CAPITULO 20...

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  Capítulo No20:

- ¿Peeta? – Una voz femenina se escuchó a mis espaldas - ¿Cómo has estado cariño? – Ante su cara de nerviosismo noté que era hora de soltarlo.
- Muy bien... ¿Y usted? – Contestó con cortesía pero sin perder su forma ruda de ser.
- También, muy bien – La voz de esa mujer tenía alegría, ternura entre otras sensaciones mezcladas.
Ella se acercó a Peeta y lo abrazó tiernamente, suavemente, como un abrazo de madre. Luego de separarse de él, se acercó a mí y me saludó con el típico beso en la mejilla.
- Effie Trinket – Se presentó e hice lo mismo, me presenté.
- Katniss Everdeen, mucho gusto -
– Que linda es tu novia, Peeta – Dijo poniendo su mano en mi hombro. Era realmente muy agradable.
- Gracias – Le respondí con una enorme sonrisa.
Trataba de no reír por el tono carmesí que se había apoderado de la cara de Peeta.
- No – Tartamudeó – Ella no es... -
No pudo terminar la frase cuando el pequeño grito de Mia lo interrumpió.
- ¡ESTAS AQUÍ! – Gritó más que feliz mientras corría hacia mí.
- ¡Hola! – Le contesté con el mismo tono que ella - ¿Cómo la pasaste? – Le pregunté sonriente mientras la cargaba.
- ¡Genial! -
- ¿Es Mia? – Preguntó Effie y Peeta asintió con la cabeza - ¡Pero qué grande que estas! Seguro que no me recuerdas – Dijo acercándose a Mia mientras acariciaba su mejilla – Pero yo te conozco desde que eras un bebe, pequeño y hermoso – Mia sonrió – Yo era... -
- Amiga de mi mami – La interrumpió la pequeña como si nada.
Solo pude notar la seria mirada de Peeta.
- Vamos ¿Me acompañas por mi trozo de pastel? – Me dijo la pequeña, cómo negarle algo a esa dulzura.
La bajé y de inmediato tomó mi mano para correr hacia donde estaba el pastel.

- Dame pastel, Mia – Le decía Freddie a su hermana quien gustosamente comía la gigante rebanada de pastel que le habían dado.
- Mia, es demasiado para ti – Habló Peeta – Compártele a Freddie – Le dijo seriamente y la pequeña enseguida obedeció.
La luz roja hizo que Peeta se detuviera, me recargué en el asiento y volteé hacia la izquierda para poder verlo, lo miraba fijamente esperando a que volteara. Finalmente lo hizo, le sonreí, nuevamente reprimía sus ganas de reír. Mellark, sinónimo de antipatía. Seguí mirándolo fijamente y volvió a voltear, esta vez le guiñé un ojo y le mande un beso sin que los niños se dieran cuenta. Ahora sí dejó escapar una pequeña sonrisa, negó con la cabeza y volteó su mirada al frente.
Puse mi mirada al frente al ver una luz blanca que me daba justo en la cara, no era precisamente el semáforo, el cuál seguía en rojo. Esta luz comenzó a hacerse mayor y se acercaba directamente a nosotros con una gran velocidad.
- ¿Pee... Peeta? – Tartamudeé asustada volteando a verlo.
Este con el ceño fruncido trató de mover la palanca de cambios pero no entraba. No era solo una luz, era un auto que venía a toda velocidad en dirección a nosotros.
Cerré los ojos fuertemente como preparándome para el impacto pero Peeta aceleró a fondo haciendo chillar las llantas para quitarse del camino del deportivo rojo, el cual volvió a su carril. Parecía totalmente intencional.
Peeta frenó de golpe, alineándose a la acera y gracias al cinturón de seguridad no nos impactamos contra el vidrio. No tardó ni un segundo en desabrochar el cinturón y bajar para ir hacia la puerta trasera y asegurarse de que los pequeños estuvieran bien.
Yo solo me giré en el asiento para poder verlos. Los ojos de Freddie estaban abiertos a tope, y Mia quién parecía tranquila, de un momento a otro, explotó en llanto.
- Estamos bien, no ocurrió nada... ¿Estás bien? ¿Estás herida? ¿Qué te sucede? – Le preguntaba Peeta con desespero ante el incesante llanto de Mia.
- Mi vestido – Dijo entrecortadamente mientras volteaba hacia abajo mirando su vestido totalmente manchado de pastel. Me fue imposible no reír.
- Pequeña, no llores – Le dije con ternura – Se limpia -
- Pero... – Alargó con un sentimiento enorme.
- Mira – Me baje del auto - ¿Te puedo cambiar el lugar, Freddie? – Le pregunté y este de inmediato accedió – Yo te ayudaré – Subí y tomé un par de servilletas que traía y la ayudé a sacar el pastel de su ropa.
- ¿Todos bien? – Preguntó Peeta, ambos niños asintieron con la cabeza.
"No todos" Pensé, Gale morirá por esto.

- Gracias – Dije bajando del auto.
- Oye – Me llamó Mia asomándose desde la ventanilla del auto.
- ¿Qué pasa? – Le pregunté sonriente.
- ¿Mañana vendrás con nosotros?-
- Eso no lo decido yo – Le contesté mirando a Peeta.
- No – Contestó seriamente – Mañana descanso de ella, además tengo trabajo – Le explicó a Mia quien lo miraba con cara de súplica, ya saben, la famosa cara de perrito abandonado en plena lluvia.
- Por favor – Insistió.
- Ella es divertida – Agregó Freddie.
- No – Se negó nuevamente – Tienen colegio y tienen que hacer tarea -
- Mañana es viernes -
- Niños – Los interrumpí – Obedezcan a su hermano, les prometo que luego iré a visitarlos – Les dije tiernamente – Peeta, ábreme la maletera, por favor – Le dije para después caminar hacia atrás del auto.
- ¿Para qué? – Preguntó bajando del auto.
- Dejé unas cuantas bolsas ahí -
Abrió la cajuela y efectivamente ahí había alrededor de diez bolsas.
- No es normal tu obsesión con las compras – Dijo ¿divertido? Mientras yo me sacaba una bota cambiándola por los zapatos altos que traía anteriormente.
- Si, tu tampoco eres normal – Le respondí, me quité la otra bota, me di vuelta y las lancé a un basurero que estaba en la acera.
- ¿Por qué las tiras? – Preguntó extrañado.
- Las detestaste, así que no me sirven de nada – Le dije mientras levantaba ambos hombros, me acerqué al auto y tomé todas mis bolsas – Nos vemos luego – Besé su mejilla para después caminar hacia mi casa.

- ¿En dónde? – Escuché la voz de mi madre cuando subía las escaleras.
- Estaba en la casa de... -
- Esta bien, yo mando a alguien para que recoja el pedido – Era su celular con el que hablaba. Qué raro – Perdón hija, ¿Qué decías? – Tapó la bocina del celular para que no se escuchara de lo que "hablábamos".
- Nada, no decía nada -

"Paso por ti mañana ¿Si?" Leí el mensaje de Finnick que había llegado a mi celular.
"Eso ni lo preguntes, dalo por hecho" Escribí en contestación.
Continué cambiándome el pijama, estaba cansada. Más bien, fastidiada. Habíamos pasado una gran parte del día contestando esa tediosa guía y lo sucedido por Gale no era algo bueno. Lo único que quería era dormir.
"Muy bien. Y... ¿Entonces? ¿Qué tal te fue?" Me dejé caer en la cama con el celular en las manos y comencé a teclear.
"Excelente, tanto que puedo asegurar que has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Mellark admita que esta locamente enamorado de mí" Enviado.
Dejé mi celular en la mesa de noche, apagué las luces. En menos de cinco minutos había caído en un profundo sueño...  

"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora