Parte 5: llegada y sorpresas. Darkia.

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Toqué la puerta dorada con un dedo y se abrió. Solté un grito de sorpresa. Miré a Sublatti con duda.
—Vamos, entra. No hay nada que temer.
Asentí y entré yo primero. Sentía que mi corazón se salía de mi pecho. Recorrimos pasillos y, en uno de ellos, había un montón de ángeles en los lados. Ellos me miraron extrañados. Casi todos eran rubios y parecía que nunca habían visto un ser como yo. Al final del pasillo, había uno que nos estaba esperando.
—Son ustedes... —dijo.
Preferí no hablar.
—Les llevaré hasta el comandante. Síganme —indicó.
Andamos por más pasillos. Las dos contemplábamos las salas. Eran elegantes y bellas. Al final, había una puerta blanca. El guía la abrió y nos dijo que pasáramos.
—Entren, por favor, el comandante les espera. 
Hicimos lo que nos decía. Era una sala enorme y teñida de blanco, con banderas rojas colgadas a las paredes. Al fondo, había alguien sentado. Fuimos hasta él.

Dirty Angel©(#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora