Capitulo. 24

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¿Me gusta o no?

Marie

Corrió y corrió por el bosque sin saber realmente por qué. Lo único que sabía era que tenia que alejarse de él lo mas rápido posible... Tenía que hacerlo antes de que su corazón dejará de obedecerle.

Esquivó algunas ramas y otras las apartabo con los brazos, si no fuera por su chaqueta ahora mismo sus brazos estarían llenos de rasguños; tenia el cabello despeinado y lleno de hojas pero nada de eso le importo.

A medida que sus pies la llevaban a alguna dirección desconocida su mente le daba vueltas a la misma pregunta.

¿Por qué...?

¿Por qué?

¿¡Por qué!?

No tenía una respuesta para ello... Aunque Jazz y Dezz tenían una teoría qué no podía sacarse de la cabeza: Le gustaba Thomas.

No, eso no podía ser cierto. ¡Sería una completa locura!

¿Pero y si tenían razón?

¡No! Se negaba a aceptar eso. ¡Era imposible que le gustara Thomas! Era su enemigo y cualquier relación con él más allá de su odio mutuo era simplemente imposible. Eso lo sabía muy bien desde los doce años.

Perdida en sus pensamientos no miro por donde iba y termino tropezandose con alguna rama, antes de darse cuenta termino de rodillas en el suelo... O mejor dicho de boca por la velocidad que llevaba.

— ¡Ay! — Chillo sin poder evitarlo. — ¡Agh, genial! ¡Que tonta! Haber si alguna vez aprendo a mirar por donde voy.

Molesta consigo misma se levantó entre quejas y chillidos adoloridos, pero en cuanto elevó la vista del suelo su cuerpo entero se paralizo ¿Dónde estaba? No reconocia absolutamente nada de su alrededor. No podía ver el camino o alguna señal del campamento... Estaba perdida.

— Ay no... No, no, no. — Nadie sabía que estaba perdida y para cuando se dieran cuenta seguramente tardarían horas en encontrarla. Si es que lo hacían.

Presa del miedo comenzó a dar vueltas en si misma intentando orientarse inútilmente, no tenia ni la mas mínima idea de donde estaba. Ni siquiera sabía que camino siguió para llegar allí. Pero no podía simplemente rendirse así que cansada y adolorida por la caída no encontró más opción que comenzar a dar vueltas por el lugar en un intento de orientarse; las horas pasaron y pronto el hambre comenzó a hacerse presente, seguramente sería medio dia... Debía hallar el camino antes de que oscureciese.

En algún punto decidió sentarse a descansar en una roca. Habían muchas bayas a su alrededor sin embargo no sabía realmente si era buena idea comerlas o no.

— ¿Cómo era? Rojas y moradas, comida asegurada; Amarillas y verdes, muerte rapidilla — Recito en un intento de saber si era buena idea comer o no. — ¿O era al revés?... Ay esto es inútil.

Si embargo sus quejas fueron interrumpidas por algunos ruidos extraños a su alrededor ¿Un animal salvaje? Bueno era un bosque obviamente, pero aún así... Pero de pronto el ruido se transformó hasta formar un ligero quejido. Un animal no se queja.

Por un segundo pensó que podría ser alguien buscándola y quiso correr a su encuentro. Pero... Esa persona no estaba gritando su nombre, ¿Y si era algún loco del bosque? ¿O la bruja del lago Nariz? Asustada tomo una rama de suelo y se puso en posición de defensa aunque por dentro temblaba.

— ¡Demonios! — Escucho justo en el momento en que estuvo apunto de golpear a esa persona.

Conocía muy bien esa voz... Y pudo confírmalo cuando algunos matorrales se sacudieron revelando a un agotado castaño.

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