Parte 3: Diana, entrenamiento, viaje y visita inesperada. Azazel.

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"—¿Diana?
Ella lloraba. No sabía por qué.
—¿Qué ocurre? ¡Contesta por favor! —dije desesperado.
—Márchate —se tapó la cara con las manos alejándose.
La agarré por el brazo y forcejeó para liberarse.
—¡Suéltame! ¡No quiero verte nunca más! — gritó.
—Lo siento... Te quiero Diana... No te marches...
—Déjame ir.
La solté. No pude ver su rostro. Se marchó y caminó.
Por un momento, dejó de andar y cambió de aspecto. Su pelo cambió a ser negro y sus alas también. Se dio la vuelta y...".

—¡AHHHHH! —grité sobresaltado.
Del grito, salté de la cama. Me quité el sudor de la frente y fui a darme un baño. Quería estar un rato de relajación y tranquilidad. Me metí dentro del agua fría, dándome un pequeño escalofrío en las alas.
Intenté dejar la mente en blanco, pero había algo que me inquietaba. Ese ángel que venía hacia aquí. No sabía si tenía que tenerle miedo o no. Nadie, solamente el Creador, le había vencido a Satanás. El único ángel que lo había conseguido. Pero si quería el cielo, tendría que derrotarme a mí primero.
Respecto al extraño sueño... Me sentía solo. Antes, le herí sus sentimientos y, aún así, vino a salvarme y sacrificarse. Verla caer por la brecha y morir era muy difícil. Fui un estúpido, un idiota.  
Salí de allí y vestí sin ponerme la armadura. Me dirigí a la sala donde siempre estaba y busqué mi espada, Light, la espada de la luz y la libertad. 

"Solo tú me das compañía, Light, pero no eres ella... ¿Qué pensará ahora? Bah... Está muerta".

Sin darme cuenta, lloré. Este era mi castigo, mi sufrimiento. Le hablaba, sin respuesta. De pronto tuve una visión. No podía creerlo. Estaba ahí, de espaldas. Me incorporé del asiento y seguí la figura. Tenía una capa marrón que no me dejaba ver su pelo, aunque conocía esa espalda.

—¿Diana?
No contestó. Corrí hacia ella y desapareció. 
—Otra vez... Esa ilusión. ¿Qué quiere decir esto?  
 

Dirty Angel©(#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora