Capitulo. 39

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Sentimientos

Thomas

Sus palmas sudaban horriblemente evidenciando su nerviosismo. Era extraño pues a pesar de lo imponente que resultaba subir al escenario para cantar frente a todo el colegio, no solía ponerse nervioso. Tal vez se debía a qué está vez las cosas eran diferentes pues demasiadas cosas recorrían su mente.

Repasaba la letra de la canción a una y otra vez en su mente, sin embargo siempre algo le interrumpía; el rostro sonriente de Marie inundaba sus pensamientos ahogando su corazón. Sin embargo no pudo pensar mucho en ello pues la asistente del director no tardó en aparecer ante ellos indicándoles dónde estaban los camerinos y sobre todo el orden en que saldrían.

Algo ansioso tomo una de la hojas que repartía la mujer sin fijarse mucho en lo que sucedía a su alrededor, pues sus ojos permanecían anclados en la pelirroja. Marie estaba pálida como un papel sin embargo se mantenía allí, respirando una y otra vez para calmarse. Se hallo entonces deseando que pudiese lograrlo, sabía lo importante que era aquella presentación para ella.

— Silencio por favor. — Pidió la mujer llamando la atención de todos. — Se que están nerviosos, pero necesito que pasen a los camerinos y comiencen a alistarse. Pronto se dará inicio.

Tras un par de palmadas de la mujer todos comenzaron a moverse por lo que decidió seguir al grupo de chicos para no quedarse resagados. Entro junto al resto de chicos en el lado derecho, mientras que las chicas se dirigían a lado izquierdo. Los nervios podían respirarse en el ambiente, pero también el entusiasmo y eso le llenaba.

Sus compañeros corrían de un lado a otro cambiándose de ropa y repasando sus canciones, así que decidido a no quedarse atrás se encamino hacia un rincón pero en cuanto abrió el bolso que llevaba consigo no solo encontró su ropa sino también una hoja de papel sobre la que descanzaba un pequeño collar con dos dijes.

— Que extraño... — Murmuro para si mismo.

Jamás había visto un collar similar, los dijes estaban imantados por qué por mucho que los separase volvían a unitary, se trataba de un pequeño girasol y una guitarra. Sin embargo no pudo detenerse a observarlo por mucho tiempo pues el sonido del escenario volvió a resonar por el lugar dando inicio a las presentaciones. Debía apresurarse.

Se cambió rápidamente y finalmente tomo aquella hoja que le habían dado, pero al momento en que sus ojos divisaron su nombre en la lista su nerviosismo aumento. Le tocaba pasar justo antes de Marie... Bueno eso no tenía porque significar nada ¿Cierto? No tenía porque ponerse nervioso.

Lo único que realmente comenzaba a molestarle era la letra de su canción, no podía parar de pensar en ella pues a pesar de que su padre le dió un gran consejo sentía que la letra no transmitía lo que quería. Por supuesto que podía sentirla, pero no era el sentimiento que quería expresar. Lamentablemente ya no tenía más tiempo para idear una nueva de la nada...

Debía calmarse, no podía seguir permitiendo que su mente cuestionara todo. La letra estaba bien, simplemente subiría, cantaría y terminaría con eso de una vez por todas. Estaba decidido. Así que para calmarse un poco decidió salir de aquella pequeña sala donde el resto de participantes comenzaban a enloquecerle.

Sin embargo nada más cruzar el umbral de la puerta se topo con Marie, la chica temblaba como un papel a pesar de que estaba completamente preparada, su deslumbrante vestido azul había sido reemplazado por un vestido ligero blanco con pequeños detalles narangas y una chaqueta naranga claro. Sin duda se veía hermosa y no pudo evitar que su corazón saltase al verla. Apunto estuvo de decir algo cuando un ligero destello en su cuello llamo su atención, Marie llevaba aquel collar... ¡Ella llevaba el mismo collar!

Pero no pudo seguir observando le pues de pronto Marie elevó su rostro encontrandose con él, la chica enrojeció repentinamente y antes de que pudiera siquiera emitir un sonido, camino rápidamente por el pasillo alejándose de él.

— ¿Thomas Fletcher? Es tu turno. — Anuncio de pronto aquella mujer.

Ni siquiera tuvo tiempo de asimilar lo ocurrido pues la asistente del directo le cargó con su guitarra y de un empujón le hizo subir las escaleras hacia el escenario.

— Mucha suerte. — Le deseo la mujer con una gran sonrisa.

Había llegado el momento... Respiro una última vez y finalmente subió al escenario siendo recibido por los aplausos y vitores de los alumnos, apenas y pudo divisar a sus amigos debido a las luces, sin embargo no dudo en saludarles antes de posicionarse en el centro del escenario.

"Voy buscándote... "

Su voz resonaba clara y tranquila, estaba siguiendo bien el ritmo y se sabía perfectamente la letra. ¿Entonces por qué se sentía tan nervioso? Las personas que le escuchan hicieron silencio atentos a su lenta y nostálgica canción.

"Todos los días, todas las noches.
Cierro mis ojos bloqueando el miedo y la luz, mientras deambuló por la avenida tan confundido."

¿Realmente aquello estaba bien?

"Supongo que intentaré forzar una sonrisa...
Bebiendo limonada rosa en un domingo.
Las parejas van tomadas de la mano a mi alrededor, todos posando como en un cuadro.
Mientras mi mundo entero se derrumba."

Tal y como ocurrió antes la imagen de Marie se apareció en su mente; escribio esa canción pensando en ella, para que negarlo. Le dolía horriblemente verla diariamente y no poder acercarse a ella de otra forma, quería volver a ser su cómplices, su amigo, su novio... No quería conformarse con ser su enemigo o el objetivo de sus jugarretas.

"Somos solo mi sombra y yo en la acera, solo quiero a alguien por quién morir.
Con la luz del sol en un día perfecto, mientras mi mundo entero se derrumba.
Solo quiero a alguien por quién morir."

No... Eso no era cierto, no quería morir por ella, quería vivir a su lado. Quería ser feliz junto a la pelirroja que tanto amaba, vivir nuevas aventuras daba igual si eran completamente incompatibles. Si ambos lo quería podían volverse el uno para el otro.

"Te extraño demasiado.
Solo una caricia, de tu mano...
Aún no puedo sacarte de mis pensamientos..."

Sin poder evitarlo su voz se cortó, sentía que se ahogaba. Necesitaba decirle a Marie todo lo que sentía, no podía simplemente quedarse así reprimiendo sus sentimientos, no podía rendirse.

Los alumnos que conformaban el público comenzaron a cuchichear entre sí preocupados por su abrupto silencio, pero eso poco o nada le importo cuando al girarse levemente se encontró a Marie. La chica se ocultaba tras la cortina, sus manos temblaban mientras que una triste sonrisa le observaba intensamente, sus ojos parecían un mar caótico en el que si se sumergía jamás podría salir.

Sin embargo estaba dispuesto a correr ese riesgo. Con el corazón aleteandole en el pecho dejo el micrófono y huyó del escenario dispuesto a sincerarse con la chica una vez más.

Love or hateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora