Capitulo. 13

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El lago Nariz

Thomas

Podría decir que jamás pensó que la chica que mas lo odiara en el mundo se durmiera en sus piernas...

Técnicamente, se había dormido y por un movimiento brusco del auto Marie había caído en sus piernas y aunque no podía negar que su cuerpo se tenso al instante por ello, sus padres ni lo notaron así que dudo un poco pero paso su brazo por encima de ella mientras dormía tranquilamente. Realmente ni él sabía porque lo había hecho... Simplemente el sentir su calor le provocaba cierta sensación agradable, se veía tan pacífica durmiendo. Era como un ángel.

Lastimosamente esa cercanía no duró mucho puesto que pronto llegaron a su destino y debió alejarse de Marie para salir del auto junto a su padre y su tío Phineas.

Pero como no su padre le instó a despertar a la chica arruinando lo todo, la agradable sensación de  calidez se esfumo en cuanto ella abrió los ojos y se encontraron en aquella situación tan incómoda.

Pero no contento con eso ¡Era tonto! Y en lugar de alejarse de ella sus pasos parecían llevarlo tras Marie una y otra vez.

Así que sí, ahora se encontraba en la tienda de la pelirroja que al parecer había conseguido traer mucha comida, no sabia que manía tenían sus padres de obligarlos a comer lo que pescaran y la verdad no le apetecía para nada comer pescado por tres días por lo que evitando el sentimiento de incomodidad que lo acompañaba optó por la extorsion.

- Oye no pensé que aceptarías. - Murmuró intentando romper el molesto silencio que se había formado tras sus negociaciones.

- Créeme, no pienso comer pescado tres días seguidos. - Aseguro ella mientras continuaba con su labor de ocultar bien la comida de contrabando.

- Por una vez concordamos, solo que a mi no me dio tiempo de arreglar algo así.

Marie lo observó de reojo y dejo escapar una leve risa que inundó el ambiente de una vibra más amena.

- Me decepcionas Fletcher. - Comento dramatizando como lo haría una madre preocupada. - Con lo habilidoso que eres para hacerme bromas es extraño que no estuvieras preparado.

- Tenia otras cosas en la mente... - Se excuso.

Aunque realmente no era excusa... Su mente era un torbellino de pensamientos, y aunque quisiera negarlo la mayoría estaban dirigidos hacia ella.

- Aja... Supongo que estarías muy ocupado pensando como vengarte de mi por el castigo. - Se burló ella. Pero de pronto su exprecion se contrajo con preocupacion. - Tres días... Esto me complica más las cosas.

Sus palabras fueron casi un susurro inaudible, tanto que incluso creyó escuchar mal. Pero no estaba seguro de que Marie estaba preocupada por algo... Lo que no sabía era ¿El que?

- ¿Que? - Pregunto para estar más seguro, tal vez no había dicho nada realmente.

- Nada.

La observó detenidamente y aunque ella no tardó en cambiar su gesto la conocía lo suficiente para saber que él tenía razón, algo la preocupaba. Pero también la conocía lo suficiente como para saber que no le diría nada a nadie sino quería, mucho menos a él.

Prefirió no preguntar pues aunque la curiosidad lo mataba lo que pasará con Marie no era de su incumbencia. El silencio volvio a sumirlos en ese ambiente incómodo en el que ninguno se atrevía a hablar. Pensó entonces en contarle lo que paso en el auto para molestarla pero decidió que mejor no, al final solo conseguiría pelear con ella otra vez y seguramente sus padres está vez si los castigarian.

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