CAPITULO 27...

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  Capítulo No27:

Puse mi mano suavemente en su mejilla para luego cortar a cero la poca lejanía que había entre nuestros rostros.
No era precisamente un beso, posé mis labios en la comisura de los suyos y deslice lentamente mi lengua llevándome todo rastro de chocolate. Era delicioso el sabor del dulce, pero no tanto como el de sus labios. Algo ¿apenada? Me alejé.
- Y-ya no tienes m-más chocolate – Limpié con la servilleta tratando de ignorar su mirada – Creo que será mejor que me vaya -
Acomodé mi cabello y le saqué la vuelta para salir de la cocina pero frustró mi huída tomándome de la muñeca.
- Lo siento, dije que no molestaría más... – Comencé a hablar aceleradamente.
Volteé a verlo y estaba de pie nuevamente con esa intimidante mirada, dio los dos pasos que había de distancia entre nosotros. Puso decisivamente su mano en mi cintura y sin perder el contacto visual soltó mi muñeca para tomarme de la nuca y atraerme a sus labios.
Mis manos treparon por su pecho hasta llegar a su nuca donde quedaron estáticas, realmente me había sorprendido. Sus manos al contrario impartían poderosas caricias tanto como en mi cuello como en la parte baja de mi espalda. Sus labios se mezclaban con los míos compartiéndome el exquisito sabor del chocolate que anteriormente había probado, pero sin duda alguna, esto era mejor que el que había sacado de la comisura de sus labios. Era tan intensa su manera de besar, me robaba por completo el aliento, tanto que mi pecho se expandía y contraía rápidamente tratando de recuperar entre besos el oxígeno perdido.
Su lengua se introdujo de abrupto en mi cavidad, cosa que sinceramente me fascinaba. Su miembro estaba rosándose con el mío, y, tengo que admitirlo, era una sensación realmente placentera.
Me estrujaba entre sus brazos ¡Dios! Quería gritar para liberar todo el éxtasis que comenzaba a acumularse en mí. Finalmente reaccioné, ¡me estaba besando! ¡Me había detenido para besarme!
- Eres tan necia – Susurró entre besos mientras bajaba por mi mejilla con dirección a mi cuello.
- Y tu tan testarudo... – Eché mi cabeza hacia atrás dándole un mejor acceso a sus besos y leves mordidas. - ¿Por qué no admites que te encanto? – Enderecé mi cabeza y este regresó a mis labios.
Avanzaba lentamente, por ende yo retrocedía hasta que llegó un punto en el que no había escape. Estaba aprisionada por su cuerpo y la barra. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo, por mi espalda, cintura, cadera, glúteos.
Ni la más mínima brisa de aire pasaba entre nosotros.
- Admítelo Peeta – Dije en un suspiro ya que había regresado a mi cuello.
- Me encantas... – Su mano comenzó a entrar por debajo de mi ropa –...Para una noche – Mi temperatura interna de cuarenta grados prácticamente bajó hasta menos diez, era un imbécil.
- Eres un idiota Mellark – Lo empujé fuertemente y él solo me miraba divertido.
- Idiota no – Sonrió – Prefiero sincero -
- Por favor Peeta, lo menos que tienes es sinceridad – Rodé mis ojos antes de sacarle la vuelta para salir de la cocina.
- Hace unos segundos te morías por besarme... ¿Y ahora soy un idiota? – Caminaba tras de mí.
- Si, un idiota con todas las letras – Afirmé tomando mi bolsa que estaba en uno de los sillones de la sala – Tienes que arruinarlo todo con tu actitud de "Oh, soy el más malo y rudo del universo" y solamente dices eso tratando de hacerte creer algo que ambos sabemos que es una absoluta mentira -
- ¿Y tú crees que no arruinas nada? Con tu forma de ser de "Soy la más hermosa del mundo ámame o muérete" haces que la gente no quiera estar cerca de ti – Dijo sujetándome del brazo obligándome a voltearlo a ver.
- Por favor Peeta – Dije irónica - ¿Cuándo he arruinado algo? – Reprimía todas mis ganas de gritarle, solo por Freddie y Mia no lo hacía.
- ¡Todo el tiempo! – Alargó levantando sus manos – Solo estas pensando en ti, solo piensas en lo que te benefician las cosas, solo piensas en qué estúpida falda o vestido te pondrás mañana – Su mirada se clavaba en la mía – No solo por ser "linda" puedes conseguir todo lo que se te antoja – Estaba igual o más exaltado que yo.
- ¡Cállate Peeta! – Le dije roja del coraje – Tú no sabes absolutamente nada de mí y mucho menos sobre lo que pienso así que... -
- Oh, claro que sí sé – Afirmó con una amarga y fría carcajada – Así como tu afirmas saber mucho sobre "el verdadero Peeta" – Hizo comillas con sus dedos – Yo también puedo saber mucho de una persona con tan solo verla – Me soltó el brazo bruscamente antes de darse la media vuelta.
- A ver, quiero escucharte – Le dije desafiándolo – Quiero escuchar qué es lo que crees saber de mí... -
- Se que... -
- ¡Peeta! ¡Llegaste! – La pequeña Mia llegó interrumpiendo nuestra "pequeña" discusión – Nuestra niñera nos ayudó a hacer un pastel – Dijo con emoción - ¿Quieres verlo? – Preguntó.
- No solo quiero verlo – Le contestó serio mientras caminaba hacia la cocina.
Sin siquiera decir nada, me dí la media vuelta y caminé hacia la puerta...

•••

Peeta POV.

Se escuchó cerrarse la puerta principal. Se había ido.
- ¿Qué le pasó al pastel? – Preguntó Mia formando una "o" con sus labios.
- T-Tenía hambre preciosa – Confesé.
- ¡Peeta! – Alargó riendo – No creerás lo que sucedió... – Gritó volteando hacia la entrada de la cocina esperando que ella cruzara la puerta – Peeta se comió todo el pastel... -
Se retorció en mis brazos para lograr que la bajara y así lo hice, salió de la cocina y aproveché para tomar otro trozo más.
- ¿Por qué se fue? – Preguntó con tristeza entrando nuevamente a la cocina – Ella dijo que se quedaría a cenar con nosotros – Se subió a uno de los bancos, cruzó sus brazos y se recargó en la barra ¿Tanto le agradaba?
- Hola Peeta – Saludó Freddie entrando a la cocina – Hey... ¿Pero donde esta...? -
¿Pero qué mierda tenían con ella? Supuse que se refería a ella porque miró respectivamente en toda la cocina...

  •Queen-corse•


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora