18. Lo que él siente

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(Liz)


—Entonces, ¿crees que podría amarrarlo a una cama y jugar al amo y el sumiso con él? —Aiden dijo, tomando un sorbo de su lata de Pepsi. Fruncí el ceño, pero aún así reí.

—Estás enfermo.

—¡Es broma! —él estalló en carcajadas —. Creo que esto de "sacar del closet a Jared" va a ser difícil.

—Bueno, tal vez él no quiere salir todavía —sugerí, tomando en cuenta que Jared jamás había hablado sobre su sexualidad antes —... o, tal vez, lo estamos mal interpretando.

Aiden bufó.

—Voy por lo primero —dijo en un suspiro —. Salir no es fácil, no lo fue para mí.

En aquel entonces, yo no había notado ese ligero cambio de actitud en Aiden, especialmente con su padre, él parecía entre avergonzado y enojado. Yo había pensado que era una simple discusión entre padre e hijo, así que nunca le había preguntado sobre eso a detalle.

—Pero, tu padre lo aceptó, ¿cierto?

—Sí... supongo —dijo esas palabras sin dirigir su mirada hacia mí, lo cual me hizo pensar que tal vez estaba mintiendo —. A decir verdad, él no lo tomó muy bien al comienzo.

—¿En serio? —siempre había pensado en mi tío como una persona razonable y comprensiva.

—Él no es una persona muy abierta de mente, supongo —se encogió de hombros —. Pero, al final, tuvo que aceptarlo.

Mhm... tal vez deberías dejar que, lo de Jared, simplemente pase.

—Tal vez tienes razón, pero... —él miró hacia mí y sonrió —¿lo has visto bien? Es como un modelo de Calvin Klein, no encuentras a cualquiera que se vea así a la vuelta de la esquina.

Tal vez no en la vuelta de la esquina, pero sí al otro lado de la ventana de mi habitación, mis pensamientos hablaron por sí solos, no pude evitar reír por lo bajo y Aiden me miró raro por eso.

—¿Qué sucede?

—Nada —negué con la cabeza, reprimiendo mi sonrisa.

—Estás mintiendo, estabas pensando en algo —él entornó los ojos hacia mí —o en alguien —de acuerdo, yo no era buena disimulando —¿Es Ben?

—No.

—Respondiste muy rápido, eso quiere decir que es alguien que te interesa —sonrió y me atacó con su mirada para sacarme información. Rodé los ojos.

—De acuerdo, sí es alguien, ¿está bien?

—¿Quién?

—No te lo diré —fruncí el ceño y le saqué la lengua como una niña pequeña.

—Necesito saberlo, ¿y si es un acosador?

—Él no es eso —no es un acosador, pero sí es muy misterioso.

—Pues, él debería saber que tienes a un hermano mayor celoso.

—Soy, dos meses, mayor que tú.

—¡No discutas con tus mayores! —dijo con un intento de "mirada firme" —¿dónde lo conociste?

—No muy lejos.

—¿Cuántos años tiene? ¿Es mayor que tú? No quiero que te involucres con un vejestorio —lanzó preguntas una tras otra, sin darme la oportunidad de responder a ninguna —¿estudia? ¿Trabaja? ¿Vive solo o con sus padres? ¿Tiene alguna peligrosa enfermedad contagiosa? Si tiene Herpes no quiero que te contagie.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora