El por que estaba siendo amable conmigo y como habíamos llegado a esto, eran tan confusos como su personalidad, pero todo eso no importaba cuando del bosque se trataba.
El camino parecía haber terminado tras una fina capa de hierba que cubría el suelo.
-¡Es aquí!- dijo avanzando cuidadosamente entre la niebla. -¡Ven!- indico con su mano en alto, seguí su cuerpo y los pasos que había dado, y entre las espesa bruma lo pude discernir.
Un gran espejo de agua que reflejaba la suave calima y parecía sostenerla de caer en sus gélidas aguas, mientras la vegetación se extendía imperiosa sobre la laguna, simulando un pedazo de cielo sobre la tierra.
De otro mundo, esas eran las palabras.
-Solía venir aquí con mi hermano- interrumpió mi momento de encantamiento.
Lentamente el ambiente se volvió tenso y deprimente, Jimin acababa de hablar sobre el tema que siempre había guardado con recelo.
Se estaba sincerando.
¿Porque estaba asiendo esto? ¿Era su forma de disculparse? ¿Realmente parecía importarle mi perdón?
Todos en Ganwong conocían la triste historia de la familia Park, once años atrás el hermano menor, Park Jisoo dio inicio a una larga lista de desapariciones dentro del bosque. Había escuchado algunas historias al respecto, pero lo cierto era que nadie mas que los Park sabían de que manera el pequeño niño, termino una mañana de invierno dentro del bosque.
Aquello sucedio un año antes de cambiar nuestras pertenencia a la deshabilitada casa de al lado, por lo que no tuve el agrado de conocer a su hermano mas allá de su nombre.
En este momento, sus ojos melancólicos me recordaban un extraño sueño.
Me sentía abatida, si quería hacerme sentir culpable, pues lo había logrado.
¿Como podía obsequiarme esta hermosa vista y por mi parte no recibir una minúscula palabra de aliento?
Sus cabellos oscuros comenzaban a humedecer por la bruma y sus ojos ahora, mas oscuros que el carbón se escondieron tras una fina línea que enmarco sus labios en una sonrisa infantil.
-¿Te ha gustado?- ¿que si me había gustado? era un hermoso detalle que de seguro apreciaría en el futuro, pero en estos momentos era cuando me arrepentía de haberme convertido en una persona fría sin sentimientos.
-Es hermoso- había gratitud en mis palabras. -Gracias- sus ojos nostálgicos expresaban algo mas que aflicción.
Entonces una conexión intima nació de por medio, no estaba siendo altivo, estaba siendo sincero, frágil para ganarse así mi confianza.
-¿Como has sabido que me gusta el bosque?- era una pregunta que recorría mi mente impertinente.
Tardo mas de la cuenta en generar una respuesta.
-Lo he deducido, todas las veces que te he visto has salido o entrado a uno- sonrió en mi dirección, parecía nervioso, pero el ambiente era tan ameno que ignore aquel detalle.
El temido viernes había llegado y con él, la fiesta de Jin, una especie de reunión social de gran albergadora, con furiosos parlantes, luces estroboscópicas y litros y litros de cerveza.
Las chicas en cortas faldas y tops de moda, me hacían preguntar si era yo la única que sentía el frió clima de la región, con unas converse rojas y mis jeans azules, lucia una camisa escocesa gris holgada, cómoda y cálida para la época del año.
Era tarde para redimirme de mis palabras y debía afrontar mis problemas, que en este momento constituían a un alegre chico que esperaba divertirse a mis expensas.
-¿Una cerveza?- Tae había vuelto entre la multitud con dos vasos rojos entre sus manos, quise negarme debido a mi experiencia nula con el alcohol pero parecía pensar que realizaba un bonito gesto.
-Gracias- dije luego de tomar el cubilete plástico.
-Salud- golpeo su vaso junto a el mío, y solo eso vasto para desprender mi lengua por el amargo néctar que termino por gustarme demasiado. -¿Quieres bailar?- dijo levantándose de la silla.
-Seguro, solo necesito un poco mas de esto- con solo una cerveza había desprendido mis nervios, definitivamente necesitaría un poco mas de esto para aguantar la larga noche que se venia por delante.
Camine en dirección a la gran barrica de metal que poseía un pequeño dispensador a su costado. El segundo trago no fue tan amargo como el primero pero definitivamente era una sensación refrescante.
Mi tercer vaso estaba siendo colmado cuando unas tibias manos se depositaron sobre mi espalda.
-¡¿Te ha gustado la fiesta?!- Jimin se encontraba calmado y sobrio, muy diferente a lo que habría imaginado.
-¡Me ha gustado la cerveza!- sonreí aturdida por la estridente música.
-No deberías tomar tanto ¡¿Mejor quieres bailar?!- pregunto pegando su cuerpo a el mío.
¿Que se supone que estaba haciendo en estos momentos y porque me alteraba de tal manera?
Demasiado cerca, dijeron mis hormonas antes de saltar de la emoción.
-Debo volver, Tae quiere bailar- apreté fuertemente el vaso y escape entre la hilarante atmósfera del lugar.
Esatabamos en una especie de tregua, pero sinceramente, no sabia como comportarme con quien me había salvado en el pasado, hablado mal de mi hace unos días y mostrado una parte importante de su pasado al otro instante.
-¿A donde has ido?- pregunto Tae cuando me acerque al centro de lo que parecía una improvisada pista de baile.
-Creo que me ha gustado- agite el envase vacío para luego dejar sobre una pequeña mesita, sonrió sereno antes de posar su mano sobre la mía y acercarme aun mas a la pista.
La música era pegadiza y sonora tanto que olvide todo lo demás, me sentía imperturbable, una mezcla de mareo y coordinación, Tae lo hacia de la misma forma, con su mirada siempre fija en mí.
Parecía fundirme con la música y él conmigo, el rose era inevitable y su cuerpo desprendía una calidez confortable, no era incomodo ni penoso, como el tacto que Jimin me ofrecía, definitivamente una sensación placentera, nada complicado ni engorroso.
Mi cuerpo ya se había acostumbrado a la incomoda vibración de la música sobre el suelo, a el olor a cigarrillo y tragos mas fuertes, la cerveza había cumplido su cometido y ya comenzaba a divertirme como un adolescente normal.
¡Que podía hacer! era una fiesta y debía comportarme de acuerdo los estándares, y aquí me encontraba con siete tragos de cerveza en el estomago y nada de comida en él.
-¡Me encanta esta canción!- gire sobre el piso de baldosas oscuras y tire de la mano de Tae hasta el centro de la pista otra vez, cuando Crooked de G-Dragon comenzó a sonar por todas partes.
Parecía haber encontrado la criptonita, para desatar aquel frenesí que guardaba con temor todo este tiempo.
-Me gusta esta Yoon Hee- su aliento choco en mi rostro bruscamente, la lejanía era inexistente, su cuerpo pegado al mío, empapados en sudor, y una nebulosa provocada por el alcohol.
El momento se había vuelto tenso desde que pronuncio aquellas palabras.
Quizás me había pasado de copas y todo había llegado ya muy lejos, no estaba pensando con claridad.
-¡Suficiente!- grito Jimin antes de separarme de un desorientado Tae, hormonalmente inestable. Y allí estaba de nuevo aquel molesto ardor que su carne contra la mía generaba. -Ya has tenido mucho libido juvenil por hoy- dijo escuetamente antes de tirar de mí.
No me encontraba en condiciones para contradecirle, pero no me quedaría quieta al ver como nuevamente tiraba de mi tal perro furioso.
La gente continuaba aleteando a nuestro alrededor, la puerta delantera se hacia cada vez mas visible mientras G-Dragon gritaba en los parlantes "Esta noche, seré insolente".
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Dark Forest (BTS: Jimin)
FanfictionEl gran camión de mudanzas había llegado y mamá corría con la vajilla fina entre los brazos. El llevaba zapatillas de deporte y una gorra de beisball sobre la cabeza, caminaba con seguridad a pesar de solo tener ocho años, sus ojos curiosos buscaban...