CAPITULO 15...

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  Capítulo No15:

- Finnick se llevó mi auto – Le informé a Peeta - ¿Me llevas? – Pregunté sonriente.
- No queda de otra – Contestó de mala gana y comenzó a caminar. Cerré mi casillero y caminé detrás de él hasta que lo alcancé.
- Hey – Alguien me tocó el hombro, era Annie, le dí una dura sonrisa sin dejar de caminar como lo había hecho ella - ¿Has visto a Finnick? – Preguntó tímida.
- Estacionamiento – Contesté sin ponerle mucha atención.
Una vez que Annie salió corriendo al igual que lo había hecho Finnick hacía un poco antes para el estacionamiento, Peeta dijo:
- ¿Así que no tienes amigas? – Preguntó mientras caminábamos por el estacionamiento hacia su auto.
- No las necesito – Contesté segura.
- Según lo que veo, Finnick es el único que tiene "acceso" a ti ¿Cierto? -
- Si... – Contesté y reí - ¿Y desde cuando te interesa saber de mí? -
- Simple curiosidad, la forma en la que trataste a esa chica me confirma que eres la persona más engreída que conozco – Solté una carcajada.
- Mira que coincidencia, tú eres la persona más engreída que conozco... – Dije pero me arrepentí casi al instante – No, miento, Glimmer lo es – Reí – Tu te llevas el premio al más amargado y antipático, felicidades – Sonreí hipócritamente.

 - ¿Por qué no me dejaste platicar con tus hermanos? – Le pregunté cuando íbamos en el auto.

- No me interesa que se relacionen contigo – Contestó fríamente – Así que, no te les acerques mucho – Dijo mientras comenzaba a estacionarse.
Entramos a la casa y todo parecía tranquilo hasta que de pronto una chica con cabello oscuro bajó corriendo las escaleras, traía a la pequeña Mia en su espalda y estos eran perseguidos por Freddie.
- Johanna, te he dicho que no corras en las escaleras y menos si traes a Mia – Le dijo acercándose a ella para tomar a la pequeña en sus brazos.
- ¡Mira Peeta! – Dijo Mia con suma emoción mientras le mostraba un papel con una princesa en uno de sus lados.
- Gracias Johanna – Se dirigió a la chica previamente regañada.
- No es nada – Sonrió antes de salir por la puerta.
- ¡Mira! – Repitió la niña – ¿Puedo ir? ¿Me dejas? ¡Por favor! – Decía con una voz que si se estuviera dirigiéndose a mí, hubiera sido imposible decirle "no".
- A ver... ¿Qué es? – Bajó a la pequeña y tomó el papel para leerlo.
Me mataba de curiosidad qué causaba tanta emoción en la pequeña. Me acerqué y por encima del hombro de Peeta leí el papel rosa que tenía en sus manos, era una invitación a una fiesta de cumpleaños.

- ¡Ay, qué lindo! – Dije con emoción - ¿Qué vestido usarás? – Le pregunté sin siquiera esperar la respuesta de Peeta.

 - Hey, hey, hey – Dijo tranquilizándonos a ambas, ya que Mia saltaba de la emoción – Aún no he dicho que si – Contestó serio.

Lo que no entendía era ¿Por qué él autorizaba o denegaba la salida de la pequeña? ¿No deberían ser sus padres?
- Por favor Peeta – Dijo la pequeña con sus hermosos ojos claros.
- Oh, vamos Peeta, déjala ir – Agregué y Freddie solo se limitaba a reír – ¡Ayúdanos Freddie! – Le dije riendo.
- ¿Me darás pastel? – Preguntó el pequeño a su hermana.
- Si – Contestó sonriente.
- Déjala ir Peeta – Se unió.

Después de nuestros insistentes "Déjala ir" y miradas de cachorros abandonados en medio de una lluvia, accedió a que Mia fuera a su primera fiesta sola.
- ¿Y qué te pondrás? – Le pregunté y Peeta solo se limitó a rodar sus ojos.
- Tiene cinco años, no es superficial como tú – Se sentó en uno de los sillones de la sala.
- No importa que tenga cinco años, es una niña y a todas les gusta verse lindas – Le contesté y regresé mi mirada a la pequeña.
- Yo no tengo vestidos lindos como los tuyos – Dijo mientras tocaba mi vestido como lo había hecho el día anterior, volteé indignada a Peeta.

- ¿No tienes vestidos? – Pregunté para asegurarme de haber escuchado bien, y la pequeña asintió con la cabeza.

 - Si tienes Mia – Le contestó Peeta – Hace poco vi tu guardarropa -

- No me quedan mas – Dijo elevando los hombros.
- ¿No tiene vestidos? – Susurré matando con la mirada a Peeta – Trae tus zapatos – Le dije con una sonrisa a la pequeña.
- ¿Para qué? – Preguntó sin entender.
- Iremos de compras – Le dije y una enorme sonrisa apareció en su exquisito rostro.
- Oye, oye, oye – Dijo Peeta mientras se ponía de pie.
- Solo chicas – Lo señalé – Y no me importa que no quieras – Mia subió corriendo las escaleras – Es una niña, Peeta, y no tiene vestidos – Le reclamé.
- Si los tiene – Contestó – Solo que no sabía que le gustaban tanto -
- ¿Si sabías que tienes una hermana, verdad? – Dije seria - ¿Si notas el cambio en la última sílaba? HER-MA-NA, no hermano, es HER-MA-NA – Volví a repetir.
- Si, si. Ya entendí – Dijo con fastidio.
- Es que es increíble eso, Peeta – Seguía indignada, Freddie reía mientras iba escaleras arriba.
- No necesito que la lleves, yo la llevaré, es mi HER-MA-NA, mi responsabilidad -
Seguía sin entender porque se estaba tomando todo tan a pecho, no era de él la responsabilidad, era la de sus padres. Los cuales todavía no había conocido pero los había visto en un par de fotos que decoraban la sala.
- ¿Qué? – Solté una carcajada - ¿Para qué? ¿Para que Mia regrese con bolsas llenas de chaquetas de cuero y botas negras? – Levanté una de mis cejas – No lo creo -

  - Creí que había sido claro, no te quiero en mi vida y mucho menos en la de ellos – Dijo serio mientras señalaba las escaleras.

- Demasiado tarde – Le dije caminando hacia las escaleras ya que Mia estaba bajando por estas.
- ¿Lista? – Le pregunté sonriente.
- ¡Sí! – Alargó emocionada.
Abrí ansiosa mi bolsa para buscar mis llaves del auto pero cerré los ojos al recordar que Finnick lo tenía para su absurda cita. Volteé a ver a Peeta quien me miraba divertido ya que sabía que no traía mi auto.
- Dame tus llaves – Le dije.
- ¿Estás loca? -
- No – Le sonreí hipócritamente – Dame las llaves – Repetí pero él no se movía en lo absoluto.
- No te daré nada – Se cruzó de brazos – O las llevo yo o no van -
- Mia – La llamé con voz tierna – ¿Me podrías esperar en el auto? – Le pregunté y la pequeña asintió con la cabeza para después salir por la puerta hacia el auto de su hermano - ¿Seguro que no me las darás? – Me acerqué lentamente hacia donde estaba él.
- ¿Qué? ¿No escuchas? – Preguntó de mala forma mientras que yo seguía aproximándome hacia él.
- Si, te escuché – Afirmé – Pero sé que cambiarás de opinión – Sonreí seductoramente.
- Tú no sabes nada... -
No terminó la oración ya que lo tomé de la nuca, atrayéndolo firmemente hacia mis labios, los suyos comenzaron a mezclarse con los míos. Pero en cuestión de segundos corrió su rostro.

 - ¿Qué? – Soltó una amarga carcajada - ¿Crees que con un beso logras lo que quieras? -

- No lo sé – Sonreí mientras me acercaba a su cuello – Dime tú – Le dije mientras comenzaba a depositar pequeños besos sobre su piel de porcelana.
- Eres patética – Rió – Sabes... -
No lo dejé terminar cuando ya había sacado las llaves de su bolsillo. Se quedó estático mientras yo me alejaba de él prácticamente corriendo.
- ¿C... Cómo hiciste eso? -
No alcancé a llegar a la puerta ya que me había tomado del brazo obstruyendo mi huída.
- Soy más lista de lo que crees -

Di un fugaz beso en sus labios haciéndolo fruncir el ceño, me libré de su agarre y salí corriendo lo más rápido que mis tacones permitían...

 •Queen_corse•

Melissa1532


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora