Darkia

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 ¿Yo? ¿Una diosa? No podía ser. Era imposible. Le miré petrificada.
—Estás mintiendo...
—¿Cómo llegaste aquí?
—Llegué volando.
—Nadie ha conseguido subir volando, es imposible. Seguramente le hayas robado el poder... Es como si lo fueses tú ahora... 
Si yo era Satan... ¡Podía manejar a ese bicho!
—Si yo soy Satanás... Ese bicho responderá mis órdenes... —murmuré.
—Seguramente. Y ahora —me agarró las manos—, sé que le ganaremos —dijo con una sonrisa.
¿Por qué ese cariño? Antes me quería ver muerta y ahora se comportaba así. No hay quien lo entendiera...
—Vale —afirmé sin mirarle a los ojos.
—¿Pasa algo? —me notó algo molesta.
—Antes querías verme muerta y ahora... ¿Por qué ese cambio tan repentino?
No me respondió, ni me miró.
—¿Por qué tienes las alas negras? —preguntó cambiando de tema.
—No lo sé... Cuando atacarlos los demonios el pueblo y le hicieron eso a John... Cambié. 
Él no dijo nada más. 
—¿No recuerdas nada cuando fuiste ella? Aunque te costó reconocerme... 
—Muy poco, en mi cabeza han estado saliendo memorias a lo loco, y no lo llegaba a entender. Tú has hecho que sepa más de lo que fui y comprenderlo. Oía tus lamentos en mi mente, ¿no es así?

Azazel observaba el suelo, dolido.

—Mañana lucharemos, prepárate —chocó contra mi hombro y se marchó. 
¿Le ofendió mi respuesta o era verdad? Estuve pensativa y mucho más tarde, preferí descansar para lo que me esperaba.

Dirty Angel©(#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora