CAPITULO 39...

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  Capítulo No39:

Luego de clases fui a depilar mis piernas, solo por las dudas. Una vez en casa, tomé una ducha, cepillé mis dientes, sequé mi cabello con cuidado y comencé a prepararme para la cita (). Una vez lista habré esperado unos quince minutos hasta que escuché el claxon de Peeta y comencé a bajar las escaleras corriendo.
- ¿A dónde vas? – Preguntó mi madre desde la sala, quien leía unos papeles.
- Peeta me invitó a cenar – Dije con una enorme sonrisa.
- ¿Y cuándo me pediste permiso? -
Lo estaba haciendo intencionalmente ¿Cierto? Podía faltar dos días a casa y no se daba cuenta, podía decir de sobrellevada que pasaría la noche en la casa de Finnick y a ella no le parecía una mala idea pero no podía ir a cenar y regresar si no le había pedido permiso.
- Te lo dije el martes – Mentí, de todos modos no recordaría.
- Está bien – Dijo sin despegar la mirada de las hojas. Rodé los ojos y caminé hacia la puerta.

- Wow – Levantó ambas cejas al verme – Creo que tendremos que ir a un lugar más elegante de lo que había pensado – Ambos reímos.
- Si quieres me cambio – Dije señalando hacia atrás.
- No, no – Negó con la cabeza - ¿Vamos? – Caminamos hacia su auto, él hacia el lado del piloto y yo al del copiloto. Abrió la puerta y subió, al contrario yo puse mis brazos en mi cintura y lo miraba a través del vidrio frontal. Me miró y rió negando con la cabeza.
- ¿Es de verdad? – Preguntó con la sonrisa en sus labios.
- Pues... en mis tiempos las cosas se hacían así – Dije como si fuera una mujer de noventa años.
- ¿En tus tiempos? – Preguntó saliendo del auto.
- Solo hazlo y no preguntes – Mordí mi labio inferior reteniendo mi risa.
- Como ordene "Princesa" – Rodeo el auto y abrió la puerta del copiloto.
- Aww – Dije enternecida – Me dijiste princesa – Lo miré con ternura.
- Fue sarcásticamente – Puso los ojos en blanco.
- Yo sabía que había un Peeta dulce detrás de esto – Hice un ademán señalando su ropa.
- Sar-cas-mo – Separó en sílabas – Lo conoces de sobra -
Quería reír a carcajadas, era divertido molestarlo así.

- ¿Y a donde tenías planeado que fuéramos? – Le pregunté ya dentro del auto y subió los hombros en señal de "No lo sé" - ¿McDonald's? – Una vez más rió y volteó a verme por un par de segundos y luego regresó la mirada al camino. Condujo al menos cinco minutos.
- Es broma ¿Verdad? – Esta vez sí solté una carcajada.
- Tú querías venir aquí ¿No? – Sonrió divertido mientras estacionaba el auto en el mencionado restaurant.
- Peeta, era sarcas... – Bufé y bajé del auto, se estaba vengando por lo de "Princesa".
- ¿No te gusta? – Preguntó cerrando la puerta del auto y caminó hacia mí.
- Si lo hubiera sabido antes, no me hubiera partido tanto la cabeza tratando de encontrar un lindo vestido -

- Yo quiero un cuarto de libra con queso y una malteada de... – Dije pensativa tratando de decidir qué sabor – Fresa – Dije segura y el chico tocó la pantalla - ¡No! Mejor chocolate – Reí – Discúlpame – Le dije apenada ya que ya lo había marcado.
- No te preocupes, tómate tu tiempo – Me contestó aquel chico con una galante sonrisa.
Sentí cómo la mano de Peeta pasaba por mi espalda para llegar a mi cintura y lentamente me apegó a él. ¡Bienvenidos celos!
- Vainilla, si, mejor vainilla – Dije finalmente y volteé a ver al chico y su galante mirada había sido sustituida por una sumisa – Peeta – Lo llamé y cambió su intimidante mirada por una más suave. Peeta pagó y el cajero le entregó nuestro ticket de compra con el número de nuestra orden.
- Lo bueno es que llamé temprano para reservar una mesa – Bromeó pasando su brazo por mis hombros.
- Cielos – Fingí estar sorprendida – Creo que te debió haber costado demasiado conseguir esta mesa, es una de las mejores del lugar – Nos sentamos en la supuesta mesa especial.

- ¿Se les ofrece algo más? – Se refería en específico a mí, ya que sentía su fija mirada.
- No – Contestó Peeta duramente, de inmediato volteé a verlo – Gracias – Dijo mirándome.
- No te pongas celoso – Le dije cuando el chico se fue.
- No estoy celoso – Afirmó desenvolviendo su hamburguesa que era dos veces más grande que la mía.
- ¿A sí? – Dije con el muy empleado en esta noche: Sarcasmo – Porque... la verdad parecía que querías desarmarlo a golpes – Suspiré – Seguro que es mi imaginación -
- Si, eso es... -
Seguimos platicando de cosas sin sentido, me hacía preguntas y yo las respondía, le hacía preguntas y él me respondía. No podía parar de reír, aunque él intentaba no reír pero terminaba haciéndolo.

- ¿Sigues pensando lo mismo sobre mí? – Pregunté cesando un poco las risas.
- ¿Por qué preguntas? – Se recargó en el auto.
- Porque... – Miré hacia abajo – En realidad me importa lo que piensas tú de mí – Mordí mi labio inferior.
- No – Dijo tomando mi barbilla y alzando mi rostro – No pienso lo mismo – Se acercó lentamente con un fijo objetivo. Mis labios.
Me acerqué al igual pero desvié mi rostro y llegué a su mejilla donde deposité un suave beso.
- No beso en la primera cita – Susurré entre pequeñas risas en su oído.
- Me has besado antes sin siquiera tener una cita – Dijo también en mi oído.
- Pero ahora la tenemos – Golpeé jugando su estómago – Y no hay beso en la primera... -

  •Queen_corse• 


"Narcissistic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora