Abrí los ojos. Me llevé la mano hacía la cabeza, la cual dolía mucho. Las cosas a mi alrededor giraban y giraban. Parecía que estaba en un zamba... pero un poco más despacio.
—Auch... —me quejé mientras, frotándome la cabeza con la mano, me sentaba en la cama en la cual me encontraba. Sentía que todo se movía, que yo me movía. Con mi otra mano me sujete a la cama, tenía la impresión de que me caería de ésta.
—Lena-san —Oí una voz aguda y noté una forma acercándose a mí—. ¿Te encuentras bien? —Sentí su mano sobre mi frente.
La distorsionada forma comenzó a hacerse más clara hasta reconocerla enseguida. Llevaba un uniforme negro y el cabello corto y castaño hasta los hombros. Unos grandes ojos marrones ocupaban la mayor parte de su rostro. Yuuki.
A su costado otra forma se comenzaba a distinguir, sólo que nunca había hablado con ella. Llevaba el mismo uniforme. Su cabello también caía sobre sus hombros pero este era color miel. Sus grandes y afeminados ojos tenían el exacto color que su cabello. Era bonita. Creí que la había visto en alguna otra parte... pero en este momento no recordaba para nada bien.
—¿Qué hago aquí? —Miré a mi alrededor. Estaba en mi habitación, la de Los Dormitorios del Sol y la luz del día entraba por la ventana que permitía entrar el viento.
—Pues... —dijo, mirando a la chica de cabello miel que tenía a su derecha—, Kaname te trajo antes de la salida del Sol a la enfermería.
¿Kaname?
Me toqué el cuello, buscando la mordida de Zero, pero no la encontré. El rostro de Kaname apareció de repente entre mis recuerdos, por la noche, en su cuarto. Yo dormida en el sofá, él curando mi herida... Me sonreía.
—Zero no estaba, así que Kaien vino en mí ayuda y la de Sayori para traerte a tu cuarto—Señaló a la chica de cabello miel con la mano.
Sayori me saludó con la cabeza. Y al responderle, la mía me dolió.
—Creo que me golpeé la cabeza —dije sentándome en el borde de la cama, mientras me sobaba un chichón que no recordaba tener.
—Respecto a eso... —Rió inocentemente—. ¿Sabes que es difícil cargar un cuerpo más grande que tu misma?
—Dudo que sea fácil. —Sonreí mirando a Yuuki y luego a Sayori.
—Gracias —dije—. Gracias a las dos.
Ambas se miraron y luego, mirándome a mí, sonrieron.
—Por cierto, ¿qué te pasó? —preguntó Yuuki—. Se suponía que debías volver a Los Dormitorios de La Luna una vez que terminaras el turno...
—Pues, me estaba sintiendo mal... —confesé. Pero en medio de la verdad recordé que no podía decirles que Zero me había mordido, ni que Kaname me había sanado. No a Sayori al menos—. Terminé el turno, iba a volver pero me bajó la presión. Kaname me vió y me llevó a descansar a los dormitorios. Me quedé dormida creo...
Ambas se miraron, sin nada que decir. Lurgo de unos minutos de plática entre las tres, tuvieron que irse.
—Nosotras iremos a clases, cualquier cosa pasa por la enfermería —dijo Yuuki. Asentí con la cabeza y ambas salieron de la habitación.
Miré el reloj de la mesa de noche. 10:30 am. ¿Por qué estaba despierta a esta hora si voy por la noche a clase? Gracias a lo temprano que era para mi, decidí dormir un rato más.
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Vampire Knight: Memorias de un vampiro
FanfictionLos misterios se resuelven, siempre fue así. Aunque está claro, hay algunos que muchas veces no se llegan a descifrar. Es en ese entonces cuando caen en un abismo sin fin y se pierden hasta ser olvidados. Por otro lado, la curiosidad... La curiosida...