Dirty Angel©(#2)

Darkia

 Nada me gustaba más que levantarme justo cuando amanecía. Los demonios también habían descansado, excepto Sublatti.
—Buenos días, Darkia.
Abrí un poco los ojos y estiré los brazos.
—Hola —dije un poco dormida.
—¿Has dormido bien? —me preguntó sonriente.
—Sí, no he tenido problemas. Me gustaría lavarme un poco.
—Mandaré a unos cuantos que busquen un lago.
—Excelente —dije.
—Ahora vengo —se levantó—. Quédate aquí.
Ella se marchó por un momento y después de un rato, volvió a mi encuentro.
—Hemos encontrado un pequeño lago.
—Muy bien. Ven conmigo.
—Vale.
Fuimos las dos volando a aquel lugar que había encontrado, y no estaba muy lejos del campamento. Aterrizamos. El lago era algo pequeño y limpio.
—En mi opinión tienes el pelo demasiado largo—le comenté.
—Estoy acostumbrada a él, aunque me impide luchar a veces.
—Deberías cortártelo.
—A los demonios, una vez que le cortas por primera vez el pelo, no vuelve a crecer —echó el pelo hacia atrás.
—Pues estarás mejor con el pelo corto.
—¿Cómo lo vas a cortar?
—Pues con mi preciosa espada—mostré a Revage.
Ella se alejó un poco asustada.
—No me achicharres con ella...
—Pues... No logro despertarla. No reacciona. Es como si haya dejado de funcionar —respondí con tristeza.
—Puede ser que ya no tengas venganza en tu corazón.
—Vaya... —dije cabizbaja—. Colócate. Voy a cortarte el pelo.
—¿No es un poco bruto?
Le cogí la mata de pelo por una parte, y pasé la espada muy ligera para cortarlo. El resultado fue bueno y no estaba tan mal. Se lo dejé de largo hasta los hombros. Ella se lo tocó y sonrió.
—Está bien. Echaré de menos mi largo pelo.
—Yo voy a bañarme. No te imp...
—Voy a dar una vuelta. Te doy un poco de intimidad.
—Gracias —dije incómoda.
Se marchó volando. Me quité la ropa y me metí en el agua. Fue relajante, pero estaba demasiado fría. Mis alas se estremecieron y se cayeron algunas plumas. Al estar un rato, concluí el baño. 
Sublatti regresó y nos marchamos al campamento. Di la orden y seguimos andando. Solo quedaba un poco para llegar al lugar donde estaba la grieta que llevaba al cielo.