Renji Abarai (BLEACH)

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TANJOUBI OMEDETOU

-Ya dime donde me llevas- volví a preguntar al chico guapo que me guiaba a no sé dónde mientras me tenía con los ojos vendados.

-Renji dime donde me llevas o me desataré la venda ahora mismo- repetí un poco impaciente, esto se estaba demorando demasiado y la verdad es que no soy fan de las sorpresas, mucho menos cuando me mantienen a ciegas, no me gusta no saber qué es lo que pasa.

Además eran cerca de las siete de la mañana de un sábado, y despertar antes de las diez de la mañana en sábado era mucho menos que aceptable, así que, además e impaciente estaba un poco, muy, furiosa.

Tropecé de nuevo y escuché su risilla burlona, eso me enfadó mucho más, furiosa me quité el trapo que él había atado en mi cara para que yo no pudiese ver lo que tramaba.

Cuando mis ojos se re acostumbraron a la luz, mi mandíbula se abrió en demasía y mientras la incredulidad me abandonaba la ira se apoderaba de mí. Cuando mis ojos se re acostumbraron a la luz me di cuenta que estábamos parados justo donde habíamos iniciado a caminar.

Apreté los dientes y respiré profundo, no quería matar a mi amado novio el día de mi cumpleaños.

Después de un rato en donde, lo que debía ser silencio estaba ocupado por bufidos de risa que al pelirrojo se le escapaban, decidí lo que debía hacer, mi venganza.

Y es que no soy tan buena como muchos piensan, de hecho soy más mala de lo que muchos imaginan, Renji debería saberlo más que ninguno. Demonios, ya me enojé de nuevo.

Dije para el que seguramente me miraba esperando que comenzara a gritar enfurecida -Eres un imbécil- y me di la vuelta pretendiendo irme de allí y digo pretendiendo porque estaba segura de que no me dejaría marchar.

Y así fue, al ver que me dirigía a la puerta su mano me detuvo tomándome del brazo, dijo aun sonriente -Espera Mari chan, era una broma- y comencé a llorar, pero no porque estuviera dolida, a decir verdad yo lo conocía tan bien que ya me esperaba algo como esto.

Cuando Renji se percató de mis lágrimas se sorprendió demasiado, no recuerdo bien, pero creo que es la primera vez que me veía llorar, aunque esta era un llanto falso.

-Lo... lo lamento hermosa... perdóname ¿sí?, estaba jugando... lo siento en serio- sí, yo también lo sentía, jamás creí que me dolería tanto ver su carita confundida y apenada.

Aunque quizá se lo ganó, no debería fingir una sorpresa en mi cumpleaños y terminarla en una broma, mucho menos a las 7 de la mañana, bueno, ya recuperé el coraje, a seguir con mi venganza.

-No Renji, ya me cansé de tu maldito sentido del humor, es mi cumpleaños maldita sea y tú no cambias, ya no quiero esto, lárgate de mi casa- dije y con la incredulidad estampada al rostro preguntó -¿Estás terminando conmigo?-.

-¡NO!- grité, en serio que no estaba terminando con él, yo no quería terminar con él, solo quería darle una cucharada de su propio chocolate y que se atragantara con un ejemplo de su estupidez.

Una sonrisa estúpida se dibujó en el rostro de mi amado/odiado novio y pensé que jamás terminaría con él, pero seguro que cuando me canse si lo termino matando, para que no esté con nadie más, porque él, o sufre conmigo o no será feliz con nadie más.

Aclaré mi garganta y expliqué -No voy a terminar contigo en mi cumpleaños, eso lo marcaría negativamente de por vida, no quiero cargar una maldición de ese tamaño, pero tampoco quiero que arruines mi cumpleaños así que no quiero volver a verte hoy, mañana terminaremos- y la sorpresa borró esa sonrisa que me crispaba los nervios.

QUIERO UN ONESHOT CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora