Nimbo

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-No eres malo, solo estas roto- fueron mis palabras.

Jimin contuvo el aliento por unos minutos, todo lo que podía ver era sus cabellos caoba oscuro mezclado con mis mechones negro azabache.

Dude un momento y luego acaricie su nuca, como hacia mamá cuando tenía pesadillas de pequeña.

Desprendió sus brazos de mi cintura y alinio sus piernas, ahora su mentón estaba frente a mi, y pude observar los surcos sobre sus ojos y el tímido bigote asomandose sobre sus labios.

-Te quiero Yoon Hee... siempre te he querido-.

Un pitido se escucho dentro de mi oído y mi boca se quedo seca y rasposa, sus ojos estaban casi juntos en su centro y sus labios se alargaron hacia a mí. 

Hacia aquello cada vez que estábamos demasiado cerca.

-¿Qué?- susurre sorprendida.

-Te quiero y lamentablemente te necesito cerca para calmarme- sus dedos se enroscaron entre mis lacios cabellos y siguieron su curso para luego depositarse sobre mis hombros.

-Hace cinco años conocí a una chica- dijo.

-Yo estaba en medio del bosque cansado y sin aliento y entre la hiedra estaba esta chica de vestido blanco y charoles grises- mis latidos subieron de ritmo.

-... Y corría como si fuera tan parte del bosque como la brisa-.

¿Vestido blanco? el funeral de papá.

-¿Me conocías?- negó con una sonrisa.

-Nunca te vi, estabas tan cerca y nunca te vi- parecía arrepentido.

-Hace tres meses pude ver como una chica saltaba desde un acantilado y corrí en su ayuda, era la misma muchacha, solo que más humana y suicida de lo que recordaba- sonrió nuevamente.

-No estaba saltando- recalque, el solo negó con la cabeza.

-La chica de mis recuerdos resulto ser la reina de hielo-.

¿Reina de hielo?

Era mi apodo en el instituto, la mas frívola e indiferente chica de la clase. Llevaba un buen tiempo sin oírlo.

-Entonces tuve miedo, todos sabían de la historia de tu padre, y lo importante que fue para ti. Comencé a hurgar en la idea de que buscabas la muerte- un ser autodestructivo.

-Al comienzo eso me enfureció, habiendo tantas personas luchando por llevar una vida normal como yo, y tu solo te arriesgabas y seguías arriesgándote- sus manos ahuecaron mi rostro.

-Luego comencé a seguirte y buscarte queriendo evitar cualquier desgracia posible... pero todo de ti se me hizo malditamente adictivo, tus labios, tu pelo, la forma en cómo decías todo con solo una mirada, y la infinita paz que se desprendía en mi cada vez que te tenía cerca- mis ojos estaban húmedos.

-...Y deje de tomar pastillas- su boca se estiro, sus pómulos se elevaron y sus ojos se convirtieron en pequeñas lineas. -Ya no los necesitaba Yoon Hee-.

De pronto sus manos soltaron mi rostro y volvió a su posición encorvada sobre las mantas, amasando sus cabellos torpemente entre sus manos, una y otra vez. -... Pero nunca estuve conforme-.

-Jimin- deposite mi mano sobre su hombro tembloroso y doble mis rodillas para poder verlo de cerca.

-Sabía que no era bueno Yoon Hee, lo sabia tan bien...- escondía su rostro de mi alcance. -... Aun así fui capaz de tocarte- me paralice.

-Jimin- no podía decir nada mas, todo esto era demasiado. Aquella noche estaba forzando la voluntad de Jimin sin saberlo en realidad. -Tú no me obligaste a nada, sabía perfectamente lo que estaba haciendo-.

Dark Forest (BTS: Jimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora