Ya habíamos partido. Mi plan había funcionado correctamente. Me fui a la entrada del castillo y di las órdenes para partir. Mis acompañantes cogieron los equipajes. El camino hasta la grieta que lleva al cielo estaba bastante lejos. Si íbamos volando, sería mucho más lento. Sé que traicioné y engañé a Darkia, pero no... Quería que viniera. No quería que le hagan daño. Seguramente ella estaba enfadada. Si le hubiera explicado lo que pasaba y pensaba, no lo hubiera entendido.
De repente, una voz lejana gritó:
—¡SUBLATTI! ¿Dónde crees que ibas sin mí?
Cuando vi quién era, me asombré. No me lo podía creer. Los demás que estaban allí exclamaron al verla, y yo me quedé paralizada.
—¿Darkia? —dije cuando aterrizó.
—Esto no me lo esperaba de ti, Sublatti. ¡Confíe en ti, te nombré consejera y me haces esto! Me dejas encerrada con vigilantes y sin explicación. ¿Por qué? —abrió sus brazos. En su rostro noté su desesperación y confusión.
—Yo... —susurré.
—Te desafío a un combate. Si gano, iré contigo y me contarás la verdad. Me lo explicarás todo. T-O-D-O —deletreó.
—Está bien. Acepto. Si gano, volverás al castillo.
Ella asintió.
Invoqué a mi espada, y me di cuenta que ella venía con su espada y el equipaje. Se colocó en la posición que le enseñé. Volando vino hasta donde yo estaba y atacó primero. Yo lo retuve, lo rechacé y se lo devolví. Chocó su espada contra la mía y nuestros cuerpos empezaron a hacer fuerzas. Las dos salimos disparadas hacia detrás, y seguimos de nuevo.
La miré a los ojos. No noté odio, sino diversión. ¿Se estaba divirtiendo? También hubo una amplia sonrisa en sus labios mientras luchábamos. Estaba feliz, alegre, contenta. Nunca la había así."Creo que esta batalla es innecesaria. O me rindo o me dejaré ganar. Perderé cuando me desarme. Es hora de que sepa la verdad sobre mí. No tengo nada que temer. Ella es muy importante para mí. Ella me acogió y me salvó. Se lo debo".
Las dos armas se chocaron y volvimos a hacer lo mismo del principio. Esta vez, yo no hice ninguna fuerza y, por tanto, mi bella espada se escabulló de mis manos, quedándose en el suelo seco. Levanté las manos y admití la derrota. Ella bajó el arma y me sonrió.
—He ganado —dijo satisfecha—. ¿Te has dejado ganar? —cruzó de hombros.
—Sí, no sabía que te ibas a dar cuenta.
—Pues claro, no soy tan torpe para no darme cuenta. Ahora, cumple con tu palabra—dijo con impaciencia.
—Vale, vale. Daré el aviso de descanso.
—Espera —me detuvo—. Mejor lo hago yo, soy su reina.
Se puso la corona, sin saber que se la iba a traer. La conocía de sobra y no me esperaba que la trajera. Fue en busca de los demás demonios y gritó:
—¡Descanso!¡Podéis parar un rato!
Al rato, se veían a unos cuantos demonios sentados reunidos en un grupo. En el otro grupo, estábamos Darkia, el gran brujo y yo. El anciano saludó a Darkia muy educadamente.
—Reina Darkia, es un placer tenerla aquí —se arrodilló ante ella.
—El placer es mío...
—Manclat, señora, el gran brujo para servirle.
—Gracias —inclinó la cabeza.
—Él ha estado ayudándome con el libro que encontraste. Es un libro muy valioso —informé.
—Es el libro que habla de la creación y de una leyenda de un ángel. Está escrito por una humana y bendecido por el Creador —siguió el anciano.
—No lo sabía... —se rascó la barbilla—. Sublatti, cuéntamelo —se dirigió a mí suplicando.
—Os contaré mi historia. Os vais a sorprender. Nací en los infiernos, aunque mis padres me abandonaron cuando era pequeña y carecía cuernos. Me crié con un brujo de magia oscura, siendo como su aprendiz. Era muy anciano y había estado presente en la primera guerra, pasado hace muchos años. Éste utilizaba hechizos y pociones para seguir viviendo. Tenía miedo a morir. Todos los días me obligaba a hacer magia oscura, y un día, me negué. Quiso matarme y me deshice con las cosas que lo mantenían vivo. A los minutos murió. Me llevé doce años sola, y encontré libros de magia blanca, el cual estaba prohibido leer. Desde el principio, decían que yo era diferente por esa bondad. Todos los demonios eran crueles. Me pasé años y años leyendo y practicando. Pero los soldados vinieron a saquearlo todo. Me capturaron y me llevaron con Satanás. Le tenía mucho miedo, por las historias que me contaba el brujo. Sin creerlo, me convirtió en una guerrera. Me entrenó duramente para ser más fuerte. Al demostrar que valía, me colocó en un rango muy alto. Su consejera.
»Pero todo ocurrió cuando unos ángeles vinieron a espiar. Eran unos cuatro, tres de ellos murieron. Al que sobrevivió, el comandante y jefe de los ángeles, lo metieron preso. Satanás lo torturó e impedí su muerte. Él aceptó y me quedé vigilando como dije. Me sentí atraída por él, escuchaba cómo se quejaba de dolor, tarareaba, intentaba hablarme... Decidí conocerle y hablar con él siempre que podía. Le curé todas sus heridas y lo cuidé. Llevábamos tanto tiempo hablando, que me dijo desde su celda: "eres el único demonio que conozco que tiene bondad en su corazón". Fue lo más bonito que me dijeron nunca. Me enamoré de él, aunque lo viera imposible. No me atrevía a decírselo, pero quería demostrarle que le amaba.
»Le dije que esto sería imposible, pero él contestó: "nada es imposible si lo intentas. Todo lo imposible se convierte en posible. Estar contigo no es imposible". Pasado el tiempo, tuvimos un hijo. Sorprendentemente, salió un pequeño ángel rubio como su padre, y con los ojos azules, como los tenía de pequeña. Le llamamos Azazel, porque era el nombre de uno de mis padres. Tenía unas pequeñas alas blancas y hermosas... Pero... Satanás nos encontró. Yandak, mi amante, luchó contra él mientras yo protegía al niño. Iba a perder, y le entregué al niño a él y le dije que huyera. Él se marchó al cielo con mi hijo y yo me quedé en el infierno. Estuve veinte años encerrada en una celda extraña y fui liberada por alguien, no lo recuerdo bien... Satan y yo llegamos a un acuerdo. Yo le ayudaría a hacer su plan a cambio del perdón. Por desgracia, al salvarte se rompió y me encarceló hasta tu llegada.
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Dirty Angel©(#2)
FantasiaDespués de vencer a Satanás y cumplir su venganza, Darkia está muy ocupada con el nuevo reino. Pero ser reina es muy difícil para ella, ya que en las batallas o misiones le impiden ir. Aunque tenga complicaciones, ella quiere cumplir un deseo y, par...