Parte 8: rabia. Azazel.

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Darkia...
Mil lágrimas caían al suelo. Era demasiado tarde.
Mi cuerpo empezó a sentir cambios extraños. Rabia.
—No... La maldición... Ahora no... 
Todo mi cuerpo se volvió negro y mi armadura se hizo pedazos. De mi cabeza salieron dos cuernos, pero uno estaba roto. Me palpé mi cuerpo. Perdía el control. Volé hacia una de las espadas que había. Revage estaba más cerca. Al cogerla, la espada desprendió un fuego negro.
  
"Esta espada es... ¿mi venganza?"

Fui hacia la bestia que rugía, y le incrusté la espada en el cuello.
—DUELEEEE QUITARRR —gimió antes de morir.
Éste cayó y extraje esa misteriosa espada. 

"Es la espada de la venganza... Su espada... No...".

Vuelvo junto a Darkia, y grité.
De repente, alguien abrió el portón. Era mi madre con un montón de ángeles. Vio la situación y se apresuró en hallar una solución. 
—¡Darkia! Qué te ha pasado... ¡Llevadla a los mejores curanderos! ¡Haced intervención urgente! —ordenó. Le tocó por varias partes del cuerpo—. Sigue latiendo... ¡Vamos!
Unos cuantos le llevaron para socorrerle. Ella me observó bastante asustada. 
—¿Eres tú, Azazel? ¿Estás bien? Ella se pondrá se librará de esto, es fuerte y no nos dejará 
No podía soportar el dolor y rabia que sentía. 
—Soy un imbécil. Lo sien... —me desplomé al suelo antes de terminar. Mi madre vino y comenzó a gritar preocupada, sin poder entenderle.

Dirty Angel©(#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora