Capitulo. 21

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Pelea con el rubio

Thomas

Aún no se lo creía. Marie le había pedido perdón... Y aunque los días pasarán no podía dejar de pensar en ello, esa electrizante sensación que recorrió su cuerpo en cuanto ella lo abrazo.

Tal vez sonaba tonto, pero podría rememorarlo eternamente. Hacia mucho tiempo que la chica no lo abrazaba, a decir verdad la única forma de sentirla cerca era provocando una pelea y el sentimiento sin duda era muy diferente. Su calidez, el latido de su corazon... Quería volver a experimentar esa sensacion. Y por loco que pareciese su mente había comenzado a fantasear una y mil veces con otras sensaciones...

Estaba profundamente orgulloso de los logros de la chica y los últimos días los había pasado observandola en secreto mientras ayudaba junto a sus padres a construir una nueva parte de la casa lo bastante grande para los niños que hasta ahora habían estado en la casa de los Flynn

Jazz, Dezz, Xavier y Fred aportaban su parte ayudando a cuidar de ellos mientras Marie intentaba avanzar con la liberación del resto de los chicos. Los niños se quedarían en la casa Flynn por un tiempo sin embargo aquellos que no tuvieran ningún pariente cercano seguirían el proceso de protección a menores y les buscarían una verdadera familia. Era lo mejor, después de todo esos niños necesitaban una familia que los quisiese y los ayudará a salir adelante, los chicos del callejón podrían amarlos pero no podían costear un colegio u otras cosas básicas.

Sin embargo Marie se había impuesto ante esa decisión con la condición de solo entregar a los niños a familias buenas, es decir que ella también se encargaba de entrevistar a las familias junto a los niños para asegurarse de que era lo mejor.

Sin duda la pelirroja lo había impresionado y ya ni siquiera podía pensar mal sobre ella, la adoraba después de todo.

Algunas tardes resultaban divertidas pues se reunían en la sala para jugar con los niños y evitar que se aburrieran. Marie leia cuentos, Jazz peinaba a las niñas y Dezz les hacía figuras de papel para que jugaran  mientras ellos jugaban con bloques o balones con los niños

— Marie ¿Cuando volverá Elena? — Pregunto una de las pequeñas dejando de lado el patito de papel con el que jugaba.

— Ponto chiquita ya veras... Ademas ¿Es que no les gusta que este aquí? — Pregunto divertida intentando distraerla.

— ¡Claro que si! — Chillo otro pewueño. — ...Pero los extrañamos.

— Lo se, yo también los extraño. — Murmuró algo desanimada.

— Pero no hay que desanimarse, pronto estarán aquí con ustedes... Solo hay que tener paciencia. — Ánimo Xavier rapidamente.

— Marie ¿Que ha dicho tu padre sobre todo eso? — Pregunto Dezz en un susurro para que los niños no la escucharán.

— Si, pero está tardando más de lo que quisiera... — Se lamento.

— Bueno al menos ellos están bien.

— Si bien es estar encerrado... — Comento apatica. — Yo tengo que volver hoy al trabajo el señor Mario me dejo estos días libres pero ya debo volver. ¿Pueden con todo esto?

— ¡Claro! — Chillo Fred entusiasmado con un balón. — No te preocupes nosotros nos quedaremos hasta la cena.

— ¿Y vendrás mañana? — Pregunto de pronto una de las niñas haciéndole ojitos.

— ¡Claro Annie! Voy a venir y puede que les traiga dulces.

Los niños no tardaron en hacer un escándalo provocando risas en el grupo de amigos, Thomas, Fred y Xavier se habían vuelto muy populares entres las niñas.

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