CAPITULO 16...

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  Capítulo No16:

Presioné el botón que quitaba el seguro y la alarma para que pudiéramos subir al auto.
- ¿A dónde iremos? – Preguntó Mia sonriente.
- Al centro comercial ¿Te gusta? -
- Solo fui una vez, cuando era más pequeña – Dijo simpática.
Era raro que no haya ido más veces... Por las veces que había ido, siempre estaba repleto de familias, parecía una buena actividad familiar.
- Iremos a buscar el vestido más lindo -
El trayecto al centro comercial fue divertido, Mia me preguntaba cosas como cuál era mi color favorito, mi animal favorito. Al contrario de su hermano mayor, a ella si le interesaba conocerme. Se notaba a kilómetros que esa niña tenía un gran corazón.
Entramos tienda por tienda, y no había una en la que no saliéramos con bolsas, al igual que no había una en la que no se deslizara la tarjeta de expansión que me había dado mi madre para emergencias, sí, claro, emergencias.
Nos sentamos en una banca a la salida de una heladería, Mia había pedido un helado de chocolate y vainilla mientras yo descansaba, ya que había traído todas las bolsas desde el centro comercial.
- Pero... solo veníamos por un vestido – Dijo riendo la pequeña.
- Sí, creo que me emocioné un poco – Le contesté entre risas.

  - ¿Te gustaron? – Le pregunté ya cuando íbamos de regreso a su casa.

- Mucho – Contestó con una enorme sonrisa manchada de resto de helado en sus labios – A mi mami le gustaban los vestidos que tenían flores... -
"Alto, ¿le gustaban?"
- Peeta dice que está en el cielo... – Dijo mirando hacia la ventana, de inmediato un nudo se creó en mi garganta – Ella está con papi cuidándonos – Sonrió – Estoy segura que le gustan mucho los vestidos que me compraste – Volteó a verme y yo hacía todo lo posible por contener mis lágrimas.
- Claro que si, hermosa -

Dios, ahora todo estaba explicado, mis piernas temblaban, tenía un nudo en mi garganta y lo único que quería hacer era abrazar a Mia fuertemente. Por eso Peeta es tan duro en su forma de ser. Trabajar, estudiar y además hacerse cargo de sus hermanos pequeños.
A pesar de que el comentario de Mia me había dejado en shock, el regreso fue divertido con sus inocentes preguntas sobre su hermano y yo.
Bajamos del auto y cerca de veinte bolsas que había en la maletera del auto de Peeta, la mitad o más eran de Mia.
Ella trató de ayudarme con algunas y yo, tomé el resto y una bolsa de las mías con una "compra especial". Llegamos a la puerta y tocamos el típico timbre de tres campanas. Y fue Peeta quien nos abrió.
- Son las tres y veinte de la tarde – Nos informó en tono de reproche.

  - ¿Las tres? – Pregunté sorprendida, nos habíamos demorado solo tres horas comprando – Corre Mia, la fiesta es a las cuatro – Le dije acelerada recordando la hora marcada con letras rosas en la invitación.

Ambas corrimos escaleras arriba ignorando por completo a Peeta.
Seguí a la pequeña a la que seguramente sería su habitación. Las paredes estaban pintadas de un color rosa, pero más bien, era un rosa viejo, todos sus muebles estaban haciendo juego en color blanco. Su cama era más bien un rosa pálido, como las camas de las princesas, con un delgado velo que la cubría cayendo desde el techo. Era una hermosa habitación.
- Que linda habitación tienes – Le dije mientras corría el velo que cubría la cama para poner todas las bolsas en esta. Ella solo soltó una ligera risa.
– Bueno, ve a ducharte – Le dije y asintió con la cabeza antes de salir corriendo hacia el baño.
Comencé a guardar toda su ropa nueva, efectivamente si, tenía vestidos pero se notaba a simple vista que no le quedaban más.
Guardé todos dejando afuera un vestido rosa con pequeñas flores blancas, tal y como Mia y a su madre les gustaban. Busqué en su guardarropa y encontré unas lindas sandalias blancas.
Salí de la habitación para que se vistiera una vez que había salido del baño, una vez lista, me llamó, se veía preciosa.

- Ven para peinarte – Le dije y comencé a acomodar su cabello, para nada parecido al de su hermano mayor – ¿Lista? – Le pregunté y con una enorme sonrisa asintió con la cabeza.

 Estábamos por salir cuando recordé. 

- ¡Espera! – Le dije señalando mi bolsa con la "compra especial" y Mia comenzó a reír.
Me senté en la cama y me quité mis tacones y saqué un par de botas negras de la caja que estaba en la bolsa. ()
- Seguro le gustarán – Apoyó la pequeña sin dejar de reír –...Pero tú las odias – Tenía razón, las detestaba.
- Estas en lo cierto – Agregué entre risas – Pero son cómodas – Algo bueno tenían que tener.
Bajamos las escaleras en pequeños saltos, y a la mitad de la escalera logré ver a Peeta abajo mirándonos.
- Acá te hago la entrega de tu princesa – La pequeña estalló en risas.
Yo miraba a Peeta expectante, esperando que le dijera algo, mínimo un "Que bonita estas" pero el desabrido de su hermano, solo la alzó en sus brazos y le dio un beso en la mejilla.
Cambié mi mirada "expectante" por una fulminante y sin que Mia se diera cuenta articule sin sonido "Dile algo". Me obedeció.
- Te vez hermosa – Le dijo y Mia rodeo su cuello con sus brazos – Ve y llama a Freddie para ir a dejarte – Le dijo bajándola y esta volvió a subir las escaleras para llamar a su hermano – Te veo más... -
Seguramente iba a completar su oración con "baja" y miró hacia abajo buscando mis tacones, pero estos no estaban más.
- ¿Y eso? – Soltó una carcajada, di un paso hacia atrás para subir al primer escalón y estar más a su altura.

  - Bueno, ya que siempre me criticas y dices que soy una "hueca" por mi forma de vestir – Peeta seguía riendo – Tal vez – Alargué – Con esto ya no digas que soy más "estúpida" – Sonreí – Porque ambos sabemos que tu no piensas que lo soy-

- No logro entender... ¿Por qué tienes tanto interés en agradarme? – Dio un paso hacia mí - ¿Me lo podrías explicar? – Me miraba fijamente - ¿Me puedes decir por qué tienes tanto interés hacia mí? -
- Puede ser porque quiero que seamos amigos... - Pasé mis manos por su cuello -...O puede ser que me gustes – Era más que obvio que no le diría "Por una apuesta que hice con Finnick para darle celos a Gale"
- ¿Yo? – Soltó una carcajada - ¿Gustarte? Por favor – Dijo irónico – A ti te gustan los engreídos esos, con dinero, popularidad y autos deportivos – Describió con exactitud a Gale.
- Tú me criticas mucho sin siquiera conocerme – Empecé a acariciar su cabello.
- No necesito conocerte más para saber cómo eres – Contestó seguro.
- Ya te lo dije Peeta – Dije mientras me acercaba lentamente a sus labios – Voy a hacer que te tragues tus palabras – Susurré sobre sus labios, los cuales entreabrió esperando que lo besara.
Pero, al contrario de sus expectativas, lo solté y de un brinco bajé el escalón. Sacándole la vuelta, caminé hacia la puerta. En segundos Mia y Freddie bajaban las escaleras.
- Peeta... – Dijo el pequeño – ¿Puedo ir a la casa de Damian? – Perfecto tendríamos la casa para nosotros solos.
- Esta bien, pero pasaré por ti a la misma hora que por Mia – Le dijo y Freddie sonrió.
- Lindas botas – Dijo Freddie riendo mientras pasaba por al lado mío.
- ¿Lo ves? – Alargué dirigiéndome a Peeta – Tu eres el único que no las aprecia – Le reclamé.
- Si claro – Dijo sarcásticamente – Estoy seguro de que te estás muriendo por ponerte tus zapatos y tirar esas a la basura – Tenía razón.

Después de detenernos en una tienda de juguetes, para comprar un regalo para la cumpleañera, dejamos a Mia en la fiesta y a Freddie en la casa de su amigo. La fiesta terminaba a las ocho de la noche, así que tendríamos casi tres horas y media para nosotros solos...

 •Queen_corse•

Se que me tarde en publicar pero aqui les dejo otro capitulo como una disculpa , los quiere sarah


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora