"Narcissistic"

CAPITULO 46...

  Capítulo No46:

Me giré en la cama quedando con la mirada en el techo. Toda la noche y todo el día no había podido dejar de pensar en Peeta, estando con él no me importaba en lo absoluto lo que los demás pensaban de mí. Solo me interesaba él, y lo peor es que estaba más que conciente que Peeta Mellark me volvía loca.
Mi teléfono comenzó a vibrar y ya que lo traía en el pantalón de mi pijama, me sobresalté un poco. La pantalla resaltaba el nombre "Am" y una sonrisa se pintó en mi rostro.
- Hola – Saludé feliz.
- Hola – Respondió – ¿Ya estas lista? -
- ¿Lista? ¿Para qué? – Pregunté sin entender.
- ¿No irás al partido? -
- Ya te dije que sin ti no iría – Me senté en la cama.
- Cámbiate rápido, estoy afuera de tu casa -
- ¿Qué? – Casi grite - ¿Y por qué no me llamaste antes Peeta? – Le reclamé.
- Porque no tenía pensado ir, cámbiate ya – Repitió.
- Esta bien, no tardo – Mentí, claro que tardaría.
- Hey – Dijo antes de colgar – Vestido no, por favor – Bufé molesta y colgué.
Rápido entre a mi armario y tomé esto: ()
Cepillé levemente mi cabello e hice una coleta con él, usé solo un poco de delineador negro y brillo labial. Bajé corriendo las escaleras una vez lista. Salí y me llevé una gran sorpresa, venía en su motocicleta.
- ¿Irás así nomás? – Dijo seriamente después de verme de pies a cabeza, solo asentí – Estas hermosa pero ponte esto, no quiero que todos se baboseen – Dijo mientras me tendía su chaqueta de cuero dejando en exposición una camiseta básica.
- ¿Iremos ahí? – Pregunté en shock una vez que terminé de acomodarme su chaqueta, la cual me quedaba enorme.
- Si – Contestó sonriendo – No me digas que también le tienes miedo -
- ¡Claro que no! – Dije emocionada y corrí a su lado admirando la impecable motocicleta negra.
- Ten – Me entregó un casco, que al igual que el suyo, era negro y rodé mis ojos ya que tendría que desatarme mi coleta – Me gusta tu cabello suelto... -
Pasó su mano por mi cintura, por dentro de la chaqueta y me acercó a él. Era demasiado frio para decir un cumplido, así que cuando decía uno había que agradecérselo muy bien. Aún sujetando el casco pasé mis brazos por su cuello y uní nuestros labios. Me besaba con una delicadeza exquisita. Sus deliciosos labios se acoplaban a la perfección con los míos. Su mano subió a mi mejilla.
- ¿Y si mejor no vamos? – Dijo entre besos.
- ¿Estás loco? – Pregunté riendo – Yo no me pierdo este paseo en moto por nada del mundo – Di otro beso sobre sus, ahora brillantes labios – Espera... – Reí y con mi pulgar saqué los restos de brillo labial de sus labios – Ahora sí – Me coloqué el casco y una vez que él ya estaba arriba, me apoyé sobre su hombro para subir. Y en cuestión de segundos ya estaba atada a su cuerpo...

- ¿No te cansas? – Preguntó Peeta mientras subíamos las gradas buscando algún lugar para sentarnos.
- Es peor si nos quedamos abajo parados – Le dije volteando a verlo.
- No me refiero a eso – Rió – Digo que si no te cansas de esto, de que todos estén al pendiente de lo que haces, de que entres a algún lugar y todos volteen a verte – Señaló hacia las últimas gradas que estaban vacías – Sé que te encanta llamar la atención – Se respondió solo – ¿Pero realmente no te fastidias? – Reí ante sus rodeos.
- Antes no – Dije sentándome a su lado – Ahora tampoco – Dije y soltó una carcajada – Pero ya no es algo que me interese – Era verdad – Bueno... Solo una en particular – Volteó a verme y sentí ahogarme en la profundidad de sus ojos.
"¿Así? ¿La de quién?" Gale gritó en mi mente.
- La tuya – Mi corazón tomo las riendas de mi boca. Negó con la cabeza y volteó la mirada hacia el campo – Aunque te dé lo mismo – Susurré herida al ser ignorada, le había dicho que solo me interesaba él y solo volteó a ver el césped.
- Nunca dije que me daba lo mismo – ¿No podía voltear a verme?
- Iré por una botella de agua – Me puse de pie - ¿Quieres algo? – Le pregunté tímida.
- No, gracias – Dijo y sacó un fajo de billetes del bolsillo de su pantalón y me extendió su brazo hacia mí para que tomara lo necesario.
- ¿Qué quieres? – Le pregunté y negó nuevamente.
- Para tú... -
- No lo necesito Mellark, yo traigo dinero – Me di la media vuelta y bajé las escaleras.
Me ponía mal que Peeta hubiera reaccionado así ¿Pero qué esperaba? ¿Qué me dijera "¡A mí también solo me interesas tú!"? Sabiendo que Peeta es más frio que un iceberg.

Llegué a la fila y solo había una persona delante... Annie. Pagó y se dio la media vuelta y desgraciadamente me vio.
- Hola – Dijo con un tono divertido disfrazado de serio - ¿Cómo estás?-
- Bien – Contesté fría y pedí la botella de agua y sacando el importe exacto para pagarla junto con unos cuantos dulces.
- Que bueno – Sonrió – ¿Sabes? Quería hablar contigo – Rodé los ojos – Será rápido, ven – Me tomó del brazo y caminó hacia atrás de la tienda del campo. No había nadie ahí.
- ¿Y sobre qué es? – Pregunté con fastidio.
- Es sobre la apuesta tuya y de Finnick – Dijo seria.
- Mira – La interrumpí – Eso no es algo que a ti te importe, así que no te metas -
- Si me importa porque involucra a mi novio – Subió de tono ¿Qué se creía? – Y a la mejor amiga de mi novio – Bajé mi mirada y de inmediato la subí – Seguro ignorarás lo que te diré pero te pido que no lo hagas – Suspiró – Fue una estupidez lo que hicieron tú y Finnick... -
- ¿Y tú quién demonios te crees para... -
- Estás jugando con una persona – Ignoró mi interrupción – Una persona que se nota que te interesa y que está interesada en ti – Hizo un ademán con las manos – Y no lo puedes negar, no te conozco mucho pero Finnick me ha hablado mucho de ti y tan solo con verte es fácil darse cuenta de lo que sientes por él... -