien, maldita sea!!- puso sus manos en los bolsillo del pantalón de tela y con paso calmado, se retiró del pasillo y a un lado del camino mis ojos nerviosos buscaron su mirada.
Pero nada.
Ya llevaba una semana en que ignoraba por completo mi presencia, quizás me arrepentía levemente de haber roto nuestra lealtad, algo que para Jimin parecía ser muy importante.
¡¿Pero de que lealtad podía estar hablando?!
Cada vez que me encontraba con él, una nueva aventura podía agregar a mi diario de "Vergonzosas situaciones que recordar a futuro".
En casi un mes Jimin había puesto de cabezas mi mundo, sacado de mi zona de confort y generado nuevos y extraños sentimientos. No parecía tener control sobre nada en mi vida, y la situación comenzaba a cansarme de sobremanera.
El cumpleaños de su primita me sirvió para abrir los ojos ante la realidad, Jimin parecía tener claro mis antiguas manías psicópatas hacia su persona, nada más podía ser rebelado ahora, la humillación había pasado a convertirse en una marca personal, y era ya el momento de parar su estúpido circulo vicioso.
Me sentía bien, mejor que nunca diría yo.
-No has tocado tu arroz- Min Ji chasqueo los dedos sobre mi campo de visión.
Okey, quizás no me encontraba tan bien como quería, pero todo era cuestión de tiempo para que volviera a su lugar.
-No tengo apetito- dije mientras arrastraba la lonchera lejos de mi alcance.
-Últimamente te has apagado mucho Yoon Hee ¿Va todo bien en casa?- las peleas con mamá alguna vez fueron frecuentes y Min Ji fue una buena amiga la cual escucho todo atentamente.
-Todo está muy bien- dije tomando la botella de agua entre mis dedos, deslice la rosca y tome de su frío líquido para apaciguar el amargo gusto en mi garganta.
-Te has peleado con Jimin- incontrolablemente mis ojos buscaron los suyos, delatando mis transparentes pensamientos. -¿Que ha pasado?- Min Ji debía dedicarse a la psicología, después de todo era buena escuchando toda la mierda de los demás.
-Le he dicho que no necesitaba de sus paseos en auto-.
-...Y-
-... Y no ha dejado de ignorarme desde entonces-.
-¿Porque has hecho eso?- no parecía entender mi sentido común.
-Porque me he sentido muy incomoda a su lado, todo lo que hace es avergonzarme y reírse de mi-.
-Hay, hay, mi pequeña Yoon Hee- mecía su nuca mientras elaboraba su diagnóstico casero. -Tal parece que las cosas se escaparon de tus manos ¿Cierto?- asentí con desgano. -¿Y no has pensado que no podemos controlar todas las cosas que suceden en nuestra vida? el chico es algo bipolar ¡Y qué! Se preocupa por ti, parece ser un buen amigo, y eso... es una especie en extinción en estos tiempos querida-.
Y lo era, esa parte era lo que más dolía, por más que su actitud arrogante y malcriada me sobrepasara, su lado protector no había pasado en vano y me hacía preguntar cuál era el grado de importancia que mi vida suscitaba en él.
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Dark Forest (BTS: Jimin)
FanfictionEl gran camión de mudanzas había llegado y mamá corría con la vajilla fina entre los brazos. El llevaba zapatillas de deporte y una gorra de beisball sobre la cabeza, caminaba con seguridad a pesar de solo tener ocho años, sus ojos curiosos buscaban...