CAPITULO 19...

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  Capítulo No19:

Continuamos respondiendo la guía, pero el silencio me mataba, hasta que finalmente conseguí hacerlo hablar. Yo le hacía preguntas y él las respondía, sin embargo se negaba a preguntarme algo.
Hasta ahora las respuestas que tenía de él eran que su color favorito es el naranja aunque no le gusta vestir mucho con él. Su comida favorita son los tacos, sabe tocar la guitarra, trabaja en la tienda de música de lunes a domingo y su amigo lo está cubriendo mientras que termina el trabajo conmigo. La chica de cabello oscuro de la tienda de discos es Clove, trabaja igual en la tienda y se lleva muy bien con los pequeños. No tiene novia y... me detesta.
Aunque eso último no es algo que yo no supiera, de todos modos, me lo recordó.

- ¡Vamos ahora pregúntame tú! – Insistí pero él seguía negándose a preguntarme.
- NO -
- ¿Por qué no? – Le pregunté con voz de niña pequeña – Debe de haber algo que quieras preguntarme – Sonreía todo lo que mis mejillas me permitían.
- Ya te dije que no – Pero dios, que difícil es este chico.
- Anda – Pedí nuevamente – Solo una -
- ¿Te callarás si te pregunto?
- Si, si, si – Le dije rápidamente.
- Listo – Sonrió y se volteó a la guía nuevamente.
- ¿Listo qué? – Pregunté sin entender.
- Ya te pregunté que si te callarías si te preguntaba y ya me respondiste, no molestes más – Explicó sin voltear a verme.
- Que gracioso – Dije sarcásticamente.

- ¿Tu y Finnick son algo? – Rompió el silencio que nuevamente se había apoderado de la sala.
- "Algo" ¿En qué sentido? – Pregunté ya que no sabía bien a qué se refería.
- O sea... ¿Salen o salieron? – Especificó.
- No salimos ni saldremos – Expliqué sin despegar mi mirada de él – Él es mi mejor amigo, como mi hermano – Sonreí inconscientemente – ¿Por qué? ¿Estás celoso? – Pregunté divertida, yo ya me había aguantado sus "Estas celosa" cuando pregunté por la tal Clove.
- Quisieras – Dijo riendo.
- Hey, estas riendo – Le dije victoriosa.
Tomé mi bolso, ya eran las ocho así que iríamos por Mia y Freddie para después dejarme en mi casa.

- ¿Peeta? – Le dije ya en el auto.
- ¿Qué quieres? -
- Se dice "Dime", grosero – Le dije riendo.
- Dígame, señorita "Soy la más educada del mundo" -
- Quería preguntarte otra cosa – Dije algo intimidada, ante la pregunta que le haría.
- Pues pregunta – Dijo seguro viendo el camino.
- ¿Tus... tus padres fallecieron? – Solo esperaba a que no reaccionara de mala manera, aunque realmente lo dudaba.
- ¿Por qué preguntas eso? – Su rostro que ya comenzaba a verse más pacífico se tornó en uno completamente duro.
"Bien hecho" Me recriminé a mí misma.
- Y... yo – Tartamudeé nerviosa al sentir su mirada fija – Es que Mia me dijo algo así – Ya no sabía ni qué decirle.
Regresó su mirada al frente enfocándose en el camino.
- Lo siento si te incomodé con esa pregunta – Me disculpé, ya que yo mejor que nadie sabía lo que era hablar de ese tema.

En silencio llegamos hasta el salón de la fiesta donde horas antes habíamos dejado a la pequeña. Se estacionó y estaba por bajar del auto pero lo tomé del brazo evitando que bajara.
- ¿Puedo ir yo por ella? – Le dije en tono de súplica, rodó los ojos y cerró la puerta acomodándose nuevamente en el asiento – Gracias – Le dije con una enorme sonrisa. Bajé rápidamente y caminé hasta la puerta del salón infantil.

El salón de eventos estaba decorado con globos rosas y blancos, además de pequeños adornos de princesas, muy lindo. Había muchos niños y niñas corriendo de un lado a otro, no lograba encontrar a Mia.
- Hola linda – Me sonrió una señora rubia, de ojos verdes.
- Hola – Le respondí el saludo – Vengo por Mia Mellark, pero no logro verla – Le informé mientras agudizaba mi mirada tratando de encontrarla.
- Ah, claro – Sonrió de nuevo, realmente era una sonrisa empalagosa – Espera que voy a buscarla – Se dio media vuelta para dirigirse hacia donde estaban todos los niños.

- ¿Dónde está? – Escuché la voz de Peeta detrás de mí, así que de inmediato giré y levanté mi mirada.
- Fueron a buscarla – Sonreí y me acerqué a él.
- ¿Por qué querías venir tú por ella? – Preguntó mientras su mirada divagaba por el rosado lugar.
- No lo sé – Me acerqué aún más y lo rodeé con mis brazos.
- ¿Qué haces? – Preguntó dando un paso hacia atrás.
- Se llaman abrazos Peeta – Dije obvia – No sé si los conoces – Puso los ojos en blanco.
- Si, se qué son – Dijo obvio – Pero... ¿Por qué lo haces? – Volvió a retroceder tratando de liberarse de mi abrazo pero no lo lograba.
- ¿Y por qué no hacerlo? – Mi barbilla estaba recargada en su pecho para poder verlo.
- ¿Peeta...? – Una voz femenina se escuchó a mis espaldas...

  

 •Queen_corse•  


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora