15: La Prueba

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 La noche estaba bañada con una radiante luna Precedente y una luna Consecuente, laslunas gemelas que anunciaban el término de Apogeo y el inicio de Ocaso, la cuartaestación del año. Adornando aquellos satélites naturales, se erguían alrededor variasestrellas en constelaciones hermosas, que iluminaban las copas de los árboles en distintos puntos delpatio. 

Evan contemplaba el cielo desde uno de los ventanales que dominaban las paredes del cuarto deestudio, mientras pensaba en lo que había oído en el gimnasio. Todavía no podía creer que Damién seestaba comportando de esa manera para ayudarlo. Le daba vueltas y vueltas a la idea de que estabainmiscuido en un plan para volverlo una especie de súper soldado, pero ¿quién sería la otra personacon la que estuvo hablando?Esperaba a sus amigos que se habían ofrecido a ayudarlo. Ahora que lo estaban poniendo a prueba,fue cuando más urgía sobresalir en sus estudios, pues no sabía quienes lo estaban valorando desde lalejanía. Además, estaba el asunto del curso de pilotaje con el cabo Rodion; si quería participar, debíade aprobar los exámenes finales. 

—He aquí al único, al inigualable, al que mueve toneladas en una noche y al que milagrosamentesalta del nivel cero al nivel once —Jerzy hizo una pausa—. Con ustedes...Elander Valaduri ¡Aplausos¡ 

—Eres un fastidio Fósforo, hoy no estoy de humor. 

—Vamos —intervino Gurias—. Sólo intenta darte un poco de ánimo. Además, ten por seguro queestás en buenas manos —Hizo un gesto hacia Mikel, Román, Alan y Eloi. Todos estaban ahí. 

—Se les agradece, pero no veo en que me puedan ayudar —dijo Evan con aire resignado. 

—Eso me sonó más pesimista que realista —replicó Jerzy—. Que bueno que ya tienes decididoque no vas a poder. Retirada muchachos, aquí no hacemos falta —Hizo ademán de partir. 

—Déjalo Fósforo, tú actuarías igual en una situación similar —Mikel parecía ser el único que loentendía. 

Le pasó unos libros a Evan que más bien parecían ser escritos internos, no publicacionescomerciales. Su pasta era blanda y sencilla, las páginas estaban unidas por medio de enormes brochesque abrazaban todo el grueso del lomo. No tenían títulos en la portada, sólo numeraciones como el030672, el 017830 y el 973000. 

—Son manuales hechos por el Comité Nacional de Seguridad —explicó el gordinflón—.Resguardados bajo llave en la biblioteca exclusiva de los oficiales de alto rango. Román se enteró desu existencia y Jerzy se encargó de sacarlos a hurtadillas. Te servirán mucho para ponerte al tanto.Distintos generales a lo largo de la historia han contribuido a anotar todo lo que su mentesestratégicas pudieron recordar, incluyendo secretos de estado, que se supone muy pocos deben saber,es por eso que no les permiten usar éstos manuales a cualquiera. Confiemos que sean de utilidad. 

—Esto...muchas gracias por el esfuerzo. Sin embargo, hay que admitir que tengo poco tiempopara aprenderme todo —soltó Evan—. Creo que puedo empezar a resignarme. 

—O puedes empezar a poner atención en tu clase y estudiar todo el día —convino Román—. Medijeron por ahí que un estudiante del nivel 11 puede exentar cualquiera de sus otras actividades, yaque por ser asignaturas complicadas, les dan prioridad a las lecciones y sus tareas. Pensé que Damiénte lo había dicho, ¿no? 

—Creo que se le pasó mencionármelo —comentó Evan, sarcástico. 

El transcurso de la noche fue de estudio para todos ellos. Mientras Evan y Mikel repasaban algunosmanuales, Eloi, con ayuda de Alan, dibujaba algo relacionado a los códigos militares para que fueramás fácil identificarlos. Era una técnica muy ingeniosa que sólo un par como ellos podían idearla. Elresto buscaba textos significativos que pudieran estar en los exámenes. Ya habían identificado algunosde los que normalmente preguntaban en esas pruebas, cortesía de Román por supuesto. 

El milagro de EraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora