CAPITULO 29...

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Capítulo No29:

Con rápidos pasos salí del edificio, caminaba entre los jardines del campus hasta que me di cuenta de que me había alejado lo suficiente. Me detuve frente un enorme árbol, lance mi bolsa en el césped para después dejarme caer a un lado de esta. Doblé mis rodillas apegando mis piernas a mi cuerpo. Abracé estas y oculté mi rostro entre mis brazos.

- Escucha... -
- ¡Maldición Peeta! - Alargué molesta ¿Cómo me había encontrado? - ¡Ya está todo dicho! Tú me quieres lejos de ti y yo también te quiero lejos de mí, salimos ganando todos ¿Recuerdas? - Enuncié las palabras que me había dicho días atrás cuando pidió que siguiera a otro chico del colegio.
- ¡Escúchame! - Dijo exaltado. Levanté mi mirada y lo vi sentarse a un lado de mi recargándose en el enorme tronco del frondoso árbol - Y-Yo realmente lo siento -

No emití sonido alguno ¿De verdad se estaba disculpando conmigo? Con el rabillo del ojo podía verlo con su mirada en el horizonte.
- No hay peor cosa que una disculpa forzada - Dije seriamente al igual que él con mi mirada fija en algún punto invisible en el campus.
- ¿Cuándo una disculpa no es forzada? - Dijo irónicamente.
- Cuando de verdad lo sientes y no lo haces por lástima - Acomodé un mechón de cabello que se había salido de su lugar - Pero está bien, acepto la "disculpa" - Hice comillas con mis dedos - ¿Ahora ya puedes dejarme sola? -
La verdad, quería estar sola, no tenía ganas de pelear y, con Peeta a un lado era todo lo que podía hacer.
- No, no puedo - Volteó a verme, bufé con fastidio y tomé mi bolsa para ponerme de pie - No, no y no - Repitió tomándome del tobillo para evitar que caminara - ¿Qué se siente cuando quieres estar sola y alguien está ahí sin dejarte en paz? - Se refería a lo que yo hacía con él.
- No - Alargué - Yo estaba detrás de ti porque quería conocerte y tú lo haces solo por molestarme - Dije mientras intentaba liberar mi tobillo de su agarre, pero la ventaja era que no dejaría la mitad de mi zapato entre la tierra.
- ¿Y ya no te interesa? - Con un rápido movimiento me hizo caer en el césped.
- No, en lo absoluto - Mentí.
- No te creo - Aseguró.
- No me interesa si no me crees - Le dije seria.
- Oh, vamos, aprovecha antes de que me arrepienta - Sonrió. Insisto, la sonrisa de este hombre es hermosa.
- ¿Aprovechar qué? - Contesté sin entender.
- Responderé todo lo que quieras - Pasó su mano por su cabello, despeinando un poco los rubios cabellos.
- ¿Lo que yo quiera? -
- Bueno, solo cinco preguntas - Ya era un avance.
- ¿Por qué solo cinco? -
- Porque no debe tardar en tocar el timbre y tengo que entrar a clases. Te quedan cuatro - Dijo sonriente.
- ¿Qué? - Alargué molesta, esa no valía.
- Que solo te quedan cuatro - Repitió - Ahora solo te quedan tres-
- ¡No! - Grité entre molesta y riendo - A ver... - Dije mientras que analizaba en mi mente bien las preguntas que haría - ¿Por qué estás un año atrás? -
¡Qué estúpida! ¿Por qué pregunte eso?
- Tenía que encargarme de Mia y Freddie, así que trabajaba en un horario completo, mañana, tarde y noche. No podía seguir estudiando, así que me salí por un año para juntar la mayor cantidad de dinero y luego poder regresar.
- ¿Por qué te encargas tú de Mia y Freddie? - Él dijo que respondería todo.
- Mis padres fallecieron hace tres años - Mi corazón se estrujó ante su seriedad al hablar - como era menor de edad, una tía se hacía cargo de nosotros - Rió - pero ella tenía bastantes problemas e hijos como para mantenernos a nosotros tres - Sonrió - Hablamos y después de mucha insistencia, nos dejo regresar a nuestra casa y desde entonces yo me encargo de todo - Mis ojos estaban como un par de platos - Y la última pregunta... -
- La última... - Dije pensativa. Sonreí y me acerqué más a él quedando a solo centímetros de distancia - ¿Por qué no te agrado? - Soltó una carcajada.
- Esa es fácil - Dijo divertido - Para empezar... Odio el rosa, eres muy superficial, crees que solo por usar vestidos y toda esa ropa cara, y tener un lindo cabello puedes tener todo lo que se te antoje - Ahora él se acercó más a mí y sentí como ahora mi estómago se retorcía - Pero... por alguna extraña razón, mis hermanos te adoran - Subió su mano y acarició mi mejilla. ¡Dios mío! ¿Qué pasó con el antipático Peeta? - Y creo que comienzas a agradarme... -

La única acción que pude hacer fue cerrar mis ojos y esperar a que sus suaves labios hicieran contacto con los míos.
Capturó mi labio inferior con una dulzura única, tan diferente a los demás besos. Inconscientemente subí mis manos hasta su cuello y justo cuando estaba por responderle el beso, el fuerte timbre retumbó por todo el campus. ¡Qué injusto!
De golpe se separó de mí, pronunció algunas palabras por lo que solo asentí con la cabeza y después desapareció corriendo por los jardines. Pero mi estado de estupefacción era tan grande que ni siquiera entendí que era lo que había dicho.
Sacudí mi cabeza un par de veces, aún no lograba creer que me había dicho eso. Peeta "Mr. No tengo sentimientos por nadie" había aceptado que le agradaba. Tomé mi bolso y escarbé entre todo el desorden que había dentro de esta hasta localizar mi celular, miré la hora y me sacudí eliminando cualquier rastro de tierra o césped de mi short para después caminar hacia el edificio para entrar a clases...

•Queen_corse•


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora