III. Los Estudiantes de La Luna

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Aún bajaba las escaleras confundida cuando aparecieron cinco vampiros, el quinto era Ichijou. Los otros cuatro me observaban de arriba abajo.

—Así que, ella es la humana... —dijo un pelirrojo de ojos tan claros como el cristal, arrastrando las palabras vagamente. Hablando de esa forma, parecía expresar que hablar era agotador—. Ya puedo ver porqué Hanabusa enloqueció al sentirla cerca. Pero olvidó decir que era bonita...

—Shiki, la espantarás. Deja de decir cosas como esas despreocupadamente —dijo un chico muy alto, creo que tan alto como Kaname, sólo que bastante musculoso. Era pálido y rubio. En serio, ¿cuántos rubios hay en esta academia?

—No se mueve —continuó—, tal vez la petrificaste.

—Ichijou, ¿ella es humana o una estatua? —Una de las vampiresas miró a Ichijou con cara cómica. La bonita vampiro era rubia y su cabello estaba recogido en dos coletas altas, sus ojos eran grandes y de un azul eléctrico. Tenía un pocky* en la boca al igual que el pelirrojo.

Repito, ¿cuántos rubios hay en esta academia?

—Rima, ­­­­Lena-chan es humana. —Ichijou miró a la rubia con una leve sonrisa inocente.

—Oye, ¿es cierto que ayudaste a Hanabusa con Kaname-sama? —La última vampiro también era bonita: tenía el cabello largo y de un rubio ceniza y ojos café claro.

No volveré a repetir que hay muchos rubios.

—Ruka tiene razón —dijo el rubio más alto—. Ayudaste a Hanabusa, ¿no es así? Tsk... debe tener agallas para salvar a ese idiota.

—O ser tan idiota como él —dijo la chica llamada Rima, lanzándome una leve sonrisa cómplice. Sonreí leve. Esta vampiro me cayó bien.

En ese momento, como una bomba a punto de estallar, apareció Aidou. Al verme, me agarró de los hombros y me batió con fuerza adelante y atrás, adelante y atrás.

—¡Lena, gracias!

—De nada, Aidou-kun —Sonreí. O por lo menos fue un intento de sonrisa. Pero confieso que quedé algo asombrada. Aidou no parecía de los chicos que te agradecían por algo.

Aún sentía la mirada del resto de vampiros en cuanto la sacudida de Aidou finalizó, me estaban poniendo nerviosa. Aidou notó que los demás estaban allí y se puso delante de mí.

—Oigan... —Los miró sospechosamente—, ¿qué estaban haciendo?

—Queríamos hablarle pero parece estar asustada de nosotros —dijo el alto—. No ha dicho ni una palabra.

Aidou giró hacia mí. Señaló al rubio alto e hizo una cómica cara.

—¿El bobo de Akatsuki Kain te da miedo?

El alto, llamado Kain, lo tomo del cabello y le golpeó la cabeza.

¡Ja! Me agrada.

—Deja de decir estupideces, Hanabusa —dijo.

—¡No me golpees! —exclamó Aidou. Giró y comenzó a mover las manos tratando de que algún golpe acertara a Kain.

—Kazouyoshi —Ichijou empujó a ambos fuertemente hacia un lado con una sonrisa inocente—, no te preocupes, ellos no muerden. —Entonces se dio cuenta de lo que dijo y se ruborizó levemente—. Eh... Bueno, si muerden... pero me refería...

—No te preocupes, entendí que no me harán daño. —Sonreí.

—Claro que no lo harán —Kaname apareció detrás de mí y apoyó su mano en mi hombro. Me tensé por completo y a eso le siguió un escalofrío.

Vampire Knight: Memorias de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora