—Donde estoy... Estoy... ¿Muerta?
Mis ojos pesados se abrieron. Estaba tumbada y con muchas vendas por mi barriga. Me intenté levantar, pero sentí un dolor muy fuerte que me obligó a volver acostarme. Lo último que recuerdo fue que caí y me desangraba. Azazel estaba gritando y llorando. Azazel...
—¡Darkia! —Entró Sublatti y me dio un abrazo—. ¡Es un milagro! Has sido muy fuerte... ¿Cómo te encuentras?
—Bien, con un poco débil.
—Es normal. Usaste parte de tu poder divino para detener la hemorragia. Azazel mató a la bestia, aunque está inconsciente.
—¿Qué le ha pasado? —pregunté preocupada. No me esperaba eso.
—Sufrió una transformación tras tu caída.
Le miré confusa.
—Se convirtió en un demonio oscuro. Nunca había escuchado nada de esa clase, es extraño... Puede que tuviese una maldición o algo, pero está bien, reposando como tú.
—Entiendo...
—Te dejo descansar. Si necesitas algo, llámame, estaré por aquí. Descansa y no pretendas andar.
Se marchó. Yo seguí acostada un rato, sin poder dormir.
"Azazel... ¿Cómo estará? ¿Fue todo una visión mientras estuve inconsciente?".
Me incorporé como pude y salí sin importarme estar medio desnuda. Anduve por los pasillos buscándole. Encontré una habitación con la puerta abierta. Ahí estaba, durmiendo.
—Azazel... —susurré.
Me senté en la cama y respiré un poco de aire. La herida de la barriga era muy dolorosa. Respiré para recobrar el aire.
Él abrió los párpados al escucharme.
—Dar...
—Estoy viva, Azazel. Estoy aquí, contigo...
Le acaricié la cara. Tenía manchas negras por todas partes.
—Yo... Destrocé a ese...
—Lo sé. Estás débil. Duerme.
—¿Y tú? Pérdoname...
—Me molesta un poco, pero estoy bien.
—Duerme conmigo —me pidió.
Me ruboricé un poco.
—Pero Azazel...
—Quédate conmigo —me cogió de la mano.
—Está bien.
Me tumbé a su lado y me abrazó apoyando su cabeza en mi cuello.
—No quiero perderte nunca. Siento haber sido tan estúpido. Casi te matan por obligarte a seguir luchando. No vuelvas a intentar matarte por mí...
—Calla. Estoy aquí contigo es lo que importa —dije dulcemente.
—¿Puedo pedirte algo?—Claro.
Rozó sus labios con los míos pero acabó acercándose a mi oreja y susurrarme algo.
—Lo haré si tú quieres, no quiero forzarte.
—Por supuesto que quiero, deseo estar contigo aquí y ahora —se acerca demasiado y sin querer le aparto con una guantada. Él se acaricia la cara y me mira avergonzado.
Suelto una risa, haciéndole enrojecer.
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Dirty Angel©(#2)
FantasíaDespués de vencer a Satanás y cumplir su venganza, Darkia está muy ocupada con el nuevo reino. Pero ser reina es muy difícil para ella, ya que en las batallas o misiones le impiden ir. Aunque tenga complicaciones, ella quiere cumplir un deseo y, par...