(Liz)
Había una vez una chica ilusa que se enamora de un engañoso chico; esa fue la historia que escuché de la boca de mi madre, de Mei, y de Jared. Escuchar tantas cosas que habían pasado hace un año, cosas sobre mí, sobre Val, sobre Alan, todo sonaba como un simple cuento de ficción.
Sin embargo, había solo algunos detalles que recordaba con claridad, y había solo algunas cosas de las que tenía certeza, como que conocí a Alan un año atrás, o el incidente en mi primera fiesta en Londres. Pero el día de la muerte de Val era, aún, borroso y doloroso de recordar, pude ver con claridad a Alan ahí, sin embargo... eso no quiere decir que él sea el culpable... ¿o sí?
Luego de la breve epifanía que había tenido, mi madre había llamado a la policía. Y cinco de ellos irrumpieron en el edificio de al lado, donde alguna vez hubo alguien llamado Jonathan. Pero, como era de esperarse, él ya no estaba ahí. Se había ido, y no supe si eso me hacía sentir mejor, o peor.
Hasta donde sé, mi tío también sabía todo lo que había sucedido, y probablemente Aiden lo sabía también. Ahora no podía evitar sentir sus miradas de lástima. La tonta Liz había sido engaña de nuevo, por el mismo chico, podría reírme de mi propia mala suerte. Algunos golpes en la puerta me despertaron de mi ensueño. No respondí.
—¿Liz? —la voz de Aiden sonó desde el otro lado de la habitación, mantuve mi silencio —Liz, voy a entrar.
No me molesté en cambiar la posición en la que estaba sobre la cama, solo escuché los engranajes de la puerta cuando se abrió, y los pasos hasta mi cama. Luego un peso se hundió a mi lado.
—¿Te sientes mejor?
—No realmente —negué con la cabeza con la mirada clavada al techo—. Hay cosas que todavía no entiendo...
—No deberías mortificarte pensando en el pasado.
—No puedo evitarlo, los recuerdos llegan sin ser llamados.
Suspiró.
—Tu madre quería que te diga que acaba de salir, irá a la oficina del oficial Moore —con su mano, despejó gentilmente algunos mechones que estaban en mi rostro —. Están buscándolo por todo el país, al chico, Alan Dankworth...
—Mhmm... —fue todo lo que mis labios pudieron decir.
Aiden no habló de inmediato.
—¿De qué...? —empezó dudoso —¿De qué hablaba él contigo?
—Así como tú también tienes secretos guardados, yo también quiero tener los míos.
—Está bien... —sonrió —si no quieres decirme. Pero, no importa lo que pase, puedes contar conmigo ¿entiendes? No importa qué.
Asentí al mismo tiempo que la puerta se abría de nuevo.
—Liz —mi tío asomó la cabeza —, alguien vino a verte.
Fruncí el ceño y él me dio una pequeña sonrisa mientras dejaba pasar a alguien con un rostro dulce y el cabello claro cayendo en su frente, Ben me sonrió.
—Perdón por venir tan repentinamente, pero...
—Está bien —dije interrumpiendo su disculpa. Ben caminó hasta nosotros y ocupó un lugar en la esquina de la cama.
—Aiden —mi tío habló —, ven aquí, necesito que me ayudes con algo.
Mi primo me miró y pareció entre enojado y apenado. Supe de inmediato que él no quería dejarme sola, siempre fue así, cuando más lo necesitaba él estaba ahí ofreciéndome su hombro para llorar. Le sonreí, intentando hacerle sentir mejor.
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Olvídame
AcciónYa nada será igual. Respira hondo, cierra los ojos, e intenta recordar. En ésta segunda parte: la clandestina vida de Alan saldrá a la luz. Mentiras y secretos guardados celosamente bajo llave, pondrán a prueba la confianza de Liz. Los amigos podrí...